julio 18, 2010

Conclusiones del taller de lectura Nº 15

El día 3 de julio de 2010 se realizó el taller de lectura sobre "La historia me absolverá" de Fidel Castro.
Esta fué la primera parte que continuará los primeros sábados de agosto y septiembre.
Estás han sido las conclusiones de la misma:

La historia me absolverá

por Fidel Castro

Primera parte

Este texto corresponde al alegato que presentó Fidel Castro en su autodefensa en el juicio por el asalto al Cuartel Moncada en Santiago de Cuba, el 26 de julio de 1953. En él consta el programa político para revertir la situación social en Cuba, fuertemente agravada por la dictadura de Fulgencio Batista, a partir del golpe de estado que éste diera el 10 de marzo de 1952. Fidel asume su propia defensa porque prácticamente se lo privó de ella, y porque vio desamparada la patria y envilecida la justicia. Durante su encierro en la cárcel de Boniato en La Isla de Pinos, lo sometieron al silencio y la incomunicación durante 76 días. Comienza el juicio el 21 de septiembre, y Fidel fue sometido a dos horas de interrogatorio y una vez concluidas sus declaraciones, abandona el banco de los acusados y ocupa el puesto entre los abogados defensores para destruir las cobardes calumnias que lanzaron contra los combatientes, y poner en evidencia los espantosos crímenes que se habían cometido con los prisioneros. El 25 de septiembre dos médicos fueron a ver a Fidel a su celda, para poder elaborar un certificado donde conste una supuesta enfermedad para no seguir asistiendo a las sesiones, ya que decían que Fidel le estaba ocasionando en el juicio, un terrible daño al gobierno. Lugo dos médicos forenses solicitados por Fidel certificaron su buen estado de salud, pero no lo volvieron a traer a las sesiones del juicio por temor a las denuncias que estaba haciendo, manteniéndolo incomunicado y confinado al más apartado lugar de la cárcel. Pero los demás compañeros de Fidel iban denunciando los crímenes cometidos por el régimen militar de Batista. En la medida en que avanzaba el juicio, los que iban a acusar salieron acusados, y los acusados se convirtieron en acusadores. No se le permitió a Fidel pasar a su celda ningún tratado penal, y se prohibió también que llegaran a él los libros de Martí. El fiscal condena a Fidel a 26 años de prisión, en una acusación que duró sólo dos minutos en la que mencionó el artículo 148 del Código de Defensa Civil. Fidel menciona que en este juicio entra en juego, y se debate sobre la existencia como nación democrática y civilizada, y el derecho de los hombres a ser libres, demostrando además que el artículo 148 no es aplicable a los hechos del 26 de julio. La descripción de Fidel del ataque al cuartel “Moncada” en Santiago de Cuba, y el cuartel “Carlos Manuel de Céspedes” en Bayamo comprende cada detalle de los acontecimientos. El hecho fatal del desvío de la mitad de los atacantes, con el mejor armamento, que fue un error lamentable, desencadenó en el fracaso de la misión. Así y todo Abel Santamaría con 21 hombres ocupó el Hospital Civil; Raúl Castro, con 10 hombres, ocupó el Palacio de Justicia, y a Fidel le correspondió atacar el Campamento con los 95 hombres restantes, los cuales fueron sorprendidos prematuramente, dando la voz de alarma entre las fuerzas militares, que se movilizaron de inmediato. En Bayamo participaron 27 combatientes. Los atacantes fueron muy generosos y trataron con respeto a los prisioneros que iban deteniendo, quienes lo declararon ante el tribunal. Reconoce Fidel que fue un error táctico lo que los condujo al fracaso. El 95 % de los atacantes muertos fueron producto de la inhumana crueldad por parte del ejército. El plan de los atacantes en caso de que fallara el asalto al Cuartel, era proseguir la lucha en las montañas con las armas obtenidas. Finalmente una fuerza al mando del teniente Sarría sorprende el 1º de agosto a Fidel y dos compañeros más, durmiendo, tomándolos prisioneros e impidiendo de esta manera que los mataran. En todo momento no fue intención de los combatientes luchar contra los soldados del regimiento, sino virar las armas contra los enemigos del pueblo, es decir, no contra el pueblo. El análisis de Fidel demuestra que no es toda la fuerza armada, sino sólo un sector de traidores que es adicta a la tiranía. Además denuncia el hecho de que, numerosos soldados y otros integrantes de las fuerzas armadas eran utilizados por los jerarcas cubanos para que les manejen sus automóviles y que les cuiden sus espaldas. Pero por otro lado los militares padecen una tiranía peor que los civiles, ya que a Batista no le interesa proteger al ejército, sino que el ejército lo proteja a él, prohibiéndoles además conversar con cualquier ciudadano de la oposición, es decir con el 99 % del pueblo. Frente al mito de la superioridad de las numerosas armas modernas del ejército, dice Fidel: “Ningún arma, ninguna fuerza es capaz de vencer a un pueblo que se decide a luchar por sus derechos y para conquistar su libertad; les tiran piedras a los aviones y viran los tanques boca arriba”. Las posibilidades de éxito de esta gesta estaba basada en el orden social, contando para ello con la enorme mayoría del pueblo, cansado ya de promesas y de engaños. En cambio los revolucionarios han de ser sinceros y honestos, definiendo claramente sus principios y sus intenciones para que nadie se engañe, ni los amigos ni los enemigos.

Grupo Bariloche de Solidaridad con Cuba, 3 de julio de 2010