Taller
de Lectura N° 87, síntesis y conclusiones
- Julio de 2016
Informe Central al
VII Congreso del Partido Comunista Cuba
(Segunda Parte)
Por: Raúl Castro Ruz
17 abril 2016 – Tomado de Cubadebate
Informe Central al 7mo. Congreso
del Partido Comunista de Cuba, presentado por el Primer Secretario del Comité
Central, General de Ejército Raúl Castro Ruz, La Habana, 16 de Abril de
2016, Año 58 de la
Revolución
(Versiones Taquigráficas - Consejo de Estado)
(La primera parte
la vimos en el Taller de Lectura anterior)
El cuarto proyecto
de los documentos mencionados que se somete al 7mo. Congreso es el referido al
trabajo del Partido en cumplimiento de los objetivos aprobados en su Primera
Conferencia Nacional. Sobre el particular considero que han existido progresos
en la superación de los métodos y estilos de trabajo que propiciaban la
suplantación e interferencia por el Partido de las funciones y decisiones que
corresponden al Estado, gobierno e instituciones administrativas. En su lugar
se han desarrollado con sistematicidad el ejercicio de la dirección y el
control partidista sobre el cumplimiento de los acuerdos del 6to. Congreso, sin
dejar de actuar de conjunto con las autoridades en la atención directa de
situaciones que afectan a la población como ya señalamos.
La autoridad moral
del Partido exige de sus militantes, en particular de quienes ostentan
responsabilidades de dirección, ejemplaridad, combatividad, preparación, así
como demostradas cualidades éticas, políticas e ideológicas y estrecho y
permanente vínculo con las masas.
El Partido ha
seguido promoviendo la participación de los colectivos de trabajadores,
estudiantes y el pueblo en la ejecución de las políticas y las medidas
vinculadas al proceso de actualización del modelo económico, coadyuvando a
transformar el actuar de los militantes, núcleos del Partido y cuadros, a
partir de nutrirse de modo sistemático de las opiniones y propuestas de las
masas.
Igualmente se ha
alcanzado un mayor vínculo y atención por el Partido a la Unión de Jóvenes Comunistas,
a las organizaciones estudiantiles y los movimientos juveniles, con el objetivo
de elevar su protagonismo y desarrollar la labor político - ideológica con los
militantes y jóvenes, lo que presupone la defensa de su independencia orgánica
e incentivar las iniciativas.
Al mismo tiempo el
Partido ha priorizado la atención a las organizaciones de masa, que en este
período asumieron considerables transformaciones en su quehacer y celebraron
sus respectivos congresos, en cuya preparación y desarrollo se generó un amplio
debate sobre el funcionamiento de estas organizaciones, el cumplimiento de sus
funciones y la labor político - ideológica.
Hemos constatado
que ha continuado el estrechamiento de los vínculos del Partido y el resto de
nuestros órganos y entidades con las diferentes instituciones, organizaciones
religiosas y asociaciones fraternales en las variadas facetas de la vida
nacional, lo que ha contribuido a la unidad de los cubanos, creyentes y no
creyentes.
Debe tenerse muy en
cuenta que en la propia medida en que se avance en la implementación del nuevo
modelo, se irá configurando un escenario distinto para la organización
partidista, caracterizado por la creciente heterogeneidad de los sectores y
grupos en nuestra sociedad, que se origina en la diferenciación de sus
ingresos. Todo ello impone el reto de preservar y fortalecer la unidad nacional
en circunstancias distintas a las que nos habituamos en etapas anteriores.
El artículo No. 5
de la Constitución
de la República
consagra al Partido Comunista de Cuba como la fuerza dirigente superior de la
sociedad y del Estado que organiza y orienta los esfuerzos comunes hacia la
construcción del socialismo.
Los Estatutos de la
organización lo definen como fiel continuador del Partido Revolucionario Cubano
que fundó Martí para dirigir la lucha por la independencia, del primer Partido
comunista simbolizado en Carlos Baliño y Julio Antonio Mella y fruto de la
fusión voluntaria de las tres organizaciones revolucionarias que protagonizaron
la lucha contra la tiranía batistiana.
En Cuba tenemos un
Partido único, y a mucha honra, que representa y garantiza la unidad de la
nación cubana, arma estratégica principal con que hemos contado para edificar
la obra de la Revolución
y defenderla de todo tipo de amenazas y agresiones. Por ello, no es nada casual
que se nos ataque y exija, desde casi todas partes del planeta para
debilitarnos, que nos dividamos en varios partidos en nombre de la sacrosanta
democracia burguesa. Son conceptos que no deben prestarse a la confusión, ni
hoy ni nunca. Si lograran algún día fragmentarnos, sería el comienzo del fin,
¡no olviden nunca esto!, si lograran algún día fragmentarnos sería el comienzo
del fin en nuestra patria, de la
Revolución, el socialismo y la independencia nacional,
forjados con la resistencia y el sacrificio de varias generaciones de cubanos
desde 1868.
Creo que me deben
permitir una pequeña anécdota, muy real, que yo la cuento y la disfruto
bastante y quisiera compartir con ustedes.
Como es natural,
con representantes de diferentes niveles de los Estados Unidos he tenido que
discutir y reunirme mucho, y con algunos que sin ser norteamericanos,
representan a otros países y también a ellos. Cuando hemos entrado a discutir
derechos humanos, pues hemos dicho que estamos dispuestos a discutir sobre
todas esas cuestiones… Me han pasado una nota que dice: “Estamos en vivo”. Yo
creo que lo que estamos es vivos (Risas y aplausos).
Yo disfruto y
quiero también que lo disfruten todos los que tienen la amabilidad de vernos en
vivo, incluido en el exterior. Hemos dicho que estamos dispuestos a hablar de
todos los derechos humanos.
Revisando
documentos el otro día sobre los Tratados y Convenciones, en esta materia que
nadie los cumple todos, resulta que nosotros somos parte de 44, y los Estados Unidos
de solo18. Yo les he dicho que mientras se pretenda seguir politizando los
derechos humanos eso no va a caminar; por ejemplo, para nosotros salario igual
por igual trabajo, sea hombre o mujer, es un derecho humano. En otros países,
entre ellos los Estados Unidos, no lo es, las mujeres ganan menos y así se
pueden citar decenas de los llamados derechos humanos.
La atención médica
gratuita en Cuba es un derecho humano, ¿en cuántos países del mundo lo es? En
muchos no es un derecho humano, es un negocio. En nuestro país la educación es
gratuita, ¿en cuántos países del mundo la educación es gratuita? Es un negocio
también. Es decir, que este tema de los derechos humanos lo discutimos con el
que sea y donde sea, y a los que tengan la razón se la daremos.
Lo que más
disfruto, hablando de los derechos políticos, es cuando me dicen que en Cuba
nada más hay un partido. Y yo les contesto: “Sí, igual que ustedes, tienen un
solo partido”, y los norteamericanos me contestan: “No, nosotros tenemos dos.”
Y como si yo no lo supiera, me dicen sus nombres: “Demócrata y Republicano.”
“Correcto, eso es correcto, eso es igual que si en Cuba tuviéramos dos
partidos, Fidel dirige uno y yo el otro” (Risas y aplausos).
Seguro que Fidel va
a decir: “Yo quiero dirigir el comunista”, yo diré: “Bueno, yo dirigiré el
otro, no importa el nombre” (Risas).
Como expresábamos,
aquí había tres organizaciones: 26 de Julio, el Partido Socialista Popular y el
Directorio Revolucionario 13 de Marzo. Podíamos haber hecho tres partidos; pero
todos coincidieron en la necesidad de unirse para hacer un solo partido, y
fusionar sus respectivos órganos de prensa, para ser más fuertes; todos sus
dirigentes tuvieron una magnífica y decisiva actitud en dar ese paso, ¿por qué
vamos a dividirnos ahora? Lo que sí tiene que ser es un partido muy
democrático, que es a lo que aspiramos, y que se pueda discutir con profundidad
y entera libertad cualquier problema.
La propia CTC, los
obreros se tienen que unir para ser más fuertes, en cualquier agencia de prensa
occidental que usted lea algo que haga referencia a nuestra Central de
Trabajadores, añaden entre paréntesis: única, como si eso fuera un delito.
Ellos quieren modelar al mundo —ya saben a quiénes me refiero: a los Estados
Unidos y a todos los que los acompañan—, ajustar al mundo a sus conveniencias,
es lo que quieren hacer, y por eso debemos estar alertas hoy más que nunca.
Ellos mismos han dicho: 50 años de bloqueo no dio resultado y no pudimos aislar
a Cuba, por el contrario, estábamos corriendo el riesgo de quedarnos aislados
nosotros en América Latina. Hay que cambiar eso. ¿Y por qué lo van a cambiar?,
por otros métodos más difíciles de combatir. De ahí la importancia de estas
cuestiones que deben estar suficientemente claras en nuestras mentes y en nuestro
pueblo.
No es ocioso
reiterar que son conceptos que no deben prestarse a la confusión, ni hoy ni
nunca. Si lograran algún día fragmentarnos, sería el comienzo del fin en
nuestra patria, de la
Revolución, el Socialismo y la independencia nacional, forjados
con la resistencia y el sacrificio de varias generaciones de cubanos desde
1868.
La existencia de un
partido único presupone estimular el más amplio y sincero intercambio de
opiniones, tanto dentro de la organización partidista como en su vínculo en la
base con los trabajadores y la población. El Partido está obligado a potenciar
y perfeccionar de manera permanente nuestra democracia, para lo cual es
imprescindible superar definitivamente la falsa unanimidad, el formalismo y la
simulación. El Partido está en el deber de favorecer y garantizar la
participación cada vez mayor de la ciudadanía en las decisiones fundamentales
de la sociedad. No tenemos ningún miedo a opiniones distintas ni a las
discrepancias, pues solo la discusión franca y honesta de las diferencias entre
los revolucionarios nos conducirá a las mejores decisiones.
Sabemos que el
Partido y la Revolución
cuentan con el apoyo mayoritario del pueblo, es un hecho que nadie puede negar,
no obstante, no ignoramos que en determinados sectores de la población existen
manifestaciones de falta de compromiso y desinterés por los asuntos de la vida
política y que se mantienen opiniones negativas sobre la ejemplaridad de
algunos militantes y cuadros, así como su desvinculación de nuestro pueblo.
Se ha verificado en
el período más reciente un crecimiento de las acciones enfiladas a fomentar
valores de la sociedad de consumo; la división, la apatía, el desaliento, el
desarraigo y la falta de confianza en la dirección de la Revolución y el
Partido, sembrando una matriz de opinión que trata de mostrarnos como una
sociedad sin futuro.
Se estimula la
emigración ilegal y desordenada de jóvenes y de especialistas de diversos
sectores al amparo de la Ley
de Ajuste Cubano, la Política
de pies secos - pies mojados y el Programa de parole, o sea, el permiso para
residir en los Estados Unidos, otorgado con absoluta rapidez, para nuestros
médicos, los que prestan servicios en el exterior, cuestiones a las que me
referiré más adelante.
En estas
circunstancias se impone fortalecer una labor preventiva inteligente, firme y
sistemática y elevar las exigencias y el control por parte de los órganos
encargados del enfrentamiento a la subversión político - ideológica, así como
levantar la combatividad de los militantes, la vigilancia en los centros de
trabajo y la labor ideológica con las nuevas generaciones, potenciando el
insustituible papel de la familia y la escuela. Repito: ¡Potenciando el
insustituible papel de la familia y la escuela!
Se ha avanzado en
las acciones dirigidas a forjar una cultura comunicacional en el país y
disminuyeron las manifestaciones de secretismo, sin embargo continúan
presentándose vacíos informativos e interpretaciones erróneas a causa de que
todavía no es suficiente la divulgación de la marcha del proceso de
actualización y la implementación de las políticas aprobadas.
La influencia en
nuestra realidad de las complejidades del mundo en que vivimos, la política de
hostilidad y acoso, las acciones dirigidas a introducir plataformas de pensamiento
neoliberal y de restauración capitalista apoyadas por una perversa estrategia
de subversión político - ideológica que atenta contra las esencias mismas de la Revolución y la cultura
cubana, la historia y los valores que en ella se han forjado, la innegable
existencia de problemas acumulados en la sociedad, a lo que se suma el propio
proceso de implementación de los Lineamientos y los profundos cambios en que
nos encontramos inmersos, así como el nuevo escenario en las relaciones entre
Cuba y los Estados Unidos, son hechos que imponen elevados desafíos al trabajo
ideológico. Esos programas van dirigidos hacia los sectores que el enemigo
identifica como los más vulnerables y abarca a los jóvenes, la intelectualidad,
los trabajadores asociados a las formas no estatales de gestión y las
comunidades con mayores dificultades materiales y económicas.
A la par que
salvaguardamos en el pueblo la memoria histórica de la nación y perfeccionamos
la labor ideológica diferenciada, con especial énfasis hacia a la juventud y la
niñez, debemos afianzar entre nosotros la cultura anticapitalista y
antiimperialista, combatiendo con argumentos, convicción y firmeza las
pretensiones de establecer patrones de la ideología pequeño burguesa
caracterizados por el individualismo, el egoísmo, el afán de lucro, la
banalidad y la exacerbación del consumismo.
El mejor antídoto
contra las políticas de subversión consiste en trabajar con integralidad y sin
improvisación, hacer bien las cosas, mejorar la calidad en los servicios a la
población, no dejar acumular problemas, reforzar el conocimiento de la historia
de Cuba, la identidad y cultura nacionales, enaltecer el orgullo de ser cubano
y propagar en el país un ambiente de legalidad, defensa del patrimonio público,
de respeto a la dignidad de las personas, los valores y la disciplina social.
El desarrollo de la
economía nacional, junto a la lucha por la paz y la firmeza ideológica,
constituyen las principales misiones del Partido. La economía sigue siendo la
asignatura pendiente fundamental y la labor político - ideológica es un asunto
permanente vinculado íntimamente con la batalla económica, pues asegura la
participación consciente, activa y comprometida de la mayoría de la población
en el proceso de actualización del modelo económico y social.
En materia de la
política de cuadros también se avanzó, aunque no nos damos por satisfechos. Se
han dado pasos importantes en la preparación y recalificación de los cuadros
partidistas, estatales, gubernamentales y empresariales, aunque se requiere
insistir en la preparación específica para el desempeño de los cargos
asignados.
No desconocemos la
influencia negativa que representan en esta esfera factores objetivos y
subjetivos, como el ya mencionado fenómeno de la pirámide invertida, que favorecen
la fluctuación de los cuadros y la falta de motivación para comprometerse con
las misiones encomendadas.
Grandes
potencialidades se pierden a causa del inadecuado trabajo con las reservas de
cuadros y por la débil influencia de los responsables en el proceso de
selección y formación de la cantera, lo cual propicia que personas sin
compromiso y ética sean promovidos a responsabilidades vinculadas al control y
disposición de recursos materiales y financieros, creando el caldo de cultivo
para la corrupción y otras ilegalidades e indisciplinas.
Al propio tiempo,
se ha incrementado progresiva y sostenidamente la promoción de mujeres,
jóvenes, negros y mestizos a cargos de dirección, sobre la base del mérito en
su tránsito gradual por diferentes responsabilidades y las condiciones
personales. No obstante, tampoco nos sentimos complacidos con los resultados
alcanzados porque persisten viejos hábitos y prejuicios que conspiran contra la
política de cuadros del Partido.
Deberá proseguirse
sin tregua el combate contra cualquier vestigio de racismo que obstaculice o
frene el ascenso a cargos de dirección de los negros y mestizos, cuyo peso
específico en el total de la población cubana ha seguido elevándose de censo en
censo. Para consolidar los resultados en esta importante y justa política de la Revolución, es preciso
trabajar con sistematicidad, previsión e intencionalidad. Una cuestión de esta
trascendencia no puede quedar a merced de la generación espontánea o la
improvisación.
La cantidad de
mujeres en cargos decisorios aumentó —poquito, pero aumentó, en cargos donde
se decide, cargos decisorios; es decir que aumentó—, pero las cifras todavía no
expresan el potencial de que disponemos, ya que son mujeres el 49 % de la masa
de trabajadores en el sector estatal civil y el 66,8 % de la fuerza de mayor
calificación técnica y profesional del país. Sin embargo, solo están ocupados
por mujeres el 38 % de los cargos en los órganos del Estado, organismos del
gobierno, entidades nacionales, Consejos de la Administración y
Organizaciones Superiores de Dirección Empresarial.
Me atengo a la más
estricta verdad cuando afirmo, sobre la base de mi experiencia en tantos años
de Revolución, que las mujeres, por lo general, son más maduras y mejores
administradoras que los hombres. Por ello, aunque reconozco el progreso
alcanzado, considero que bajo la dirección del Partido debe proseguir
elevándose la promoción de nuestras combativas féminas, especialmente a cargos
decisorios en toda la nación.
En el Informe
Central al 6to. Congreso me referí a la necesidad de acometer paulatinamente,
sin precipitaciones ni improvisaciones, la creación de una reserva de cuadros
debidamente preparados, con suficiente experiencia y madurez para asumir las
nuevas y complejas tareas de dirección en el Partido, el Estado y el Gobierno.
También expresé la conveniencia y necesidad de limitar a un máximo de dos
períodos consecutivos de cinco años el desempeño de los cargos políticos y
estatales fundamentales que determinará el Comité Central en el caso del
Partido y las organizaciones de masas, y nuestro Parlamento en lo que respecta
al Estado y el Gobierno.
Considero que en
este asunto de significación estratégica también se ha avanzado, si bien los
próximos cinco años, por razones obvias, serán definitorios y debemos
introducir límites adicionales en la composición de los organismos superiores
del Partido, es decir, el Comité Central, el Secretariado y el Buró Político,
proceso de tránsito que se debe ejecutar y concluir con la celebración del
próximo Congreso. Esto es un quinquenio de tránsito para no hacer las cosas
corriendo, no es quitar a uno para poner a otro que tiene 10 años menos,
etcétera. Atrasos tenemos, y lo que queremos hacer, precisamente, es que eso
fluya con naturalidad, y debe estar bien precisado en las leyes o regulaciones
que se establezcan.
Proponemos
establecer 60 años como edad máxima para ingresar al Comité Central del
Partido. Se podría establecer en cualquier otro momento también contar con
suplentes en el Comité Central más jóvenes, todas esas cosas se pueden hacer,
la cuestión es tener un método, un camino, un proyecto para que las cosas nunca
nos sorprendan y evolucionen con naturalidad. En este caso, los ingresos deben
ser, a partir del futuro con menos de 60 años. No crean algunos que porque no
se pueda estar en un nivel de dirección del país ya no puede hacer nada, pero
la experiencia de algunos países nos ha demostrado que eso no es positivo
nunca, y aunque es un secreto a voces, nunca olviden, ya al final de la etapa
de la Unión Soviética,
la cual estimamos y queremos como siempre, que en un corto período de tiempo
murieron tres primeros secretarios del Comité Central del Partido.
Por eso proponemos
establecer 60 años como edad máxima para ingresar al Comité Central y hasta 70
años para desempeñar cargos de dirección en el Partido, lo cual, sumado a la
limitación de hasta dos períodos consecutivos para ocupar responsabilidades
políticas, garantizará, desde la base, el rejuvenecimiento sistemático en todo
el sistema de cargos partidistas. Y repito, que después se tendrá que regular
con precisión, porque habrá quien tenga 75 u 80 años y pueda desempeñar una
tarea importante, pero no una actividad de dirigente importante, por razones
obvias, y por la propia experiencia con la que les estamos hablando.
Como es lógico, de
resultar aprobada esta propuesta por el Congreso, se introducirían las
modificaciones correspondientes en los estatutos del Partido. Pensamos que esa
misma política debe ser aplicada en las instituciones estatales,
gubernamentales y las organizaciones de masas.
En mi caso no es un
secreto que en el 2018 concluirá el segundo mandato consecutivo como
Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros y cederé esas
responsabilidades a quien sea elegido.
Estas
modificaciones en materia de plazos y edades límites para el desempeño de
cargos de dirección, deberán fijarse en la Constitución de la República que nos
proponemos reformar en los próximos años, considerando las importantes
transformaciones asociadas a la actualización del modelo económico y social y
su conceptualización. En la
Constitución hay que reflejar todo lo que vamos haciendo, en
el momento en que ya estén listos los que deban ser recogidos en la misma y,
sobre todo, discutidos con la población.
La Constitución vigente, aprobada en referendo popular en 1976, hace 40 años, y
reformada parcialmente en 1992 y en el 2002, responde a circunstancias
históricas y condiciones económicas y sociales que han ido cambiando con el
decursar del tiempo y la propia implementación de los Lineamientos de la Política Económica
y Social del Partido y la
Revolución.
El proceso de
reforma, que previamente deberá ser aprobado por la Asamblea Nacional,
en correspondencia con sus facultades constituyentes, prevé una amplia
participación popular, incluyendo la realización de un referendo
constitucional.
Esta será una
oportunidad para ajustar en nuestra Carta Magna otras cuestiones que requieren
de amparo constitucional.
Debo resaltar que
en el alcance de estos cambios constitucionales propondremos ratificar el
carácter irrevocable del sistema político y social refrendado en la actual
Constitución, que incluye el papel dirigente del Partido Comunista de Cuba en
nuestra sociedad (Aplausos), y que en la actual Constitución es el artículo 5.
Dedicaré algunas
reflexiones al tema de la defensa. Al hacerlo es propicio recordar las palabras
de Fidel en el Informe Central al 1er. Congreso cuando expresó: “Mientras
exista el imperialismo, el Partido, el Estado y el pueblo les prestarán a los
servicios de la defensa la máxima atención. La guardia revolucionaria no se
descuidará jamás. La historia enseña con demasiada elocuencia que los que
olvidan este principio no sobreviven al error”.
La doctrina de la Guerra de todo el Pueblo constituye
el fundamento estratégico de la defensa del país y define que cada cubano
conozca y disponga de un medio, un lugar y una forma de lucha contra el
enemigo, bajo la dirección del Partido, en un sistema político - militar y
económico único de preparación y realización de la guerra. Si el agresor
intentara ocupar a Cuba tendría que enfrentar a millones de cubanas y cubanos
en un mortal avispero, sin frente, retaguardia ni flancos, ni descanso tampoco,
día y noche.
Como hacemos cada
cuatro años desde 1980, planificamos desarrollar en noviembre el Ejercicio
Estratégico Bastión 2016 con el objetivo de actualizar y ejercitar a los
dirigentes, jefes y órganos de dirección y de mando en la conducción de las
acciones previstas en los planes defensivos del país. Esta actividad, como es
tradicional, concluirá con la celebración, un fin de semana, de dos días
nacionales de la Defensa
con masiva participación popular.
Unos días después,
el 2 de diciembre, arribaremos al Aniversario 60 del desembarco del Granma,
fecha que marca la fundación de nuestras Fuerzas Armadas Revolucionarias y que
conmemoraremos con una Revista Militar dedicada al compañero Fidel en su 90
cumpleaños (Aplausos prolongados) y a nuestra aguerrida juventud, que
participará con un impresionante y compacto bloque que cerrará el desfile, como
heredera y continuadora de las glorias combativas del pueblo cubano a lo largo
de su historia.
Compañeras y
compañeros:
Desde el 6to.
Congreso se han producido numerosos acontecimientos y cambios sustanciales en
la arena internacional.
Han pasado 15 meses
desde que anunciamos simultáneamente con el presidente Barack Obama, la
decisión de restablecer las relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados
Unidos, sobre la base de la igualdad soberana, la no injerencia en los asuntos
internos y el respeto absoluto a nuestra independencia. Horas antes de esa
alocución se había cumplido la promesa de Fidel al pueblo al completarse el
regreso a la patria de los Cinco Héroes (Aplausos).
Llegamos a ese
momento gracias a la heroica resistencia y sacrificios del pueblo cubano y su
lealtad a los ideales y principios de la Revolución, que contó con el decisivo apoyo de la
solidaridad internacional, puesta de manifiesto en múltiples eventos y en las
organizaciones internacionales, en particular las abrumadoras votaciones de la Asamblea General
de las Naciones Unidas contra el bloqueo.
El mapa político de
Nuestra América había cambiado bajo el influjo de los avances de las fuerzas
políticas de izquierda y movimientos populares que contribuyeron al progreso de
la integración regional, simbolizado en la constitución de la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en diciembre de 2011.
Todo ello había
colocado a los Estados Unidos en una situación de aislamiento insostenible en
el hemisferio y puso en crisis al llamado sistema interamericano, como se hizo
evidente en el reclamo del cese del bloqueo y contra la exclusión de Cuba en la VI Cumbre de las
Américas de Cartagena, en el 2012.
Por otra parte, se
venían produciendo cambios en la sociedad norteamericana y la emigración cubana
a favor de la modificación de la política de Estados Unidos hacia Cuba.
En abril del pasado
año, asistimos a la 7ma. Cumbre de las Américas en Panamá con la frente en
alto. No es necesario repetir aquí las consideraciones expuestas en aquella
ocasión.
A lo largo del
período transcurrido, desde el 17 de diciembre de 2014, se han constatado
resultados concretos en el diálogo y la cooperación entre Cuba y Estados
Unidos. Sin embargo, el bloqueo económico, comercial y financiero, impuesto
hace más de medio siglo, continúa vigente, con incuestionables efectos
intimidatorios de alcance extraterritorial, aunque reconocemos la posición del
Presidente Obama y altos funcionarios de la administración contra el bloqueo y
los repetidos llamados al Congreso en interés de eliminarlo.
Las medidas
anunciadas poco antes de su visita a La Habana para introducir algunas modificaciones en
la aplicación del bloqueo, a partir de la utilización de facultades ejecutivas
son positivas, pero no suficientes.
Como expusimos en
el encuentro de ambos presidentes con la prensa, para avanzar hacia la
normalización de relaciones deberá eliminarse el bloqueo, que provoca
privaciones a nuestra población y constituye el principal obstáculo para el
desarrollo económico del país, y devolverse el territorio ilegalmente ocupado
por la Base Naval
en Guantánamo en contra de la voluntad del gobierno y el pueblo cubanos.
Asimismo, debieran
suprimirse los programas dirigidos a cambiar el sistema político, económico y
social que escogimos soberanamente, entre otras políticas lesivas aún vigentes.
La política
migratoria continúa siendo utilizada como un arma contra la Revolución. Se mantienen en
vigor la “Ley de ajuste cubano”, la “política de pies secos - pies mojados” y
el “Programa de parole para profesionales médicos cubanos”, que estimulan la
emigración ilegal e insegura y buscan despojarnos de personal calificado.
Estas prácticas no
se corresponden con el declarado cambio de política hacia Cuba y generan
dificultades a terceros países.
No son pocas las
declaraciones de funcionarios del gobierno norteamericano que al reconocer el
fracaso de la política contra Cuba no disimulan al afirmar que los propósitos
son los mismos y solo se modifican las formas.
Tenemos la voluntad
de desarrollar un diálogo respetuoso y construir un nuevo tipo de relación con
los Estados Unidos, como la que nunca antes ha existido entre ambos países,
porque estamos convencidos de que ello solo puede reportar beneficios mutuos.
No obstante, es
preciso reiterar que no debe pretenderse que para lograrlo Cuba renuncie a los
principios de la Revolución
ni realice concesiones inherentes a su soberanía e independencia, ceda en la
defensa de sus ideales ni tampoco en el ejercicio de su política exterior,
comprometida con las causas justas, la defensa de la autodeterminación de los
pueblos y el tradicional apoyo a países hermanos.
Como establece la Constitución de la República, “las
relaciones económicas, diplomáticas y políticas con cualquier otro Estado no
podrán ser jamás negociadas bajo agresión, amenaza o coerción de una potencia
extranjera”.
Es largo y complejo
el camino hacia la normalización de los vínculos bilaterales y avanzaremos en
la misma medida en que seamos capaces de poner en práctica el arte de la
convivencia civilizada o, lo que es lo mismo, aceptar y respetar las
diferencias, que son y serán numerosas y profundas; no hacer de ellas el centro
de nuestra relación, en su lugar concentrarnos en lo que nos acerca y no en lo
que nos separa, promoviendo el beneficio de ambos países.
Las relaciones con
los Estados Unidos históricamente han representado un desafío para Cuba, por su
permanente pretensión de ejercer su dominación sobre nuestra nación y la
determinación de los cubanos de ser libres e independientes, sin importar los
peligros a enfrentar ni el precio que tengamos que pagar (Aplausos).
La unidad del
pueblo en torno al Partido, su profundo patriotismo y cultura política, que nos
permitieron enfrentar la política de agresión y hostilidad, servirá de escudo
para vencer cualquier intento de socavar el espíritu revolucionario de los
cubanos. Este será un reto, en especial para los más jóvenes, a quienes el
Partido reconoce como continuadores de la obra revolucionaria y de las
convicciones patrióticas de sus abuelos y padres.
Agradecemos el
apoyo que durante todos estos años hemos recibido de la comunidad
internacional, partidos y movimientos políticos, organizaciones sociales,
intelectuales, académicos, religiosos, artistas, líderes sindicales, campesinos
y estudiantiles, amigos solidarios que desde todas partes del mundo nos han
acompañado en nuestra lucha. Sabemos que podremos seguir contando con ellos en
la batalla por construir un mundo mejor. A todos les ratificamos que siempre
tendrán el apoyo incondicional y solidario de la Cuba eternamente
revolucionaria e internacionalista.
América Latina y el
Caribe se encuentran bajo los efectos de una fuerte y articulada contraofensiva
imperialista y oligárquica contra los gobiernos revolucionarios y progresistas,
en un contexto complejo, marcado por la desaceleración de la economía, que ha
impactado negativamente en la continuidad de las políticas de desarrollo e
inclusión social y las conquistas alcanzadas por los sectores populares.
Esa acometida
reaccionaria utiliza métodos y tecnologías propias de la nueva doctrina de la
guerra no convencional, especialmente en el terreno de la comunicación y la
cultura, sin descartar acciones desestabilizadoras y golpistas.
Esta política está
dirigida principalmente contra la hermana República Bolivariana de Venezuela y
se ha intensificado en los últimos meses en Bolivia, Ecuador, Brasil, así como
en Nicaragua y El Salvador.
Recientes reveses
de gobiernos de izquierda en el hemisferio son utilizados para anunciar el
cierre de un ciclo histórico progresista, abrir paso al retorno del
neoliberalismo y desmoralizar a las fuerzas y partidos políticos, movimientos
sociales y clases trabajadoras, lo que deberemos enfrentar con más unidad y
mayor articulación de las acciones revolucionarias.
Abrigamos la firme
convicción de que el pueblo venezolano defenderá el legado del querido
compañero Hugo Chávez Frías e impedirá el desmantelamiento de los logros alcanzados.
A la Revolución
Bolivariana y Chavista, al Presidente Maduro y su gobierno, a
la unión cívico - militar del pueblo venezolano, les ratificamos nuestra
solidaridad y compromiso y el resuelto rechazo a las pretensiones de aislar a
Venezuela mientras se dialoga con Cuba.
Demandamos que se
respete la soberanía e independencia de los Estados y cesen los actos de
injerencia en sus asuntos internos. Al propio tiempo, reafirmamos el apoyo
decidido a todos los gobiernos revolucionarios y progresistas, encabezados por
líderes prestigiosos, cuyas políticas económicas y sociales han llevado justicia,
dignidad, soberanía y beneficios tangibles a las grandes mayorías de la región
más desigual del planeta.
Se renuevan también
los esfuerzos de los Estados Unidos y sus aliados, para socavar la unidad y el
proceso de integración regional, frustrar el avance de la CELAC, del ALBA, UNASUR y
otros, mediante una supuesta reforma del sistema interamericano, en particular
de la OEA, así
como se otorga mayor protagonismo a otros esquemas afines a sus intereses
hegemónicos.
No olvidaremos
jamás que la OEA—Organización
de Estados Americanos, fundada por los Estados Unidos a finales de la mitad del
siglo pasado, al inicio de la
Guerra Fría— solo ha servido a intereses contrarios a los de
nuestra América. Esa organización, justamente calificada como “ministerio de
colonias” de Estados Unidos por el Canciller de la Dignidad, el compañero
Raúl Roa García, fue la que sancionó a Cuba y estuvo dispuesta a dar apoyo y
reconocer a un gobierno títere, si se hubiera consolidado la invasión
mercenaria de Playa Girón. Es interminable la lista de su accionar contra la
naciente Revolución cubana y otros gobiernos revolucionarios y progresistas.
A pesar de que
nunca hemos estimulado a otros países para que abandonen dicha organización, sí
debo reiterar lo expresado en Brasil hace ya unos años, parafraseando a José
Martí, de que antes de que Cuba regrese a la OEA “se unirá el mar del Norte al mar del Sur y
nacerá una serpiente de un huevo de águila”.
Es indispensable
continuar avanzando en la consolidación de la CELAC como mecanismo de concertación política
genuinamente latinoamericano y caribeño, basado en el concepto de la unidad en
la diversidad. La Proclama
de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, firmada por los Jefes de Estado
y Gobierno durante la
Segunda Cumbre celebrada en La Habana, mantiene plena
vigencia y sus principios deben regir las relaciones entre nuestros Estados y
también a nivel internacional.
Mantendremos
nuestros esfuerzos, como hasta ahora, para alentar el proceso de paz en
Colombia.
Es invariable el
tradicional apoyo de Cuba a los esfuerzos de la República Argentina
para recuperar la soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y
Sandwich del Sur.
Reafirmamos nuestra
solidaridad con el pueblo de Puerto Rico y su aspiración de alcanzar la
autodeterminación y la independencia, al igual que rechazamos cualquier forma
de colonialismo.
Proseguiremos
abogando, actualmente desde la
Presidencia de la Asociación de Estados del Caribe, por la plena
integración regional y la defensa de los legítimos intereses de las naciones
caribeñas en materia económica y ambiental y en apoyo a su justa demanda de
compensación por las terribles consecuencias de la esclavitud y el
colonialismo. Seguiremos otorgando especial prioridad a nuestra cooperación con
Haití.
Los pueblos
hermanos del Tercer Mundo que se esfuerzan por transformar la herencia de
siglos de dominación colonial saben que siempre contarán con la solidaridad y apoyo
de Cuba y que continuaremos cumpliendo los compromisos de cooperación, sobre la
base de compartir lo que tenemos, no lo que nos sobre.
Una confirmación de
ello fue la participación heroica del personal médico cubano en la lucha contra
el Ébola, que concitó reconocimiento universal.
Seguiremos
priorizando el desarrollo multifacético de las relaciones con todos los amigos
y socios que nos han acompañado durante estos años y mantendremos el
intercambio de experiencias con los partidos y gobiernos de los países
socialistas. Al mismo tiempo reiteramos la política de nuestro Partido de
desarrollar relaciones con todas las fuerzas y movimientos políticos legítimos
independientemente de su signo ideológico.
La próxima firma
del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación entre Cuba y la Unión Europea, que
entraña la eliminación de la injerencista Posición Común y la positiva
evolución de los vínculos bilaterales con sus Estados miembros, son factores
que contribuyen a la conformación de un clima propicio para el desarrollo de
una interrelación mutuamente ventajosa con este importante bloque de naciones.
A ello se une el
reciente acuerdo alcanzado con el Club de París, que permitirá normalizar las
relaciones con la comunidad financiera internacional.
La visita a Cuba el
pasado año del Papa Francisco, sus prédicas en favor de la paz y la equidad, la
erradicación de la pobreza, la defensa del medio ambiente y sus análisis sobre
las causas de los principales problemas que afectan a la humanidad
contribuyeron al avance de los vínculos entre la Santa Sede y Cuba, en
el marco del 80 aniversario de su establecimiento.
El histórico
encuentro en La Habana
del Papa Francisco y el Patriarca Kirill, el pasado mes de febrero, nos honró
profundamente y permitió reiterar el compromiso de Cuba con la preservación de
la paz y la promoción del diálogo a nivel internacional.
Son cada vez
mayores las amenazas a la paz y la seguridad internacionales que se derivan del
intento del imperialismo norteamericano de imponer su posición hegemónica
frente a los cambios en el equilibrio mundial, de la filosofía de usurpación y
control de recursos naturales estratégicos que se evidencian en el creciente
carácter ofensivo y agresivo de la doctrina militar de la OTAN y en la proliferación de
guerras no convencionales con el pretexto del enfrentamiento al “terrorismo
internacional”; la agudización de sus contradicciones con Rusia y China, y el
peligro de un conflicto bélico de dimensiones incalculables en el Medio
Oriente.
Como advertimos muy
tempranamente, la expansión de la
OTAN hacia la frontera con Rusia ha provocado graves peligros
a la paz y la estabilidad, lo cual se agrava por la aplicación de arbitrarias e
injustas sanciones unilaterales contra ese país.
La situación en
Siria, a causa de la intervención extranjera, ha tenido un saldo de cientos de
miles de vidas y enorme destrucción. Confiamos en la capacidad del pueblo y el
gobierno sirios para encontrar una solución pacífica que preserve la
independencia y la integridad territorial de esa nación.
Las oleadas de
refugiados hacia Europa conmueven la conciencia de la humanidad. Son
consecuencia de la intervención foránea, las guerras provocadas desde el
exterior y el propio subdesarrollo, poniéndose de manifiesto el doble rasero y
la hipocresía en el tratamiento de los derechos humanos, el aumento de la
xenofobia, el racismo y la discriminación de los inmigrantes, así como el
reforzamiento de fuerzas neofascistas.
Mantenemos nuestra
tenaz oposición al terrorismo en todas sus formas y manifestaciones y del que
hemos sido víctimas desde el mismo triunfo de la Revolución.
Condenamos la
ocupación por Israel de los territorios palestinos y de otros países árabes,
sin cuya solución no se alcanzará una paz duradera en esa región.
Reiteramos nuestra
solidaridad con la República
Árabe Saharaui Democrática en la lucha contra la ocupación de su territorio.
La desfavorable
situación económica internacional, marcada por el agravamiento de la crisis
sistémica mundial, y las tendencias recesivas de las principales economías
hacen más vulnerable y precaria la situación de los países del Tercer Mundo; se
acentúan la injusticia y la irracionalidad del orden económico internacional
que es indispensable sustituir y se pone de manifiesto la necesidad de construir
una nueva arquitectura financiera internacional.
Consideramos que
mientras ello no ocurra serán inviables los objetivos proclamados en materia de
desarrollo sostenible e inclusión social en la Cumbre de las Naciones
Unidas para la aprobación de la
Agenda de Desarrollo Sostenible 2030.
De igual modo,
creemos que el marco de cooperación acordado tras la Cumbre de París sobre el
cambio climático continúa siendo limitado por la persistencia e imposición de
patrones irracionales de producción y consumo, incompatibles con la
preservación de la especie humana. La falta de voluntad política de las
naciones industrializadas impide establecer compromisos efectivos en cuanto al
financiamiento y la transferencia de tecnología, a tono con el concepto de
responsabilidades comunes, pero diferenciadas.
En las complejas
circunstancias de nuestra región y del mundo, la política exterior de la Revolución Cubana
se mantendrá fiel a los principios originales que hemos defendido en las
coyunturas más difíciles y ante las más graves amenazas y desafíos.
Finalmente,
compañeras y compañeros, tenemos por delante intensas jornadas de labor en este
Congreso, convencidos de que será un evento histórico y fructífero, del cual
emanen las direcciones principales de nuestro trabajo en pos de la consecución
de una nación soberana, independiente, socialista, próspera y sostenible.
Muchas gracias
(Ovación).
Síntesis
y conclusiones del Taller de Lectura
Nº 87
En este Taller hemos abordado la segunda
parte del Informe Central al 7mo. Congreso del Partido Comunista de Cuba,
presentado por el Primer Secretario del Comité Central, General de Ejército
Raúl Castro Ruz, en La Habana
el 16 de Abril de 2016. Inicia el discurso con una contextualización histórica
de este Congreso dentro del período revolucionario cubano, con la presentación
de importantes proyectos de documentos rectores, como la reseña de la evolución
de la economía en el quinquenio pasado, el informe sobre los resultados de la
implementación de los Lineamientos de la Política Económica
y Social, y su actualización para el próximo quinquenio. Por otro lado presenta
las bases del Plan Nacional de desarrollo económico y social hasta el año 2030 y
la conceptualización del modelo, como así también el trabajo del Partido
Comunista en el cumplimiento de los objetivos aprobados. Hace un análisis de
los obstáculos y contradicciones por las que tuvieron que transitar para lograr
las transformaciones propuestas, en aras de lograr la construcción de un socialismo
próspero y sostenible, considerando que la introducción de las reglas de la
oferta y la demanda en la economía cubana no está reñida con el principio de la
planificación, que es uno de los tres principios del socialismo, siendo los
otros dos: la propiedad de todo el pueblo sobre los medios fundamentales de
producción y la distribución equitativa de las riquezas. Se refirió a la
necesidad de seguir avanzando en la eliminación la dualidad monetaria y
cambiaria que rige en el país. También serán paulatinamente eliminadas las
gratuidades indebidas y los subsidios excesivos, para hacer realidad el
principio socialista que expresa "de cada cual según su capacidad y a cada
cual según su trabajo". Mencionó la ventaja de la creación de las cooperativas
de producción no agropecuarias, acompañando el proceso de la formación de
pequeños grupos de cuentapropistas. Con respecto a las nuevas relaciones de
propiedad, donde aparece el trabajo por cuenta propia, el reconocimiento de la
propiedad privada y la autorización de la contratación de fuerza de trabajo, se
refiere exclusivamente a pequeños negocios que podrá realizar el trabajador y
su familia actuando en límites bien definidos y regulados por la ley. No son
por su esencia antisocialistas ni contrarrevolucionarias. Con respecto al proyecto
de conceptualización del modelo económico y social cubano, éste está basado en los principios del legado martiano, el
marxismo – leninismo, el pensamiento del Líder Histórico de la Revolución Cubana,
Fidel Castro Ruz, y la propia obra de la Revolución. Por otro lado menciona la
necesidad de la unidad del pueblo en torno al Partido único, al desafío que
representa el trabajo ideológico y la necesidad de la permanente formación de
cuadros para evitar la corrupción. Se establecen límites de edad para el
ingreso al Comité Central del Parido, como así también para el desempeño de
cargos de dirección. Con respecto a la defensa, mientras exista el imperialismo
se prestará especial atención a mantener la doctrina de guerra de todo el
pueblo, como un fundamento estratégico. En relación al restablecimiento de las
relaciones diplomáticas con los Estados Unidos, éstas sólo se irán normalizando
en la medida que se respete la igualdad soberana, la no injerencia en los
asuntos internos y el absoluto respeto a la independencia. Deberá eliminarse el
bloqueo económico, comercial y financiero, la devolución del territorio
ilegalmente ocupado por la Base Naval de Guantánamo, deberán suprimirse los
programas dirigidos a cambiar el sistema
político, económico y social en Cuba, se deberá eliminar la "Ley de ajuste
cubano", la "política de pies secos – pies mojados" y el
"Programa de parole para profesionales médicos cubanos", todo esto
ante la clara intención del gobierno norteamericano, que al reconocer el
fracaso de la política contra Cuba no disimulan al afirmar que los propósitos
siguen siendo los mismos y solo se modifican las formas. Finalmente Raúl hace referencia
al permanente apoyo recibido de la comunidad internacional, que en este momento
está siendo agredida nuevamente por los intereses imperiales. Manifiesta la
necesidad de continuar avanzando en la consolidación de la CELAC como zona de
paz, que siempre podrá contar con la solidaridad y el apoyo de Cuba. También
mencionó las consecuencias de la desfavorable situación económica internacional,
con la propuesta de una nueva arquitectura financiera mundial.
En el transcurso del posterior debate se acordó
que el gobierno cubano se ocupa de atender con mucha responsabilidad y seriedad
su proceso político, contando para ello con cuadros capaces de asumir desde el
punto de vista profundamente ideológico esta propuesta. Lo importante de llevar
al debate general entre toda su población la conceptualización del nuevo modelo
económico y social, sin descuidar las bases del
socialismo. Con respecto a los derechos humanos en Cuba pudimos apreciar
como los abordan ellos, considerando que la salud y la educación deben ser
gratuitos para todo el pueblo, y no un negocio como es en el mundo capitalista.
Su convicción de tener un único partido político para evitar fraccionamientos,
que seguramente pondrían en peligro la
Revolución, el mismo socialismo y la independencia nacional. Y esto nos llevó a
pensar en la importancia de unificar las fuerzas progresistas y de izquierda en
nuestro país .
Finalmente se acordó abordar para el próximo
Taller de Lectura la disertación que dio el vicepresidente de Bolivia Álvaro García
Linera el 27 de mayo de este año en la Facultad de Ciencias Sociales de la
Universidad de Buenos Aires.
Grupo Bariloche de
Solidaridad con Cuba, 2 de julio de 2016
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