Decálogo
del Joven Comunista
Ante
la cercanía del X Congreso de la UJC, compartimos en Soy Cuba 10 coordenadas
que sirvan de guía al relevo político de la Revolución cubana
Resoluto.
Imprescindible. Jamás negociable.
2. Estar en la
vanguardia
Harto
conocido es, para los militantes de la UJC, el llamado del Che Guevara durante
la ceremonia por el segundo aniversario de la integración del movimiento
juvenil revolucionario, el 20 de octubre de 1962: «La Unión de Jóvenes Comunistas
tiene que definirse con una sola palabra: vanguardia. Ustedes, compañeros,
deben ser la vanguardia de todos los movimientos. (…) Los primeros en el
trabajo. Los primeros en el estudio. Los primeros en la defensa del país».
Fidel,
durante el discurso pronunciado en la clausura del Congreso de la Asociación de
Jóvenes Rebeldes, el 4 de abril de 1962; explicitó al relevo generacional como
esencia del proyecto de nación soñado y sangrado por jóvenes como él: «A
nosotros nos ha correspondido el privilegio o el derecho de empezar a hacer esa
Revolución, a nosotros nos ha correspondido la oportunidad de comenzar. A
ustedes sí que les corresponderá el privilegio de llevarla adelante».
«Los
hombres se parecen más a su tiempo que a sus padres», afirma un proverbio
árabe. Esa distancia, casi inevitable, aunque no antagónica, entre
generaciones, suscita hoy -o debería hacerlo-, varias preguntas en los jóvenes
comunistas cubanos: ¿Cómo es el tiempo que les ha tocado vivir, que no son los
mismos de ayer ni serán los de mañana; qué esperan de ellos las generaciones
que les legaron el presente; y qué quieren hacer ellos por este, y los tiempos
por venir?
El
propio Che Guevara, en la temprana fecha de 1962, llamó a la juventud a
escuchar siempre, con respeto, la voz de la experiencia acumulada por los
primeros impulsores de la Revolución; y luego advirtió: «Pero la juventud tiene
que crear. Una juventud que no crea es una anomalía, realmente. Y a la Unión de
Jóvenes Comunistas le ha faltado un poco de espíritu creador. Ha sido (…)
demasiado dócil, demasiado respetuosa y poco decidida a plantearse problemas
propios». El afán por ser cada día más protagonistas de su propia historia
impulsa gran parte del quehacer de esa institución y sus integrantes.
6. Rebelarse con
causa
Es
casi una exigencia de principios del espíritu juvenil ser rebelde, desafiante,
incómodo. El Che Guevara invitó a las juventudes a rebelarse, pero con el
sublime motivo de combatir las injusticias cometidas contra la humanidad en
cualquier parte del mundo: «(…) se plantea a todo joven comunista ser
esencialmente humano, ser tan humano que se acerque a lo mejor de lo humano,
purificar lo mejor del hombre por medio del trabajo, del estudio, del ejercicio
de la solidaridad continuada con el pueblo y con todos los pueblos del mundo,
desarrollar al máximo la sensibilidad hasta sentirse angustiado cuando se
asesina a un hombre en cualquier rincón del mundo y para sentirse entusiasmado
cuando en algún rincón del mundo se alza una nueva bandera de libertad».
7. Estudiar, trabajar
y empuñar el fusil
El
lema de la UJC encierra las tareas fundamentales que deben ocupar a las
juventudes cubanas: el estudio, el trabajo y la defensa del país
-esta
última sintetizada en la emblemática arma de combate de los guerrilleros
cubanos: el fusil-.
El
Che los consideró, incluso, «los símbolos de todo el pueblo de Cuba», con lo
cual volvió a distinguir la importancia del protagonismo de la juventud dentro
de la gran masa popular.
Una
vez más, el Che destacó la necesidad de la ruptura con esquemas y rutinas como
un rasgo del verdadero revolucionario: «Eso es algo que debe caracterizar al
joven comunista (…) espíritu inconforme cada vez que surge algo que está mal,
lo haya dicho quien lo haya dicho. Plantearse todo lo que no se entienda;
discutir y pedir aclaración de lo que no esté claro; declararle la guerra al
formalismo, a todos los tipos de formalismo».
De
la mano de las responsabilidades que recaen en un joven revolucionario, siempre
va a estar el entusiasmo y la energía propios de la edad. No son condiciones
añadidas, sino indisolubles, de la juventud comunista.
Como
bien expresó Fidel, ello no impide la confianza: «Creer en los jóvenes no es
ver en los jóvenes a la parte del pueblo simplemente entusiasta; no es ver en
los jóvenes a aquella parte del pueblo entusiasta pero irreflexiva; llena de
energía, pero incapaz, sin experiencia. Creer en los jóvenes no es ver a los
jóvenes simplemente con ese desdén con que muchas veces las personas adultas
miran hacia la juventud. Creer en los jóvenes es ver en ellos además de
entusiasmo, capacidad; además de energía, responsabilidad; además de juventud,
¡pureza, heroísmo, carácter, voluntad, amor a la patria, fe en la patria!»
¿Hacia
dónde va la UJC; hacia dónde avanzan los jóvenes que la constituyen?
Posiblemente,
las palabras del Che, aún con el peso del tiempo, aporten respuestas: «La Unión
de Jóvenes Comunistas está directamente orientada hacia el futuro. Está
vertebrada con vistas al futuro luminoso de la sociedad socialista, después de
atravesar el camino difícil en que estamos ahora de la construcción de una
sociedad nueva, en el camino del afianzamiento total de la dictadura de clase,
expresada a través de la sociedad socialista, para llegar finalmente a la
sociedad sin clases, la sociedad perfecta, la sociedad que ustedes serán los
encargados de construir, de orientar y de dirigir en el futuro».
Tomado
de: Cubahora
1 comentario:
Este decálogo contiene las bases para la formación de la juventud comunista cubana y la juventud en general, basada en sentido del momento histórico donde se deben asumir los principios formulados por el Che el 20 de octubre de 1962, día de la cultura cubana y en el segundo aniversario del movimiento juvenil revolucionario (también aniversario de la formación de nuestro Grupo Bariloche de Solidaridad con Cuba). Los jóvenes en Cuba tienen la posibilidad de actuar con compromiso, aplicando toda la rebeldía y la creatividad en base a la curiosidad por encontrar la manera de aportar para ayudar a mejorar el futuro de la sociedad socialista, sin perder el espíritu alegre que los caracteriza.
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