Taller de
Lectura # 94 - Febrero de 2017
Algunas reflexiones sobre la
implementación de los Lineamientos
Por: Julio A. García Oliveras
18 diciembre 2016 – Tomado de
Granma
Dada la gran importancia que conllevaba la puesta en
práctica a partir del 2011 de los Lineamientos en cuanto al desarrollo
económico y social del país se fue generando una preocupación por la lenta
implementación de los mismos. Para Enero del 2016 quedó confirmado que hasta
esa fecha solo habían sido implementados el 27% de los 313 correspondientes al
proyecto inicial. Este retraso parecía no corresponder a la buena acogida
popular que se generó con la amplia discusión del discurso del Presidente Raúl
Castro Ruz en Camagüey, sobre el cual se expusieron abiertamente las
preocupaciones en relación a los problemas fundamentales del país. Ya la misma
transformación de las opiniones de la población en 313 enunciados suscitó
algunas preocupaciones en los que seguíamos el proceso. Claro que los
Lineamientos en sí eran una síntesis de las tareas a cumplir y como tal tenían
una expresión abreviada y que en algunos casos no siempre abarcaban todos los
aspectos de los objetivos planteados.
Tampoco era lógico pensar que alcanzar las metas
establecidas en los Lineamientos se iba a producir de forma acelerada. Era
necesario estudiar la estructura particular y general de todo el contenido del
proyecto para lograr el éxito de la tarea. Sobre esto alertó repetidamente el
Presidente subrayando que el trabajo había que hacerlo “sin prisa pero sin pausa”.
Algunas experiencias
sobre organización y sistemas[1]
El país había estado funcionando básicamente con el mismo
modelo en cuanto a lo económico y lo social por espacio de más o menos 50 años.
No era tarea fácil transformar dicho sistema de forma rápida aunque se
proyectaran medidas técnicamente más actuales y eficientes. Cuando se estudia
la opinión de los expertos en la materia encontramos que según su experiencia
nunca dos sistemas serán iguales, y puede existir mucho espacio para la
innovación al diseñar nuevos métodos para un mismo objetivo, pero se debe tener
en cuenta que muy pocos problemas no han sido resueltos anteriormente de alguna
forma. El sistematizador no actuará de forma inteligente si desecha enteramente
la experiencia acumulada por otros, subrayan los expertos. Una regla importante
para el trabajo es que el sistema a implantar debe estar basado en la
experiencia y práctica de situaciones similares. La experiencia muestra que
cuando se trata de actualizar un sistema existente, no es necesario cambiar
enteramente el viejo. Seguramente algunas de sus partes serán satisfactorias y
según sean menos los cambios, menor será la perturbación en cuanto al
entrenamiento del personal, y para los registros será más fácil la comparación
entre la vieja información y la nueva. La implantación de un nuevo sistema es
una tarea sumamente complicada cuando se trata de mantener una dirección
eficiente.
No se puede dar por terminado un nuevo sistema si no se ha
diseñado la gráfica de sus componentes, con el título de cada uno en un orden
establecido. Para asegurar el buen funcionamiento de la aplicación tienen que
elaborarse instrucciones escritas sobre la función que le corresponde en el
sistema; tener bien definida la trayectoria detallada y el procedimiento en
cada una de las partes; y finalmente las tareas correspondientes a cada
integrante del sistema así como los lugares y plazos para realizarlas, entre
otros aspectos. Todo esto muestra la complejidad que puede representar un
proyecto de un cambio a nivel del Estado.
Lo anterior es una tarea que demanda un esfuerzo intenso y
cuidadoso cuando se trata de modificar un sistema de dirección y
administración. Cada elemento del sistema debe estar basado en un estudio
exhaustivo de cada uno de sus componentes. Casi no se pueden poner límites para
dicho estudio a no ser aquellos impuestos por el tiempo. La naturaleza y número
de operaciones, la urgencia que demanda la información con vista a los
problemas de la dirección y finanzas, la amplitud de las características del
control, y en particular la calidad y entrenamiento del personal involucrado
son algunas de las cosas que no pueden ser dejadas a un lado. Otro aspecto
fundamental del trabajo corresponde a los intereses de la dirección superior
por tipos específicos de información, algo que tiene que ser una guía para el
sistematizador en su trabajo. El no puede negarle aquello a que están
acostumbrados a recibir o lo que consideran necesario. Por otra parte, la
dirección no debe ser recargada con una masa de información en la que no está
interesada. El sistematizador no puede imponer sus ideas.
Son muchos los requisitos para que la implantación de un
nuevo sistema opere eficientemente. Lamentablemente, en el caso del proceso de
los Lineamientos en nuestro país, la información sobre estos requisitos
consideramos que no han sido suficientes en general, incluso para funcionarios
o dirigentes que están directamente involucrados en llevar a la práctica las
tareas. Según la implementación baja a los niveles inferiores de ejecución hay
que tener en cuenta que se contará con personal menos preparado. Por lo que
debe tratarse de usar modelos usuales en lugar de nuevos modelos y evitarse su
multiplicidad. Debe ser evitado el peligro de sobresistematizar.
Pero en la instalación de un nuevo sistema no solo se trata
de establecer procedimientos y nuevos modelos. Hay que tener muy en cuenta que
el sistema no podrá funcionar bien si el personal no es entrenado previamente
haciéndole entender la necesidad de cumplir las instrucciones al pie de la
letra. Se necesita tacto y diplomacia para obtener la cooperación de los
involucrados, especialmente en el caso de empleados de muchos años de trabajo
que se han acostumbrado a otros métodos. Esto es particularmente importante en
el caso de nuestro país. Cuando se trata de la instalación de sistemas
administrativos muchos trabajadores pueden no simpatizar con la nueva forma que
se les encomienda. Y el problema no se reduce a los empleados de más bajo
rango, es posible que los propios ejecutivos sean más difíciles de tratar como
muestra la experiencia.
Por todo lo anterior, cuando se trata de cambiar un sistema
existente, no es necesario cambiar enteramente el viejo sistema, insisten los
expertos. Seguramente algunas de sus partes serán utilizables y según sean
menos los cambios menor será la perturbación en el entrenamiento del personal y
será más fácil la comparación entre la vieja información y la nueva.
En el año 2011 publicamos en el número 34 de la Revista
Bimestre Cubana el trabajo “Algunas experiencias de Vietnam en relación a la
reforma económica” que recoge muchas experiencias interesantes de aquel proceso
tras 20 años de su inicio.
Por todo lo anterior muchos expertos recomiendan como
deseable o necesario introducir un nuevo sistema gradualmente y no todo de una
vez. Esto es particularmente decisivo para el caso de organizaciones grandes –
como el Estado- donde el entrenamiento de todos los participantes no se puede
hacer simultáneamente. Algunas veces es deseable mantener algunos viejos
métodos que continúen hasta que sean eliminados en el curso natural de las
operaciones.
La coordinación, un
requisito fundamental
No somos especialistas en una tarea tan compleja como la
implementación a nivel nacional de los Lineamientos. Hemos seguido con mucho
interés el proceso desde que se inició en el año 2011 y durante los años
transcurridos hemos consultado los trabajos de reconocidos estudiosos en
diferentes países, tanto socialistas[2] como capitalistas. Personalmente
estimamos que en esta nueva etapa que se inicia ahora con el VII Congreso de
nuestro Partido era oportuno expresar algunas reflexiones resultantes de las
opiniones de los especialistas a que habíamos tenido acceso. No tenemos dudas
sobre el alto nivel en cuanto al domino de las Ciencias Económicas de la
Comisión de Implementación, pero por la mencionada lentitud del proceso y las
no pocas modificaciones que han tenido lugar, hemos llegado a la conclusión de
que el aspecto más débil del proceso es el relativo a la organización o implementación
de los resultados, tarea que corresponde al establecimiento de la coordinación
en cuanto a los principios básicos de la administración. Cuando se considera el
aspecto organizativo se utiliza usualmente el término de gestión o management
que se puede definir como “la manipulación del capital humano de una entidad u
organismo para contribuir a su éxito“. Esto implica una comunicación efectiva
entre los participantes, un ambiente favorable y la presencia de una motivación
humana. Como tal, el management no es la manipulación de un mecanismo ni el
manejo de un rebaño, ya que constituye una función esencial cuyo objetivo está
dirigido a mejorar la vida propia y las relaciones. Otros aspectos de la
dirección administrativa como los planes, los controles y los resultados
económicos no son necesariamente los componentes correspondientes al
management, cuyo objetivo esencial es que el funcionamiento de la entidad se
desarrolle de la forma más eficiente posible.
Henry Fayol[3] ha sido uno de los mayores contribuyentes al
concepto moderno de management que pudiera definirse como “El arte de hacer las
cosas a través de las personas”, si se describe filosóficamente esa tarea. El
enfoque teórico del management comprende identificar la misión, el objetivo, los
procesos, reglas y particularmente la manipulación del capital humano de una
entidad –bien sea una empresa o el Estado- para contribuir a su éxito y no
necesita que se vea desde el punto de vista empresarial solamente.
Todos los especialistas desde Fayol hasta Drucker[4] en
general están de acuerdo que los cinco elementos fundamentales de que consta la
dirección administrativa son previsión, planificación, organización,
coordinación y control. Al reflexionar sobre el proceso de implementación,
tomando en cuenta las opiniones que hemos conocido de los expertos, un aspecto
esencial está basado especialmente en la conducción de los esfuerzos de un
grupo de individuos hacia un objetivo común. En este aspecto, la coordinación
es una de las misiones priorizadas para todo sistematizador. En el caso de la
implementación de los Lineamientos, no dudamos que los fundamentos económicos
han sido bien proyectados pero la coordinación ha tenido problemas. La
coordinación es una condición que tiene que estar en el centro del trabajo, en
lugar de ser un recurso para ayudar a realizarlo. A medida que una entidad –una
empresa o el Estado– aumentan de tamaño, la tarea de sincronizar sus
actividades se hace cada vez más difícil. El grado de especialización en los
diferentes departamentos o componentes del sistema general y de sus tareas,
necesitan un buen ensamble de esfuerzos para asegurar resultados unificados.
Aunque la coordinación es solamente uno de los factores que contribuye a la
eficiencia del sistema, es sin embargo uno de los más importantes. Esto, a
nuestro juicio ha sido un punto débil en la implementación de los Lineamientos.
Las actividades coordinadas no solo deben tener correspondencia unas con otras,
sino que también deben ser realizadas en tiempo oportuno. Muchos ejemplos se
pueden citar. El clásico es el de una fábrica de automóviles. Las numerosas
piezas deben llegar a la línea de montaje justamente en el momento oportuno. No
se pueden poner las piezas para un modelo de auto en otro. También hay que
ajustar la velocidad de la misma línea de montaje y la asignación del trabajo
de forma que un grupo de empleados no estén ociosos por falta de algún
suministro mientras otros se ven en dificultades para acabar una tarea antes
que se acerque la siguiente. Esto se puede aplicar también a la emisión de
leyes o regulaciones del Estado[5].
Los expertos subrayan que la clave para la coordinación de
actividades se basa en la existencia de una buena comunicación. Al inicio de
las tareas de la implementación de los Lineamientos en el 2011 se creó una
etapa que fue calificada por muchos de secretismo. Sin embargo, era necesario
saber si las medidas a aplicar se sucedían de acuerdo con el plan, de forma que
fuera posible aplicar ajustes en caso necesario. Una regla fundamental a tener
en cuenta es que la coordinación se logra solamente cuando el personal
involucrado que ejecuta las tareas tiene la información del trabajo de que se
trata. Esto es vital en la preparación de un programa para el futuro. Así, a
menudo, cuando algo va mal se producen los comentarios: «¿Por qué no me lo dijo
nadie?», «¿Cómo iba a saberlo?». Los sistemas de comunicación deben
proporcionar el flujo de toda la información necesaria para la coordinación. A
cada paso de un trabajo complejo usualmente se necesita la acción coordinada de
varios departamentos diferentes.
También el objetivo final, tiene que ser bien conocido por
las personas cuyas actividades necesitan coordinarse, lo que ejerce una
influencia poderosa sobre la coordinación voluntaria. Esto está bien claro en
tiempos de guerra, cuando todos los participantes en las actividades de la
defensa, están preocupados por ayudar a otras personas si haciéndolo así hay
una mayor contribución para la victoria. Si este objetivo se ignora, serán más
comunes las querellas sin importancia y la indiferencia general por los
problemas de los demás.
Por otra parte, para el buen desarrollo de la coordinación
también hay que aprovechar las costumbres y condiciones existentes. La
coordinación voluntaria es más probable que ocurra cuando las personas
encuentran fácil el trabajar unas con otras. Esto pudiera conseguirse en parte
alentando el desarrollo de costumbres de trabajo y métodos ampliamente
empleados. En general, cada entidad –organismo o departamento– tiene cierta
forma o costumbre particular de trabajo. El organizador del sistema debe tener
en cuenta que la existencia de esas costumbres afectan la facilidad con que el
personal trabaja unos con otros. Si esto existe la coordinación es más fácil de
conseguir.
Igualmente, los contactos informales son una oportunidad
adicional para reforzar las comunicaciones formales. Al hablar informalmente
después de una taza de café es posible que un ejecutivo señale que las
ineficiencias de otro departamento le están causando dificultades, sin
necesidad de una queja que aparezca en sus informes. Esta información, que es
comunicada a través de dichos contactos informales, proporciona una base y
entendimiento esencial necesario para la coordinación. En toda empresa o
departamento, los ejecutivos y otros empleados forman naturalmente grupos
sociales, lo que los sociólogos llaman “organización informal”. Es en gran
parte a través de estas vías que se puede realizar también la comunicación que
hemos descrito. Para el sistematizador que busca la coordinación es valioso el
conocimiento de estos grupos informales, debido a que pueden indicar donde
serán fáciles los ajustes voluntarios y donde serán difíciles. Adicionalmente,
a través de conferencias, de los comedores de la empresa o proyectos conjuntos
y otros medios, es posible promover relaciones entre las personas cuyos
trabajos deben coordinarse. Tal atención a las relaciones informales debe
considerarse, por tanto, como una de las ayudas positivas para la coordinación
voluntaria. Los aspectos mencionados aportan un efecto importante. Los ajustes
voluntarios son más fáciles de efectuar con personas que se tratan cara a cara.
Es más fácil resolver dificultades cuando se trata un problema sobre una base
amistosa que cuando se escribe una queja a la oficina central. También es más
fácil hacer ajustes cuando los planes están aun en estado de formación y antes
de que se inicie el funcionamiento del sistema.
La coordinación simplificada, los programas armonizados, las
políticas y los métodos de comunicación bien diseñados y las ayudas en la
coordinación voluntaria irán muy lejos en la consecución de la acción
unificada, aunque siempre quedaran, sin embargo, un grupo residual de problemas
de coordinación que deben ser tratados por los encargados de supervisar el
trabajo.
Las diferentes formas de coordinación entre organismos, e
incluso entre departamentos, es algo a lo que se debe dar la mayor importancia
en la compleja tarea de la implementación de los Lineamientos, y que obviamente
no corresponde al secretismo dado inicialmente a la tarea. Hay que tener
presente que el proceso de organización es la definición y la creación de la
estructura general de una entidad –en nuestro caso el Estado– y por
consiguiente la necesidad de dar una forma a toda esa estructura y de
determinar el lugar y las funciones de cada una de sus componentes a lo que
Fayol precisa a estos efectos que es sobre todo que se trata de un organismo
social. En el mismo engranaje administrativo y entre los participantes existe su
propia «fuerza de iniciativa», que bien empleada puede ampliar
considerablemente la capacidad de acción del sistematizador. Como afirma Fayol,
gestionar significa conducir la entidad hacia su meta, procurando sacar el
mejor provecho posible de todos los recursos de que dispone.
Precisando los conceptos, Fayol y otros expertos establecen
una diferencia entre management y administración, considerando el contenido de
administración mucho más estrecho ya que no son solo los factores materiales,
sino principalmente, los sicológicos y sociológicos los que influyen más en la
productividad, coincidiendo en esto con Drucker. La necesidad de una
investigación científica de los aspectos sicológicos de la gestión ha ido
ganando en importancia en los nuevos enfoques del proceso de management. Si la
dirección se orienta más hacia los hombres que hacia la producción, las
perspectivas de estabilidad social y progreso del individuo crecerán en medida
considerable. Para todos los componentes humanos del sistema las exigencias
puramente técnicas que se le presentan tienen una importancia relativamente
menor que su situación social y sicológica. Por esa razón, actualmente se
considera que los problemas del trabajo deben examinarse desde el ángulo de las
relaciones humanas. Esto significa en cuanto a los aspectos que comentamos en
este trabajo sobre la implementación de los Lineamientos, que no basta crear en
el sistema de organización condiciones capaces de estimular – material o
técnicamente– los esfuerzos individuales sino que también se necesitan medidas
llamadas a ejercer efecto en los grupos sociales, considerando todas las
peculiaridades sicológicas y sociales de los mismos.
Nos hemos extendido un poco en esta disgresión sobre los
aspectos sociales y sicológicos de una tarea como la implementación ya que
consideramos que en el trabajo que se ha realizado hasta la fecha en cuanto a
los Lineamientos estos aspectos no han tenido la atención necesaria dada la
envergadura y alcance de la tarea. El management es una función única dentro de
la tarea de organizar un sistema. En algunas publicaciones especializadas
actuales se subraya que depende de modo decisivo de la comunicación entendida
en el sentido más amplio, algo que hemos tratado de destacar en este trabajo ya
que la problemática de la implementación no puede reducirse solo a problemas
económicos y técnicos, es preciso tomar en consideración igualmente los
problemas sicológicos y sociológicos del personal involucrado, sobre todo si se
trata de componentes de gran envergadura como son los del Estado.
La idea fundamental que se debe tener en cuenta es que ser
un buen administrador, como señalaba Lenin, significa, en primer lugar, poseer
hábitos y conocimientos especiales y, en segundo lugar, saber trabajar con la
gente.
Notas bibliográficas
[1] Ver W.A. Paton SYSTEMS en Accountants’ Handbook y
COORDINACIÓN EN PROMAGRAMACIÓN, ORGANIZACIÓN Y CONTROL DE W. H. Newman
[2] En la Unión Soviética a fines de los años 60 del pasado
siglo se le dio una atención especial a los estudios sobre los problemas de la
organización y gestión en cuanto a los problemas de la economía.
[3] Henry Fayol (1841-1925). Ingeniero francés, considerado
por sus eminentes aportes al movimiento proadministración científica.
[4] Peter Drucker (1909-2005). Fue un consultor sobre
management. Educador y autor cuyos escritos contribuyeron a las bases
filosóficas y prácticas del mundo actual de los negocios y ha sido calificado
como el fundador del management moderno.
[5] Entre los años 2011 y 2014 se organizaron en la SEAP 14
talleres y conferencias en apoyo a la implementación de los Lineamientos: sobre
soberanía alimentaria, el comercio exterior, la industria azucarera, el medio
ambiente y la agricultura, capital humano y desarrollo local, etc. Los
participantes en los eventos hicieron repetidas referencia en cuanto a la
necesidad de información sobre el procedimiento de la implantación para la
coordinación en su implementación.
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