Síntesis y conclusiones del Taller de Lectura Nº 82
Revolución Cubana
1959-2016. Sin echar el laurel en la olla
Este texto, publicado originalmente en Bohemia Digital fue tomado de
Cubadebate el 6 enero de 2016, escrito
por Luis Toledo Sande que es escritor, poeta y ensayista cubano, Doctor en
Ciencias Filológicas y autor, entre otros, de “Cesto de llamas”, Premio
Nacional de la Crítica. Hace un análisis muy claro del proceso de la Revolución
cubana, inscripta entre otros tres grandes acontecimientos revolucionarios del
siglo pasado que fueron la Revolución Mexicana, la Revolución de Octubre en la
Rusia zarista, y la Segunda República Española, sin restar importancia además a
las dos guerras llamadas mundiales. Si bien aparecen dos hechos reales, que a pesar
de haberse declarado como socialismo real y burocráticamente irreversible, la
Revolución de Octubre fue demolida, y por otro lado la Segunda República
Española también fue derrotada por una implacable alianza internacional de la
reacción fascista, y si bien Lenin sostuvo la inviabilidad de la plena
construcción de un proyecto de esa índole en un país aislado, sobran razones
para entender las vicisitudes con que ha tenido que vérselas el experimento
cubano, que no sólo resistió durante más de medio siglo para llegar viva al
siglo XXI, sino que continúa avanzando con el deber de fortalecerse, y
enfrentando desafíos colosales, ya sean abiertos o enmascarados. Hace un
especial énfasis en la importancia del pensamiento Martiano en la cultura
cubana, desde el siglo XIX. Ese fue el fundamento de toda esa lucha, desde el
concepto de que "ser cultos es la única manera de ser libres", como
de la perseverancia histórica de la lucha, al decir: si la revolución que él
fraguaba (año 1895) tendría posibilidad de triunfar, y ante la duda razonable,
sostuvo que el gran deber patrio y humano sería hacer posible la revolución, o,
por lo menos, acometerla del modo más eficaz. Lo innoble sería traicionar la
grandeza del sacrificio. Martí sostuvo: “No yerra quien intenta componer un
pueblo en la hora en que aún se lo puede; sino el que no lo intenta. Si no se
lograse la composición, se lograría al menos el conocimiento de las causas por
que no podía lograrse; y eso limpiaría el camino para lograrla mañana”. Cuando
se avanzaba hacia la guerra que estallaría el 24 de febrero de 1895, Martí
afirmó: “Era ambiente la revolución, y hoy es plan. Era un sentimiento inútil y
cómodo: como corona de adelfas era, y de laurel, que no hay derecho a
arrancarse de la frente para sazonar, con sus hojas ensangrentadas, la olla de
la comodidad”. Comprendía que, aunque imperfecto, lo hecho antes del 10 de
octubre de 1868 —la “preparación gloriosa y cruenta” asumida en el Manifiesto
de Montecristi (marzo de 1895), ya en pie la nueva guerra—, se inscribía en la
gloria de la cual sería deshonroso huir: “¡infeliz, en la memoria de los
hombres, quien eche el laurel en la olla!”. Ratificó así la base ética de su
pensamiento y de su conducta. El triunfo de la Revolución Cubana se debió a su
carácter popular. Tres años tras la toma del poder, ocurrieron hechos
trascendentales: la declaración del país como territorio libre de
analfabetismo, la proclamación del carácter socialista de la Revolución y el
aplastamiento de la invasión mercenaria en Playa Girón. Considerada una
victoria de pueblos por lo que mencionó Fidel todos los (pueblos) de nuestra
América, no solo el cubano, “fueron un poco más libres”. Si a pesar del
terrible bloqueo económico, comercial y financiero que aún perdura, de las
agresiones armadas como la explosión del vapor francés La Cuobre en el puerto
de la Habana, la voladura de un avión cubano en pleno vuelo sobre Barbados, el
presidente estadounidense propone cambiar la política que su gobierno ha
mantenido contra Cuba durante más de medio siglo, diciendo que esa política no
ha conseguido su propósito, sólo nos queda por pensar que el objetivo seguirá
siendo destruir a la
Revolución y restablecer en la mayor de las Antillas la
dominación con que desde 1898 los Estados Unidos ensayaron aquí el
neocolonialismo, “su sistema de colonización”, como lo denunció Martí pensando
en los planes imperiales contra nuestra América en general. Es por esto que se
deberá hacer lo necesario para que la Revolución mantenga ese espíritu productivo y
—siempre Martí— orientado por la utilidad de la virtud, superior a la virtud de
la utilidad, y para que dentro de muchas décadas se pueda seguir hablando de
ella como de una realidad viva, no de un proceso estancado. Cuando se ha tenido
como brújula echar la suerte con los pobres de la tierra, y se ha vivido más de
un siglo de luchas revolucionarias, sería criminal abandonar el camino que esa
brújula ha venido indicando.
En el transcurso del debate acordamos nuestro
reconocimiento al tremendo mérito que significa para el pueblo cubano haber
sostenido hasta la actualidad a su Revolución, que en medio de la crisis
sistémica del capitalismo éste arremete contra las políticas progresistas de
nuestros países latinoamericanos con los llamados "golpes blandos"
mediante guerras económicas, mediáticas y psicológicas, confundiendo y
engañando a las masas populares, tergiversando de esta manera los resultados en
las elecciones a favor de su desgastado modelo explotador. Se habló de la
penetración cultural consumista que estamos padeciendo, haciéndonos perder la
memoria histórica, que anulando nuestra cultura política y vaciándonos de la
conceptualización ideológica no nos permite adquirir conciencia de clases. Así
fue como recordamos la frase de José Martí quien nos enseñó que "ser cultos
es la única manera para poder ser libres". De esta manera vimos la
necesidad de buscar permanentes espacios de formación y de participación
fundamentalmente para los jóvenes partiendo, por ejemplo, desde los centros de
estudiantes en las escuelas secundarias. De todos modos hay un reconocimiento
de la mayor participación política de los jóvenes en nuestra sociedad.
Finalmente se acordó abordar para el próximo Taller de
Lectura un texto de Frei Betto: "Descuidar la educación ideológica,
grave error" publicado el 28 de enero pasado en Prensa Latina y
"Tarea de Grandes", por Fernando Martínez Heredia, en la intervención
en el Panel “Neoliberalismo, nuevos escenarios en América Latina y el Caribe y
el equilibrio del mundo” en la II Conferencia Internacional “Con todos y para
el bien de todos”, Palacio de Convenciones, La Habana, 26 de enero de 2016.
Grupo Bariloche de Solidaridad con Cuba, 6 de febrero
de 2016
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