Síntesis y conclusiones del Círculo de Lectura Nº 191
“Fidel,
la alfabetización y la lluvia”
Un
texto tomado de Cubadebate el 22 de diciembre de 2024 escrito por Katiuska
Blanco, periodista cubana, autora del libro "Fidel Castro Ruz Guerrillero
del Tiempo" y “Todo el tiempo de los cedros”, entre otros, se ha dedicado
a investigar y profundizar sobre la vida del líder histórico de la Revolución
Cubana. Katiuska vincula en su relato la íntima conexión entre Fidel y su
pensamiento ante la necesidad de la educación de los pueblos. Una educación
transformadora comprometida con la comprensión de las condiciones en que se
vive para poder emprender la lucha necesaria para lograr la justicia social.
Decía Fidel que “sin cultura no hay libertad posible”. Hasta el triunfo de la
Revolución antes del año 1959, en las escuelas se enseñaba la geografía solo
desde el aspecto material referido a la naturaleza y sus características, sin
tener en cuenta en lo más mínimo el aspecto de la sociedad humana. La campaña
de alfabetización emprendida en Cuba a comienzos de la Revolución, y como parte
de ella, representa un ejemplo del carácter altruista de los alfabetizadores
que con todo el entusiasmo se internaron en la vasta geografía de la isla para
lograr el objetivo de declararla como territorio libre de analfabetismo.
Simultáneamente se inició también la lucha para lograr la necesaria justicia
social, sin la cual no se puede aplicar adecuadamente los frutos de la
educación. Fidel decía que el futuro de la patria debía ser un futuro de
hombres de ciencia y de pensamiento. En
su última Reflexión, escrita el 12 de agosto de 2016, Fidel decía que: “mañana
cumpliré 90 años” y hace una breve descripción del transcurrir de su vida desde
su inicio en la finca de sus padres en Birán, donde él pudo percibir las
necesidades de su pueblo ante la falta de una adecuada educación y sus condiciones
de vida impuesta por el régimen colonial sometida a los intereses capitalistas
de los Estados Unidos. Manifiesta un profundo agradecimiento a todos quienes le
brindaron sus primeros conocimientos y la posibilidad de emprender sus
estudios, primero con su maestra en Birán y luego en el Colegio La Salle de
orientación cristiana en Santiago de Cuba, para luego iniciar sus estudios
universitarios en La Habana. Fidel fue un maestro. Decía que al pueblo no le
vamos a decir: cree; le vamos a decir: lee. De Martí tomó los valores de la
educación como una herramienta de emancipación social y la formación del
pensamiento propio, del pensamiento crítico.
Durante
el posterior debate se entendió que la lucha por la educación debe ser
acompañada al mismo tiempo con la lucha por la justicia social. En Cuba ese
proceso se inició el 26 de julio de 1953 con el asalto al Cuartel Moncada
considerado como el motor chico que ayudó a poner en marcha al motor grande que
concluyó con el triunfo de la Revolución Victoriosa del 1° de enero de 1959,
para recién luego dar inicio a la campaña de alfabetización a lo largo de todo
el año 1961 declarando el 22 de diciembre a Cuba como Territorio Libre de
Analfabetismo. Solo con justicia social se pueden aplicar los frutos de la educación.
Una educación, que además tenga un carácter transformador con el objetivo de
lograr la emancipación social. Para ello se debe enseñar a pensar de manera
crítica para que la educación no sea un proceso de acumulación de
conocimientos, sino al mismo tiempo una herramienta de pensamiento propio para
el desarrollo social.
Finalmente
se decidió abordar para el próximo espacio de lectura del sábado 5 de abril un
texto de Dayron Roque Lazo, “La Revolución cubana, 66 años después”.
Grupo
Bariloche de Solidaridad con Cuba, 01 de marzo de 2025.
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