diciembre 28, 2021

Memorias del Grupo Bariloche de Solidaridad con Cuba -2021

 Memorias del Grupo Bariloche de Solidaridad con Cuba

Año 2021 - Actividades Realizadas

Debido a la pandemia, en el transcurso de casi todo este año hemos realizado actividades virtuales, no presenciales.

Continuamos con el Programa de Radio “Cuba y Nosotros” en la emisora popular y comunitaria Gente de Radio, todos los martes de 19 a 20 hs. que se retransmitió los jueves por la mañana. Este programa se comenzó a emitir el 6 de julio de 2004, cumpliendose ya diez y siete años ininterrumpidos en el aire. Se hizo de manera virtual, enviando semanalmente audios tomados de Radio Rebelde y temas musicales por mail a la Radio, donde Patricio Macchi los editaba para poder incluirlos en los programas de los días martes y jueves, hasta el mes de agosto que se volvió a la presencialidad.

El Taller de Lectura, un espacio de formación política que comenzó en el mes de mayo de 2009 y que en total hasta ahora ya se han realizado 152 talleres con una frecuencia mensual. A partir del mes de noviembre se retomó de modo presencial.

Blog del Grupo. Desde su inauguración, el 30 de mayo de 2005 nuestro compañero Víctor Rocchi mantiene permanentemente actualizada la página web del Grupo, en el blog: http://baricuba.blogspot.com

En tres ocasiones a lo largo del año se promocionó la campaña: "Tu Solidaridad rompe el bloqueo - Jeringas para las vacunas cubanas" en los meses de abril, junio y septiembre, con el aporte voluntario de dinero a la cuenta de la Casa Argentina Cubana de Buenos Aires.

El 20 de octubre se recordó el día de la Cultura Cubana y el 28 Aniversario del Grupo Bariloche de Solidaridad con Cuba, que fuera creado en el año 1993.

El 15 de noviembre en una entrevista radial en el 89.1 FM Radio Bariloche con el periodista Carlos Calvo, se dio a conocer la campaña agresiva contrarrevolucionaria contra Cuba, y la intención de provocar un nuevo “golpe blando” por parte del gobierno de los Estados Unidos y la gusanera de Miami.

El 25 de noviembre, al conmemorarse el quinto aniversario de la desaparición física de Fidel Castro, los compañeros y las compañeras del Grupo nos reunimos para compartir el documental “Fidel de cerca” seguido por un amplio debate. Fue nuestra segunda y última reunión presencial de este año.

Grupo Bariloche de Solidaridad con Cuba, fines de diciembre de 2021.

diciembre 06, 2021

Síntesis, conclusiones y devoluciones del Taller de Lectura Nº 152

 Síntesis, conclusiones y devoluciones del Taller de Lectura Nº 152

 “Manifiesto de Montecristi”

El 25 de marzo de 1895, el Delegado del Partido Revolucionario Cubano, José Martí, y el General en Jefe del Ejército Libertador, Máximo Gómez, firmaron en la localidad de Montecristi, República Dominicana, el documento titulado “El Partido Revolucionario Cubano a Cuba”, conocido como “Manifiesto de Montecristi”. Redactado por Martí, el escrito exponía ante el pueblo cubano y el mundo las causas por las cuales un mes antes los cubanos se habían levantado en armas.

El texto programático reiteraba la concepción martiana de “guerra de pensamiento”, entendida no como tentativa caprichosa de grupos, camarillas o personalidades. La experiencia de las contiendas libertadoras pasadas y de la historia del movimiento independentista en “nuestra América”, le llevó a la convicción de la necesidad de alejarse del espíritu nefasto de quienes procuraran fundar una república como las “feudales o teóricas” de América Latina que habían cometido el “error de ajustar sus realidades a los moldes extranjeros ajenos”.

El ideólogo de la Revolución ratificaba que se trataba de una nueva etapa de lucha que superara “la época de acomodo, ya vencida, entre los componentes heterogéneos de la nación cubana”. Entre las declaraciones de principio se encontraba la noción de “guerra sin odios”. La contienda armada no era contra el español, sino contra el colonialismo peninsular: “los cubanos empezamos la guerra, y los cubanos y los españoles la terminaremos”. Tampoco era una “guerra de razas” como la mostraba la propaganda pro española: “solo los que odian al negro ven en el negro odio”.

El Manifiesto concluía con una declaratoria de evidente signo latinoamericanista y antiimperialista, al precisar los objetivos internacionales de la guerra necesaria: “La guerra de independencia de Cuba, nudo del haz de islas donde se ha de cruzar, en el plazo de pocos años, el comercio de los continentes, es suceso de gran alcance humano, y servicio oportuno que el heroísmo juicioso de las Antillas presta a la firmeza y trato justo de las naciones americanas y al equilibrio aún vacilante del mundo”.

Tres días después de redactado el Manifiesto, Martí envió a Nueva York instrucciones precisas relacionadas con su distribución. El Manifiesto, impreso en diez mil ejemplares o más, debía ser enviado a la prensa y a los gobiernos latinoamericanos. Y en cuanto a su distribución en Cuba, se requería que llegara principalmente a manos de los españoles. Toda una obra de pensamiento signada por la unidad, la ética y la defensa de los principios revolucionarios.

En el transcurso del posterior debate, se destacó la actual vigencia del contenido de éste texto, en lo que respecta a la necesaria soberanía e independencia que nuestros países deben lograr para dejar de estar sometidos al neoliberalismo y económicamente amarrados al fondo monetario internacional y políticamente al imperialismo de la dictadura del capital. También se reconoció, que todo proceso revolucionario, para poder ser llevado con éxito al triunfo, necesita de un programa claro y estratégicamente bien elaborado. Se debatió acerca de la analogía en términos políticos de éste Manifiesto con el alegato de Fidel Castro durante el juicio por el asalto del Cuartel Moncada conocido como “La historia me absolverá”, que contenía el programa de gobierno a llevarse a cabo al triunfo de la Revolución. Lo que definitivamente se logró y con creces en los primeros años de gobierno en Cuba después del 1° de enero de 1959. También se reconoció como acertada la propuesta de José Martí en la creación del Partido Revolucionario Cubano como único espacio de concentración de pensamientos y debates para poder garantizar que lo que él llamó la “Guerra Necesaria”, se llevara a cabo en el menor tiempo posible, con el menor derramamiento de sangre y con la máxima eficacia. Una guerra sin odios de raza, sin odios al negro y sin odios el español. Se trataba de lograr la independencia de la corona española en un proceso que Martí llamo “Revolucionario” ya que al triunfo de la guerra se construirá una República en Cuba, como él decía “con todos y para el bien de todos”. También se valoró su claridad estadística al recordar la carta que le escribió a su amigo Manuel Mercado donde le decía que ésta guerra es para "...impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América".

Finalmente se acordó hacer nuestro próximo Taller de Lectura el día sábado 8 de enero de 2022, ya que el primer sábado justo cae el 1° de enero, día festivo y conmemorativo del 63 aniversario del triunfo de la Revolución victoriosa. También se acordó abordar el texto “La vacuna cubana podría terminar salvando millones de vidas” por el escritor y periodista Branko Marcetic.

Grupo Bariloche de Solidaridad con Cuba, 04 de diciembre de 2021

diciembre 02, 2021

Taller de Lectura # 152 - Diciembre de 2021

Taller de Lectura # 152 - Diciembre de 2021 

“Manifiesto de Montecristi”

Este documento es conocido como el Manifiesto de Montecristi, por el lugar en que fue redactado, en la República Dominicana.

EL PARTIDO REVOLUCIONARIO CUBANO A CUBA

La revolución de independencia, iniciada en Yara después de preparación gloriosa y cruenta, ha entrado en Cuba en un nuevo período de guerra, en virtud del orden y acuerdos del Partido Revolucionario en el extranjero y en la Isla, y de la ejemplar congregación en él de todos los elementos consagrados al saneamiento y emancipación del país, para bien de América y del mundo; y los representantes electos de la revolución que hoy se confirma, reconocen y acatan su deber,-sin usurpar el acento y las declaraciones sólo propias de la majestad de la república constituída,-de repetir ante la patria, que no se ha de ensangrentar sin razón, ni sin justa esperanza de triunfo los propósitos precisos, hijos del juicio y ajenos a la venganza, con que se ha compuesto, y llegará a su victoria racional, la guerra inextinguible que hoy lleva a los combates, en conmovedora y prudente democracia, los elementos todos de la sociedad de Cuba.

La guerra no es, en el concepto sereno de los que aún hoy la representan, y de la revolución pública y responsable que los eligió el insano triunfo de un partido cubano sobre otro, o la humillación siquiera de un grupo equivocado de cubanos; sino la demostración solemne de la voluntad de un país harto probado en la guerra anterior para lanzarse a la ligera en un conflicto sólo terminable por la victoria o el sepulcro, sin causas bastante profundas para sobreponerse a las cobardías humanas y a sus varios disfraces, y sin determinación tan respetable-por ir firmada por la muerte-que debe imponer silencio a aquellos cubanos menos venturosos que no se sienten poseídos de igual fe en las capacidades de su pueblo ni de valor igual con que emanciparlo de su servidumbre.La guerra no es la tentativa caprichosa de una independencia más temible que útil, que sólo tendrían derecho a demorar o condenar los que mostrasen la virtud y el propósito de conducirla a otra más viable y segura, y que no debe en verdad apetecer un pueblo que no la pueda sustentar; sino el producto disciplinado de la resolución de hombres enteros que en el reposo de la experiencia se han decidido a encarar otra vez los peligros que conocen, y de la congregación cordial de los cubanos de más diverso origen, convencidos de que en la conquista de la libertad se adquieren mejor que en el abyecto abatimiento las virtudes necesarias para mantenerla.

La guerra no es contra el español, que, en el seguro de sus hijos y en el acatamiento a la patria que se ganen podrá gozar respetado, y aun amado, de la libertad que sólo arrollará a los que le salgan, imprevisores, al camino. Ni del desorden, ajeno a la moderación probada del espíritu de Cuba, será cuna la guerra; ni de la tiranía.-Los que la fomentaron, y pueden aún llevar su voz, declaran en nombre de ella ante la patria su limpieza de todo odio,-su indulgencia fraternal para con los cubanos tímidos o equivocados, su radical respeto al decoro del hombre, nervio del combate y cimiento de la república,-su certidumbre de la aptitud de la guerra para ordenarse de modo que contenga la redención que la inspira, la relación en que un pueblo debe vivir con los demás, y la realidad que la guerra es,-y su terminante voluntad de respetar, y hacer que se respete, al español neutral y honrado, en la guerra y después de ella, y de ser piadosa con el arrepentimiento, e inflexible sólo con el vicio, el crimen y la inhumanidad.-En la guerra que se ha renaudado en Cuba no ve la revolución las causas del júbilo que pudiera embargar al heroísmo irreflexible, sino las responsabilidades que deben preocupar a los fundadores de pueblos.

Entre Cuba en la guerra con la plena seguridad, inaceptable sólo a los cubanos sedentarios y parciales, de la competencia de sus hijos para obtener el triunfo, por la energía de la revolución pensadora y magnánima, y de la capacidad de los cubanos, cultivada en diez años primeros de fusión sublime, y en las prácticas modernas del gobierno y el trabajo, para salvar la patria desde su raíz de los desacomodos y tanteos, necesarios al principio del siglo, sin comunicaciones y sin preparación en las repúblicas feudales o teóricas de Hispano-América. Punible ignorancia o alevosía fuera desconocer las causas a menudo gloriosas y ya generalmente redimidas, de los trastornos americanos, venidos del error de ajustar a moldes extranjeros; de dogma incierto o mera relación a su lugar de origen, la realidad ingenua de los países que conocían sólo de las libertades el ansia que las conquista, y la soberanía que se gana por pelear por ellas. La concentración de la cultura meramente literaria en las capitales; el erróneo apego de las repúblicas a las costumbres señoriales de la colonia; la creación de caudillos rivales consiguiente al trato receloso e imperfecto de las comarcas apartadas; la condición rudimentaria de la única industria, agrícola o ganadera; y el abandono y desdén de la fecunda raza indígena en las disputas de credo o localidad que esas causas de los trastornos en los pueblos de América mantenían,-no son, de ningún modo los problemas de la sociedad cubana. Cuba vuelve a la guerra con un pueblo democrático y culto, conocedor celoso de su derecho y del ajeno; o de cultura mucho mayor, en lo más humilde de él, que las masas llaneras o indias con que, a la voz de los héroes primados de la emancipación, se mudaron de hatos en naciones las silenciosas colonias de América; y en el crucero del mundo, al servicio de la guerra, y a la fundación de la nacionalidad le vienen a Cuba, del trabajo creador y conservador en los pueblos más hábiles del orbe, y del propio esfuerzo en la persecución y miseria del país, los hijos lúcidos, magnates o siervos, que de la época primera de acomodo, ya vencida, entre los componentes heterogéneos de la nación cubana, salieron a preparar, o-en la misma Isla continuaron preparando, con su propio perfeccionamiento, el de la nacionalidad a que concurren hoy con la firmeza de sus personas laboriosas, y el seguro de su educación republicana. El civismo de sus guerreros; el cultivo y benignidad de sus artesanos; el empleo real y moderno de un número vasto de sus inteligencias y riquezas; la peculiar moderación del campesino sazonado en el destierro y en la guerra; el trato íntimo y diario, y rápida e inevitable unificación de las diversas secciones del país; la admiración recíproca de las virtudes iguales entre los cubanos que de las diferencias de la esclavitud pasaron a la hermandad del sacrificio; y la benevolencia y aptitud crecientes del liberto, superiores a los raros ejemplos de su desvío o encono,-aseguran a Cuba, sin ilícita ilusión, un porvenir en que las condiciones de asiento, y del trabajo inmediato de un pueblo feraz en la república justa, excederán a las de disociación y parcialidad provenientes de la pereza o arrogancia que la guerra a veces cría, del rencor ofensivo de una minoría de amos caída de sus privilegios; de la censurable premura con que una minoría aún invisible de libertos descontentos pudiera aspirar, con violación funesta del albedrío y naturaleza humanos, al respeto social que sola y seguramente ha de venirles de la igualdad probada en las virtudes y talentos; y de la súbita desposesión, en gran parte de los pobladores letrados de las ciudades, de la suntuosidad o abundancia relativa que hoy les viene de las gabelas inmorales y fáciles de la colonia, y de los oficios que habrán de desaparecer con la libertad.-Un pueblo libre, en el trabajo abierto a todos, enclavado a las bocas del universo rico e industrial, sustituirá sin obstáculo, y con ventaja, después de una guerra inspirada en la más pura abnegación, y mantenida conforme a ella, al pueblo avergonzado donde el bienestar sólo se obtiene a cambio de la complicidad expresa o tácita con la tiranía de los extranjeros menesterosos que lo degradan y corrompen. No dudan de Cuba, ni de sus aptitudes para obtener y gobernar su independencia, los que en el heroísmo de la muerte y en el de la fundación callada de la patria, ven resplandecer de continuo, en grandes y en pequeños, las dotes de concordia y sensatez sólo inadvertibles para los que, fuera del alma real de su país, lo juzgan, en el arrogante concepto de sí propios, sin más poder de rebeldía y creación que el que asoma tímidamente en la servidumbre de sus quehaceres coloniales.

De otro temor quisiera acaso valerse hoy, so pretexto de prudencia, la cobardía: el temor insensato; y jamás en Cuba justificado, a la raza negra. La revolución, con su carga de mártires, y de guerreros subordinados y generosos, desmiente indignada, como desmiente la larga prueba de la emigración y de la tregua en la isla, la tacha de amenaza de la raza negra con que se quisiese inicuamente levantar, por los beneficiarios del régimen de España, el miedo a la revolución. Cubanos hay ya en Cuba de uno y otro color, olvidados para siempre-con la guerra emancipadora y el trabajo donde unidos se gradúan-del odio en que los pudo dividir la esclavitud. La novedad y aspereza de las relaciones sociales, consiguientes a la mudanza súbita del hombre ajeno en propio, son menores que la sincera estimación del cubano blanco por el alma igual, la afanosa cultura, el fervor de hombre libre, y el amable carácter de su compatriota negro. Y si a la raza le naciesen demagogos inmundos, o almas ávidas cuya impaciencia propia azuzase la de su color, o en quienes se convirtiera en injusticia con los demás la piedad por los suyos,-con su agradecimiento y su cordura, y su amor a la patria, con su convicción de la necesidad de desautorizar por la prueba patente de la inteligencia y la virtud del cubano negro la opinión que aún reine de su incapacidad para ellas, y con la posesión de todo lo real del derecho humano, y el consuelo y la fuerza de la estimación de cuanto en los cubanos blancos hay de justo y generoso, la misma raza extirparía en Cuba el peligro negro, sin que tuviera que alzarse a él una sola mano blanca. La revolución lo sabe, y lo proclama: la emigración lo proclama también. Allí no tiene el cubano negro escuelas de ira, como no tuvo en la guerra una sola culpa de ensoberbecimiento indebido o de insubordinación. En sus hombros anduvo segura la república a que no atentó jamás. Sólo los que odian al negro ven en el negro odio; y los que con semejante miedo injusto traficasen, para sujetar, con inapetecible oficio, las manos que pudieran erguirse a expulsar de la tierra cubana al ocupante corruptor.

En los habitantes españoles de Cuba, en vez de la deshonrosa ira de la primera guerra, espera hallar la revolución, que ni lisonjea ni teme, tan afectuosa neutralidad o tan veraz ayuda, que por ellas vendrán a ser la guerra más breve, sus desastres menores, y más fácil y amiga la paz en que han de vivir juntos padres e hijos. Los cubanos empezamos la guerra, y los cubanos y los españoles la terminaremos. No nos maltraten, y no se les maltratará. Respeten, y se les respetará. Al acero responda el acero, y la amistad a la amistad. En el pecho antillano no hay odio; y el cubano saluda en la muerte al español a quien la crueldad del ejercicio forzoso arrancó de su casa y su terruño para venir a asesinar en pechos de hombre la libertad que él mismo ansía. Más que saludarlo en la muerte, quisiera la revolución acogerlo en vida; y la república será tranquilo hogar para cuantos españoles de trabajo y honor gocen en ella de la libertad y bienes que no han de hallar aún por largo tiempo en la lentitud, desidia, y vicios políticos de la tierra propia. Este es el corazón de Cuba, y así será la guerra. ¿Qué enemigos españoles tendrá verdaderamente la revolución? ¿Será el ejército, republicano en mucha parte, que ha aprendido a respetar nuestro valor, como nosotros respetamos el suyo, y más sienten impulsos a veces de unírsenos que de combatirnos? ¿Serán los quintos, educados ya en las ideas de humanidad, contrarias a derramar sangre de sus semejantes en provecho de un cetro inútil o una patria codiciosa, los quintos segados en la flor de su juventud para venir a defender, contra un pueblo que los acogería alegre como ciudadanos libres, un trono mal sujeto, sobre la nación vendida por sus guías, con la complicidad de sus privilegios y sus logros? ¿Será la masa, hoy humana y culta, de artesanos y dependientes, a quienes so pretexto de patria, arrastró ayer a la ferocidad y al crimen el interés de los españoles acaudalados que hoy, con lo más de sus fortunas salvas en España, muestran menos celo que aquel con que ensangrentaron la tierra de su riqueza cuando los sorprendió en ella la guerra con toda su fortuna? ?O serán los fundadores de familias y de industrias cubanas, fatigados ya del fraude de España y de su desgobierno, y como el cubano vejados y oprimidos, los que, ingratos e imprudentes, sin miramiento por la paz de sus casas y la conservación de una riqueza que el régimen de España amenaza más que la revolución, se revuelvan contra la tierra que de tristes rústicos los ha hecho esposos felices, y dueños de una prole capaz de morir sin odio por asegurar al padre sangriento un suelo libre al fin de la discordia permanente entre el criollo y el peninsular, donde la honrada fortuna pueda mantenerse sin cohecho y desarrollarse sin zozobra, y el hijo no vea entre el beso de sus labios y la mano de su padre la sombra aborrecida del opresor? ¿Qué suerte elegirán los españoles: la guerra sin tregua, confesa o disimulada, que amenaza y perturba las relaciones siempre inquietas y violentas del país, o la paz definitiva, que jamás se conseguirá en Cuba sino con la independencia? ¿Enconarán y ensangrentarán los españoles arraigados en Cuba la guerra en que puedan quedar vencidos? ¿Ni con qué derecho nos odiarán los españoles, si los cubanos no los odiamos? La revolución emplea sin miedo este lenguaje, porque el decreto de emancipar de una vez a Cuba de la ineptitud y corrupción irremediables del gobierno de España, y abrirla franca para todos los hombres al mundo nuevo, es tan terminante como la voluntad de mirar como a cubanos, sin tibio corazón ni amargas memorias, a los españoles que por su pasión de libertad ayuden a conquistarla en Cuba y a los que con su respeto a la guerra de hoy rescaten la sangre que en la de ayer manó a sus golpes de pecho de sus hijos.

En las formas que se dé la revolución, conocedora de su desinterés, no hallará sin duda pretexto de reproche la vigilante cobardía, que en los errores formales del país naciente, o en su poca suma visible de república, pudiese procurar razón con que negarle la sangre que le adeuda. No tendrá el patriotismo puro causa de temor por la dignidad y suerte futura de la patria.-La dificultad de las guerras de independencia en América, y las de sus primeras nacionalidades, ha estado, más que en la discordia de sus héroes y en la emulación y recelo inherentes al hombre, en la falta oportuna de forma que a la vez contenga el espíritu de redención que, con apoyo de ímpetus menores, promueve y nutre la guerra.-y las prácticas necesarias a la guerra, y que ésta debe desembarazar y sostener. En la guerra inicial se ha de hallar el país maneras tales de gobierno que a un tiempo satisfagan la inteligencia madura y suspicaz de sus hijos cultos, y las condiciones requeridas para la ayuda y respeto de los demás pueblos,-y permitan-en vez de entrabar1-el desarrollo pleno y término rápido de la guerra fatalmente necesaria a la felicidad pública. Desde sus raíces se ha de constituir la patria con formas viables, y de sí propia nacidas, de modo que un gobierno sin realidad ni sanción no la conduzca a las parcialidades o a la tiranía.-Sin atentar, con desordenado concepto de su deber, al uso de las facultades íntegras de constitución, con que se ordenen y acomoden, en su responsabilidad peculiar ante el mundo contemporáneo, liberal e impaciente, los elementos expertos y novicios, por igual movidos de ímpetu ejecutivo y pureza ideal, que con nobleza idéntica, y el título inexpugnable de su sangre, se lanzan tras el alma y guía de los primeros héroes, a abrir a la humanidad una república trabajadora; sólo es lícito al Partido Revolucionario Cubano declarar su fe en que la revolución ha de hallar formas que le aseguren, en la unidad y vigor indispensables a una guerra culta, el entusiasmo de los cubanos, la confianza de los españoles y la amistad del mundo. Conocer y fijar la realidad; componer en molde natural, la realidad de las ideas que producen o apagan los hechos, y la de los hechos que nacen de las ideas; ordenar la revolución del decoro, el sacrificio y la cultura de modo que no quede el decoro de un solo hombre lastimado, ni el sacrificio parezca inútil a un solo cubano, ni la revolución inferior a la cultura del país, no a la extranjeriza y desautorizada cultura que se enajena el respeto de los hombres viriles por la ineficacia de sus resultados y el contraste lastimoso entre la poquedad real y la arrogancia de sus estériles poseedores, sino al profundo conocimiento de la labor del hombre en el rescate y sostén de su dignidad:-ésos son los deberes, y los intentos, de la revolución. Ella se regirá de modo que la guerra pujante y capaz dé pronto casa firme a la nueva república.

La guerra sana y vigorosa desde el nacer con que hoy reanuda Cuba, con todas las ventajas de su experiencia, y la victoria asegurada a las determinaciones finales, el esfuerzo excelso, jamás recordado sin unción, de sus inmarcesibles héroes, no es sólo hoy el piadoso anhelo de dar vida plena al pueblo que, bajo la inmoralidad y ocupación crecientes de un amo inepto, desmigaja o pierde su fuerza superior en la patria sofocada o en los destierros esparcidos. Ni es la guerra el insuficiente prurito de conquistar a Cuba con el sacrificio tentador, la independencia política, que sin derecho pediría a los cubanos su brazo si con ella no fuese la esperanza de crear una patria más a la libertad del pensamiento, la equidad de las costumbres, y la paz del trabajo. La guerra de independencia de Cuba, nudo del haz de islas donde se ha de cruzar, en plazo de pocos años, el comercio de los continentes, es suceso de gran alcance humano, y servicio oportuno que el heroísmo juicioso de las Antillas presta a la firmeza y trato justo de las naciones americanas, y al equilibrio aún vacilante del mundo. Honra y conmueve pensar que cuando cae en tierra de Cuba un guerrero de la independencia, abandonado tal vez por los pueblos incautos o indiferentes a quienes se inmola, cae por el bien mayor del hombre, la confirmación de la república moral en América, y la creación de un archipiélago libre donde las naciones respetuosas derramen las riquezas que a su paso han de caer sobre el crucero del mundo. ¡Apenas podría creerse que con semejantes mártires, y tal porvenir, hubiera cubanos que atasen a Cuba a la monarquía podrida y aldeana de España, y a su miseria inerte y viciosa!

A la revolución cumplirá mañana el deber de explicar de nuevo al país y a las naciones las causas locales, y de ideas e interés universal, con que para el adelanto y servicio de la humanidad reanuda el pueblo emancipador de Yara y de Guáimaro una guerra digna del respeto de sus enemigos y el apoyo de los pueblos, por su rígido concepto del derecho del hombre, y su aborrecimiento de la venganza estéril y la desvastación inútil. Hoy, al proclamar desde el umbral de la tierra venerada el espíritu y doctrinas que produjeron y alientan la guerra entera y humanitaria en que se une aún más el pueblo de Cuba, invencible e indivisible, séanos lícito invocar, como guía y ayuda de nuestro pueblo, a los magnánimos fundadores, cuya labor renueva el país agradecido,-y al honor, que ha de impedir a los cubanos herir, de palabra o de obra, a los que mueren por ellos.-Y al declarar así en nombre de la patria, y deponer ante ella y ante su libre facultad de constitución, la obra idéntica de dos generaciones, suscriben juntos, la declaración, por la responsabilidad común de su representación, y en muestra de la unidad y solidez de la revolución cubana, el Delegado del Partido Revolucionario Cubano, creado para ordenar y auxiliar la guerra actual, y el General en Jefe electo en él por todos los miembros activos del Ejército Libertador.

Montecristi, 25 de marzo de 1895.

José Martí - M. Gómez

 

noviembre 07, 2021

Síntesis, conclusiones y devoluciones del Taller de Lectura Nº 151

 Síntesis, conclusiones y devoluciones del Taller de Lectura Nº 151

A partir de éste Taller de Lectura, hemos vuelto a la presencialidad después del aislamiento provocado por la pandemia del Covid-19.

“CUBA, SU CULTURA: FORTALEZAS Y PELIGROS”

 En éste texto tomado el 21 de octubre de La Jiribilla, Luis Toledo Sande que es escritor, periodista, profesor, investigador, y director del Centro de Estudios Martianos de La Habana, nos plantea que en naciones que fueron dominadas por las colonias, la escasa formación cultural suele ser fácilmente vulnerable ante la invasión de expresiones ajenas, generalmente con la utilización de las redes sociales. En el caso cubano se ha inducido a manipulaciones en la población con el fin de generar una verdadera guerra cultural y de símbolos, en la búsqueda de  provocar su desestabilización interna. Pero precisamente en Cuba, donde su pueblo tiene una cultura forjada como alma y espada en la lucha armada por su soberanía, estos métodos resultan más difíciles de implementar. La conmemoración del 20 de octubre como el Día de la Cultura en Cuba, se relaciona al hecho político que significó el inicio de la lucha por la independencia con consignas antiesclavistas y anticoloniales. Si bien esa lucha comienza con la liberación de los esclavos en el ingenio de La Demajagua al mando de Carlos Manuel de Céspedes con el “Grito de Yara”, luego rápidamente se incorporaron consignas como “Yara o Madrid” en referencia a que la lucha era contra el coloniaje español, y más adelante como “Yara o Washington” cuando la lucha se orientó contra del imperio de los Estados Unidos. Ese 20 de octubre de 1868 se cantó por primera vez la popular “Bayamesa” transformándose así en un himno de guerra, un arma más para la gesta revolucionaria, hoy reconocido como el Himno Nacional Cubano. De esta manera el valor de la efeméride está íntimamente vinculado y consagrado a su cultura. Luego, después del triunfo de la Revolución, Fidel sostuvo firmemente que la cultura debe ser lo primero que se debe salvar, incluyendo valores, tradiciones, historia, pensamiento y todo aquello que define la identidad nacional. Bajo los principios martianos de una República “con todos, y para el bien de todos” Cuba logra su soberanía e independencia total el 1° de enero de 1959. Cabe mencionar que en el encuentro con los intelectuales, en junio de 1961, Fidel pone de manifiesto que “dentro de la Revolución, todo; contra la Revolución, nada” con el fin cimentar una firme soberanía cultural en todo el sentido. Hoy, la hostilidad estadounidense contra Cuba dura ya seis décadas, con una base militar dentro de su propio territorio y una embajada que apadrina contrarrevolucionarios domésticos. Seis décadas de bloqueo por parte de la arrogante potencia burlándose de la reprobación mundial que anualmente se ratifica en la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas. Una hostilidad que basándose en modernos y eficaces medios de comunicación provocan una irracional saña agresiva contra Cuba, especialmente en las redes sociales. Toda ésta maquinaria sumada al recrudecimiento del bloqueo ha generado muchas dificultades al pueblo cubano, pero responsabilizar a su gobierno de las carencias se trata de un acto de enorme ingenuidad. Cuba, con su ejemplar desarrollo científico, y a pesar del bloqueo, ha demostrado su capacidad de luchar contra la pandemia del Covid-19 con la producción de sus propias vacunas. Finalmente Luis Toledo Sande agrega que indudablemente fue de vital importancia haber cultivado una política cultural en un sentido amplio y abarcador, no solo para lograr su propio desarrollo, sino también para mantenerse abierto en su relación con el mundo sin dejarse seducir por los supuestos encantos de la moda y los cantos de sirena capitalistas.

 En el transcurso del posterior debate se pidió aclaración de quien era Cristino Martos mencionado en el texto. Fue el político español en quien José Martí viera más posibilidades de comprensión del carácter insostenible para cubanos y puertorriqueños, del peso de la condición colonial española que oprimía a ambas Antillas. De allí surge la frase, como juramento combativo, “o ellos o nosotros”, más tarde “O Yara o Madrid”. En general, en el contenido de este texto de Luis Toledo Sande, se observó la necesidad de la profundización del sentido patriótico, vinculado a lo cultural, esencia de lo que se conoce como “cubanía”: una suerte de integración, entre otros, de sus orígenes como pueblo, su música, sus costumbres, su historia y el pensamiento martiano vinculado al marxismo que dio consistencia al proceso revolucionario y la construcción del socialismo. Se plantó la necesidad de la planificación de las acciones revolucionarias para optimizar la eficacia y eficiencia de su desarrollo y resultado. Desde el “Manifiesto de Montecristi”, documento oficial del Partido Revolucionario Cubano, firmado por José Martí y Máximo Gómez que expone las ideas para organizar la guerra de independencia cubana de 1895, el “Programa del Moncada” en 1953 como aporte fundamental de la Generación del Centenario en la lucha armada revolucionaria como vía para alcanzar la liberación del pueblo cubano, o el alegato de Fidel “La historia me absolverá” devenido después como programa en la primer fase de la construcción del nuevo gobierno cubano después del triunfo victorioso de la Revolución el 1° de enero de 1959. Se vio la necesidad de profundizar en los contenidos de la formación de nuestros estudiantes, se mencionó a Enrique Dussel como referente en ese sentido. Y la necesidad de replantearse el otorgamiento por parte de nuestro gobierno de los subsidios llamados “planes”, que deben ir acompañados con la necesaria creación de fuentes de trabajo.

Finalmente se acordó abordar para el próximo Taller de Lectura, el texto redactado en la República Dominicana por Máximo Gómez y José Martí, el “Manifiesto de Montecristi”.

Grupo Bariloche de Solidaridad con Cuba, 06 de noviembre de 2021

 

 

GRUPO  BARILOCHE

DE SOLIDARIDAD

CON  CUBA

Taller de Lectura

25 de Mayo 245

Cel: 294 4 622 747 – Bariloche

 

 

 

 

 

 

 

 

noviembre 03, 2021

Taller de Lectura n° 151 - Noviembre de 2021

 Taller de Lectura # 151 - Noviembre de 2021 

A partir de éste mes, nuevamente de modo presencial  

“CUBA, SU CULTURA: FORTALEZAS Y PELIGROS”

Por: Luis Toledo Sande - Escritor, periodista, profesor, investigador, licenciado en Estudios Cubanos, Doctor en Ciencias Filológicas. Redactor y editor en la Editorial Arte y Literatura. Investigador y sucesivamente subdirector y director del Centro de Estudios Martianos.

21- oct – 2021 – Tomado de La Jiribilla

http://www.lajiribilla.cu/cuba-su-cultura-fortalezas-y-peligros/

De naciones relativamente jóvenes y forjadas bajo dominación colonial y en lucha contra ella puede oírse que su cultura peligra por la invasión de expresiones ajenas. Centrado en manifestaciones artísticas, ese juicio suele magnificar lo que representan para la cultura sus componentes artísticos y literarios, que no por importantes dejan de ser una parte y no procede desgajarlos del todo al cual pertenecen.

“El estreno en 1868 de ‘La Bayamesa’, que hasta entonces había tenido únicamente música, coronó la toma de Bayamo por las tropas mambisas”.

Aunque sea un hecho consabido —o se suponga—, vale insistir en que la selección del 20 de octubre como el Día de la Cultura en Cuba no solo rinde tributo a la melodía y al texto que integran su Himno Nacional, y a lo que este representa en sí mismo. El estreno en 1868 —con ambos elementos y en campaña— de “La Bayamesa”, que hasta entonces había tenido únicamente música, coronó la toma de Bayamo por las tropas mambisas, capítulo relevante en la epopeya iniciada el 10 de aquel propio mes con el levantamiento que encabezó Carlos Manuel de Céspedes en su ingenio Demajagua.

El carácter feriado —de asueto, para efectos prácticos— del 10 de octubre puede dar una idea menguada, en comparación con las festividades en torno al 20, asociadas al Himno, como si estas fueran una realidad autónoma. Pero el valor de esta efeméride, consagrada a la cultura, lo calza en rigor la jornada que se inicia el día 10 como tributo al hito fundacional por antonomasia en la historia de la nación.

Todo apunta al peso que tuvo —y se le reconoce aunque a veces parezca ocurrir de manera inconsciente— el hecho de que Cuba, y su cultura como alma y espada, se fraguaran en la lucha armada por la independencia. Cuando Fidel Castro sostuvo criterios resumibles en que la cultura es lo primero que el país debe salvar, abrazaría la noción más amplia de cultura: acervo que incluye valores, tradiciones, historia, pensamiento y todo aquello que define la identidad nacional. Ese proceso no partió de un brote mecánico el 10 de octubre de 1868, sino que tuvo —lo puntualizó José Martí en el Manifiesto de Montecristi— una “preparación gloriosa y cruenta”.

Hasta en la búsqueda interna de justicia —como la oposición a la esclavitud— fue una historia signada por la confrontación con fuerzas externas, que en 1868 eran las de la metrópoli española y sus aliados dentro de Cuba. El propio Martí, en la crónica que a raíz de la muerte de Cristino Martos le dedicó a ese político español en el periódico Patria el 14 de febrero de 1893, testimonió haber aprovechado en 1879 la posibilidad de entrevistarse con él en Madrid.

Le habló sobre irregularidades de un pleito judicial que se dirimía en La Habana, pero su interés era dar a conocer la causa de su patria y buscarle apoyo. Lo hizo de tal modo que el experimentado político llegó a esta conclusión: “O ustedes, o nosotros”. En 1893, cuando preparaba una nueva guerra emancipadora, Martí validó ese juicio como juramento combativo con perspectiva cubana: “¡O ellos, o nosotros!”. No era algo nuevo para él. En 1869, aún adolescente, había plasmado en el periódico estudiantil El Diablo Cojuelo el cardinal dilema: “O Yara o Madrid”.

La feliz frase se inscribe en la vindicación del combate que el 11 de octubre de 1868, al día siguiente del pronunciamiento de Céspedes en su ingenio Demajagua, tuvo lugar en Yara. Aunque militarmente desfavorable para las tropas mambisas, inexpertas y en desventaja material frente al enemigo, por su significación como bautismo de fuego la tradición independentista asumió con tal sentido del honor aquel combate que todavía hoy circula el equívoco histórico de asumir que la contienda comenzó supuestamente con un Grito de Yara.

De lo que no hay duda alguna es de la perdurabilidad de una disyuntiva que ha seguido recorriendo la historia —la vida— de Cuba, lejos de agotarse en lo anecdótico. Martí mismo previó, y trató de impedir con la guerra de 1895, la tragedia que se consumaría en 1898, y confirmó que, en acto de lealtad al pensamiento martiano, la alternativa para la salvación de Cuba como nación podía resumirse en “O Yara o Washington”.

Martí lo sabía cuándo proclamó el ideal de una República “con todos, y para el bien de todos” en el mismo discurso donde el 26 de noviembre de 1891 ratificó una idea presente a lo largo de su obra: la existencia de fuerzas políticas y sociales internas que se autoexcluían de ese todos. La guerra de 1895, cuyo primer programa fue el Manifiesto de Montecristi, la concibió Martí para librar a Cuba del coloniaje español y a la vez frustrar los planes intervencionistas de los Estados Unidos, nación que, como España, tuvo en Cuba celestinos a quienes el dirigente fundador repudió a fondo.

Que Cuba alcanzara finalmente su independencia en 1959, y siga dispuesta a defenderla y mantenerla cueste lo que cueste, y que la gran mayoría de su población se sienta representada en esa actitud y la haga suya, no resta realidad a una contradicción que perdura y de distintos modos se renueva. En ese camino ocupó y ocupa su lugar el conocido deslinde: “Dentro de la Revolución, todo; contra la Revolución, nada”.

La hostilidad estadounidense contra Cuba se ha expresado no solo en agresiones armadas, sino también en las de índole económica, tal el férreo bloqueo que dura ya seis décadas. Abarca asimismo una guerra cultural —de símbolos y realidades— que pretende dejar al país antillano sin alma y sin escudo en el desafío que enfrenta no solamente cerca de las fauces de los Estados Unidos, sino con una base militar que dentro de su territorio mantiene esa potencia contra leyes jurídicas y morales, y con una embajada que apadrina contrarrevolucionarios domésticos no solo por locales.

El dilema “O Yara o Washington” lo pensará contra Cuba el imperialismo desde sus intereses y de un modo que permite recordar la respuesta de Martos a Martí: “O ustedes, que no aceptan doblegarse, o nosotros, llamados a someterlos en nuestra misión de dominar al mundo”. Aunque se supone que nadie lo ignore, parece haber suficientes señales de desconocimiento de tan crucial asunto como para estimar necesario repasar los fines básicos con que hace seis décadas decretaron los Estados Unidos su bloqueo contra Cuba, en el que se ven envueltos asimismo otros países, mientras la arrogante potencia se burla de la reprobación mundial que suscita y cada año se ratifica en la Organización de Naciones Unidas.

El memorando —del 6 de abril de 1960— con que un funcionario del Departamento de Estado de la potencia imperialista fijó los propósitos del bloqueo partió de reconocer que “la mayoría de los cubanos apoyan a Castro”, por lo cual “el único modo previsible de restarle apoyo interno es mediante el desencanto y la insatisfacción que surjan del malestar económico y las dificultades materiales”. De ahí la recomendación de “emplear rápidamente todos los medios posibles para debilitar la vida económica de Cuba”, con el fin de privarla “de dinero y suministros, para reducirle sus recursos financieros y los salarios reales, provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”.

Frente a eso, aunque las expresiones artísticas de la cultura tengan todo el valor que en sí mismas tienen, y también sufran las tenazas del bloqueo, el hecho de que haya quienes prefieran manifestaciones musicales y otras distintivas de los Estados Unidos, o promovidas desde allí, está lejos de agotar el tema. Las artes son un terreno de intercambio por excelencia, y se ha recordado, por ejemplo, que Arsenio Rodríguez supo sacar sonoridades jazzísticas de su tres. Al mismo tiempo, diversa como su población y sus fuentes —y marcada por los herederos de quienes, como en el conjunto de las Américas, fueron víctimas de la esclavitud—, la música estadounidense debe no poco a nuestra América en general y a Cuba en particular.

Que aquí haya quienes prefieran el rock y no el son podría verse como algo natural en un contexto de enriquecimientos mutuos. Aparte de que sería aberrante comparar a los grandes cultivadores del rock, ya internacionalizado, con algunos reguetoneros que burdamente hacen coro a las pretensiones imperialistas de los Estados Unidos. Lo más grave está en la existencia de una poderosa maquinaria mediática encargada de que circule como natural el empeño de una potencia imperialista obsesionada con reimponerle sus “derechos de conquista” a una nación que defiende su soberanía.

En ese cuadro se inscribe todo lo relativo a la cultura, incluyendo el deporte entre sus componentes de mayor impacto popular. En todos los terrenos debe Cuba actuar, crear, fundar, sin esperar a que el bloqueo y la hostilidad de los Estados Unidos desaparezcan. Si un sector de la realidad cubana ejemplifica la actitud que debe guiar a Cuba en todas las esferas es el de las ciencias, afanadas en lograr vacunas en proporciones que largamente desbordan el tamaño y los recursos del país.

Los Estados Unidos, de lleno en una etapa de decadencia que los hace aferrarse cada vez más criminalmente a la hegemonía planetaria que se le escapa, no apuestan por un intercambio espontáneo y sano con Cuba. Cuentan con su poderío, y en él se halla el bloqueo, para que la Isla no logre un desarrollo que satisfaga a su pueblo, heterogéneo como todos, y con generaciones que han nacido y crecido en medio de las penurias provocadas por un cerco económico tan orgánico y establecido que algunas personas parecen no verlo.

Mientras esa arma criminal se ha reforzado con medidas que orquestó la administración republicana de Donald Trump y la demócrata de Joseph Biden mantiene, el gobierno de esa nación imposta aviesamente la imagen del mecenas generoso que da becas a jóvenes de Cuba. Lo hace —tanto en los mismos Estados Unidos como en otros países y con apoyo de esos gobiernos— para formar agentes sociales al servicio de sus planes imperialistas. Resultados para mostrar no faltan. Otra cosa es que haya quienes rehúsan percatarse de tal realidad y aboguen por una desprevención olímpica, en la que a veces cuesta creer que no se hacen los chivos con tontera y pose intelectual.

En semejante contexto no se deben evaluar las actitudes de quienes no solo prefieran el rock en detrimento del son, lo que podría merecer una atención específica; se debe analizar, sobre todo, lo que significa abandonar Cuba para buscar prosperidad personal en el poderoso país que intenta asfixiarla, o en otros sometidos a él. Lógrese o no se logre esa prosperidad, aunque se respete el derecho a escoger esa opción, existe igualmente el derecho a considerar que quienes la buscan no parecen reparar en la ínfima proporción que puede significar frente a la plusvalía con que se enriquecen empleadores que representan el sistema en que se desenvuelven.

Existen expresiones musicales —aceptemos que lo son— que no cuesta mucho esfuerzo ni se debe considerar dogmatismo asociar a una precarización mental que abre el camino a la vulgaridad y a la enajenación que convierte en sabio aristotélico al Bobo de la Yuca. El asunto no se agota ni remotamente en lo musical: cubre muchos terrenos, desde el sector industrial y constructivo hasta el de servicios, pasando por el artístico, el deportivo, el científico y el académico. La precarización recorre en distintos medios la irracional saña agresiva contra Cuba, especialmente en las redes sociales. Ejemplo de ello es la manipulación de las aspiraciones de peloteros cubanos de medirse —ganancias mediante— en las Grandes Ligas de los Estados Unidos, aunque ventajas prometidas no son siempre ventajas logradas. En el tema deportivo hay espacios y voces que le hacen swing de lleno a cuanta bola se preste para la cizaña anticubana.

De los efectos que provoca la manipulación de lo artístico —aceptemos que siempre lo es— hay ejemplos hasta lo inmundo, con la chusmería como nutriente para el éxito fuera de Cuba, y repercusiones dentro. No terminan ahí los frutos de la abyección en distintas áreas, no solo en la deportiva, aunque también en ella existan muestras, como la maquinaria en que se ubicó —y aún se manipula contra Cuba— la deserción de peloteros de su equipo en el campeonato mundial juvenil celebrado recientemente.

Suponer que es casual la fruición —no solo fuera del país— con que se responsabiliza al gobierno cubano por carencias que son en alto grado fruto del bloqueo sería cuanto menos un acto de ilimitada ingenuidad. No es necesario idealizar las instituciones cubanas y creer que no tienen ninguna responsabilidad —por omisión o por comisión— en las carencias que el país sufre, para saber que hasta sus errores o deficiencias se deben en gran medida a ese plan, y a veces se afianzan viéndolo como justificación. Esa actitud conspira contra el ineludible afán de alcanzar, haya o no haya bloqueo, el funcionamiento necesario para que el pueblo tenga la vida amable que merece.

Sin embargo, cuando en un espacio televisivo cubano, con la noble intención de mostrar la probable diversidad de voces, se exhibe a un padre que dice haber salido a protestar el pasado 11 de julio porque hacía mucho calor y los apagones lo obligaban a echarle aire con un abanico a su pequeño hijo, la más elemental inteligencia sugiere hacerse algunas preguntas. No es abusivo suponer que la primera sería por qué ese padre salió a manifestarse contra el gobierno cubano y no organizó —aunque por razones comprensibles no pudiera hacerlo frente a la embajada de los Estados Unidos— un acto de repudio contra el bloqueo, el cual está en la raíz de la escasez de combustible en Cuba y de la desactualización u obsolescencia de sus recursos para generar electricidad.

Sin menospreciar lo que haya de legitimidad en los disgustos o insatisfacciones que básicamente provoca la realidad económica impuesta a Cuba por la mayor potencia imperialista, hay un hecho relevante que no se debe soslayar: quienes sobresalen en las quejas ante esas insatisfacciones suelen ser “indiferentes” frente a injusticias palmarias perpetradas o consentidas por esa misma potencia.

No es falta de opciones lo que podría explicar tal silencio: no cabe aquí la lista de hechos que denunciar, cometidos o apoyados por el gobierno de los Estados Unidos fuera y dentro de su propio territorio. Muchas de las voces que protestan contra Cuba parecen ignorar que este país, pese a todos los intentos de la potencia imperial por impedírselo, ha hecho mucho más contra la Covid-19 que aquellos, incluyendo los Estados Unidos, en los que ellas buscan apoyo y paradigmas democráticos.

Razones sobran para preguntarse si es posible no ver que se está ante un plan dirigido a que un virus complete el genocidio puesto en marcha por el bloqueo. O si cuesta mucho esfuerzo apreciar que el robo de talentos en todas las esferas busca privar a Cuba de la fuerza capacitada que pese a todo consigue formar, y de la cual es parte —para no ir más lejos— el personal científico que ha dado al mundo un ejemplo rotundo de sabiduría y proeza en la producción de vacunas, no solo contra el SARS-CoV-2. Que haya quienes, en pos de ventajas personales para sí, se entreguen con fruición a esa maquinaria no mengua el carácter criminal de tales prácticas.

Mucho más podría decirse sobre un tema en que le va la vida a Cuba como nación, pero lo apuntado podría bastar para entender —si no se entendía ya, aunque es algo que está a la vista— un hecho: por muy importante que sea dirimir entre la preferencia por un ritmo musical u otro, y sin desconocer lo que esa preferencia pueda tener o tiene si de abrazar y defender expresiones culturales se trata, está en pie una verdad mayor.

En el centro de esa verdad se halla que entre los desafíos que la cultura cubana —es decir, Cuba como nación, como sustrato insustituible de esa cultura— tiene ante sí se ubica en el camino —tempranamente esbozado por el “O Yara o Madrid” martiano— el dilema “O ellos, o nosotros”. Con él, a un país que se fraguó y vive en la lucha por la salvaguarda de su independencia le corresponde seguir asumiendo su posición y su papel en el mundo.

De ahí la importancia de cultivar y seguir una política cultural que del modo más abarcador y orgánico atienda cómo debe el país mantenerse abierto a su relación con el mundo, y qué debe aceptar o rechazar en esa relación, sin dejarse seducir por los supuestos encantos de moda y cantos de sirena capitalistas.

“A un país que se fraguó y vive en la lucha por la salvaguarda de su independencia le corresponde seguir asumiendo su posición y su papel en el mundo”.

La vigencia del gran dilema resumido en “Patria o Muerte” no ha mermado, sino crecido. No es fortuito el afán con que desde territorio enemigo se ha intentado devaluarlo, apropiándose incluso verbalmente de conceptos que son parte de la disyuntiva y le pertenecen asimismo a la cultura revolucionaria, no a la promovida por quienes intentan derrocar a la Revolución con actos lobunos disfrazados de Caperucita de colores.

octubre 05, 2021

Síntesis, conclusiones y devoluciones del Taller de Lectura Nº 150

Síntesis, conclusiones y devoluciones del Taller de Lectura Nº 150

A raíz de la cuarentena por la pandemia causada por el nuevo coronavirus, a partir del mes de abril de 2020 hemos decidido hacerlo en forma virtual.

Haremos nuestra devolución escrita, por mail o por whatsapp, como una  reflexión o una evaluación acerca de la interpretación del texto leído.

Para ello hemos elegido una publicación corta para facilitar su lectura tanto en el celular como en la compu.

“Ese bloqueo impuesto para provocar hambre y desesperación, no solo se mantiene, sino que se ha recrudecido”

Este texto, tomado el 23 de septiembre de Cubadebate, es el discurso de Miguel Díaz-Canel en la Cumbre de la Organización de Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios, donde plantea que el gobierno de los EE UU desde abril de 1960 se propuso, mediante todo tipo de acciones políticas, incluyendo el bloqueo, a provocar el hambre y la desesperación del pueblo cubano para lograr el derrocamiento de su gobierno. Sin embargo el pueblo sigue resistiendo con la protección de su gobierno que le garantiza el derecho universal a la alimentación a través de la canasta básica familiar normada y avanza en la implementación de un Plan Nacional de Soberanía Alimentaria.  Millones de personas en todo el mundo subdesarrollado sufren hambre ante la persistencia de un injusto orden internacional de dominación imperialista y la aplicación del neoliberalismo salvaje. Hacen ya veinticinco años, en la Cumbre sobre la Alimentación en Roma, Fidel advirtió acerca del sufrimiento por hambre que padecerá la humanidad en su conjunto si no busca la manera de evitarlo.

Vamos a compartir ahora las devoluciones con las reflexiones, los análisis y comentarios que nos han enviado nuestras lectoras y lectores.

 

1 – Devolución Víctor

Conclusiones de Victor C. Rocchi al taller de Lectura N° 150 - Octubre de 2021

Este texto sobre la intervención de Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, en la Cumbre de la Organización de Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios es la manifestación del Pueblo de Cuba contra el criminal bloqueo impuesto por el imperio hace más de 61 años; bloqueo impuesto para provocar hambre y desesperación, que no solo se mantiene, sino que se ha recrudecido, de manera oportunista, en tiempos de pandemia..

Las pérdidas causadas por el mismo son millonarias, pero el Gobierno continúa con sus planes de alimentación y educación; además lucha para implementar el “Plan Nacional de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional”, para lograr el autoabastecimiento de alimentos.

 

Manifiesta Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez que solamente transformando las pautas de producción y consumo del capitalismo es posible solucionar este drama que sufre el mundo.

Está siendo destruido el medio ambiente y la diversidad. Llama a solucionar el problema de la deuda externa y que se dé un trato comercial diferencial a los países en desarrollo.

Recuerda que ya Fidel Castro Ruz en la Cumbre sobre la Alimentación en Roma hace 25 años advirtió sobre este problema; citó lo dicho por Fidel “Las campanas que doblan hoy por los que mueren de hambre cada día, doblarán mañana por la humanidad entera si no quiso, no supo o no pudo ser suficientemente sabia para salvarse a sí misma”.

Finalizó este discurso como lo comenzó: en nombre del Pueblo Cubano que continuamente es castigado con el criminal bloqueo que le impide mejorar su nivel de vida y la salud de la población.

Víctor

 

 Devolución Alicia – Maxi

El texto abordado en éste Taller de Lectura, que trata del prolongado bloqueo impuesto a Cuba por el gobierno de los EE UU y que se sigue manteniendo de manera recrudecida desde la última administración “Trump”, responde a una fallida política de agresión hacia su pueblo que si bien lo perjudica, pero no lo doblega. Un pueblo que está dispuesto a seguir luchando en base a sus principios martianos y fidelistas. Ellos nacieron para vencer y no para ser vencidos. La crisis económica generada por la actual pandemia del coronavirus, ha puesto de manifiesto la desigualdad social que provoca el sistema neoliberal, muchas veces impuesto de manera forzosa a los pueblos del mundo. Un modo de producción y de consumo que ya es insostenible, y que no solamente conduce a padecer hambre y sed a enormes sectores de la población, sino que además está provocando el ya notable y visible efecto invernadero, con el consecuente calentamiento global que acelera todo este proceso.

Alicia - maxi

Grupo Bariloche de Solidaridad con Cuba, 02 de octubre de 2021

¡¡¡ A partir del próximo mes de noviembre volvemos a la presencialidad !!!


septiembre 30, 2021

Taller de Lectura n° 150 - Octubre de 2021

 Taller de Lectura # 150 - Octubre de 2021 

A partir del próximo mes de noviembre volvemos a la presencialidad 

A raíz de la cuarentena por la pandemia causada por el nuevo coronavirus, a partir del mes de abril de 2020 hemos decidido hacerlo en forma virtual.

Haremos nuestra devolución escrita, por mail o por whatsapp, como una  reflexión o una evaluación acerca de la interpretación del texto leído.

Para ello hemos elegido una publicación corta para facilitar su lectura tanto en el celular como en la compu.

“Ese bloqueo impuesto para provocar hambre y desesperación, no solo se mantiene, sino que se ha recrudecido”

Por: Miguel Díaz-Canel Bermúdez

23 septiembre 2021 – Tomado de Cubadebate

http://www.cubadebate.cu/opinion/2021/09/23/ese-bloqueo-impuesto-para-provocar-hambre-y-desesperacion-no-solo-se-mantiene-sino-que-se-ha-recrudecido/

·        Intervención de Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, en la Cumbre de la Organización de Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios, desde el Palacio de la Revolución, el 23 de septiembre de 2021,  “Año 63 de la Revolución”.

Señor Presidente:

Vengo a hablar en nombre de un pueblo al que se ha pretendido rendir por hambre durante más de seis décadas.

En abril de 1960, en un Memorando infame y secreto por mucho tiempo, un oscuro funcionario del Departamento de Estado de los Estados Unidos, de nombre Lester Mallory, escribió los fundamentos de la política de bloqueo a Cuba, orientada a “…provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”.

Han pasado 61 años y ese bloqueo impuesto para provocar hambre y desesperación, no solo se mantiene, sino que se ha recrudecido, de manera oportunista, en tiempos de pandemia.

Las pérdidas ocasionadas al país, tan solo en el periodo de abril de 2019 a diciembre de 2020, ascienden a un total de 9 157,2 millones de dólares, reflejo del carácter genocida de una política declarada de rendirnos por hambre.

A pesar de los obstáculos, el Gobierno cubano, con extraordinarios esfuerzos y pese a carencias y dificultades, garantiza el derecho universal a la alimentación a través de la canasta básica familiar normada, que reciben todos los cubanos y cubanas, y que incluye 19 productos alimenticios de primera necesidad a precios asequibles.

Adicionalmente, se avanza en la implementación del Plan Nacional de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional, enfocado en disminuir la dependencia de las importaciones, potenciar la capacidad productiva, el uso de la ciencia, la tecnología y la innovación, y desarrollar sistemas alimentarios eficientes y sostenibles a nivel local.

Cuba agradece la contribución que en este proceso ha recibido de agencias especializadas de las Naciones Unidas, pero no ignora que las condiciones imperantes en el mundo actual afectan sensiblemente la alimentación de millones de seres humanos.

La causa es estructural. La persistencia de un injusto orden internacional, décadas de dominación imperialista, de aplicación de un neoliberalismo salvaje, de proteccionismo y dependencia económica producto de siglos de colonialismo y neocolonialismo constituyen causas raigales del subdesarrollo que favorecen la pobreza extrema y con ella el hambre y la exclusión que sufren las grandes mayorías.

Este escenario se complejiza para aquellos países en desarrollo que cargan con el peso de una deuda externa pagada ya mil veces.

Algunos, al igual que Cuba, sufren además la aplicación de medidas coercitivas unilaterales, violatorias del Derecho Internacional, que obstaculizan su legítimo derecho al desarrollo.

Excelencias:

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, en 2020, entre 720 y 811 millones de personas padecieron hambre.

Más de 2 300 millones, el 30 % de la población mundial, carecieron de acceso a alimentos adecuados y persistió la malnutrición en todas sus formas, amenazando el cumplimiento del Objetivo 2 de Desarrollo Sostenible: Hambre Cero para 2030.

La única solución a ese doloroso drama humano es transformar de manera urgente, radical y sostenida los irracionales e insostenibles patrones de producción y consumo del capitalismo que están destruyendo el medio ambiente y la biodiversidad, solucionar el problema de la deuda externa y otorgar un trato comercial especial y diferenciado a los países en desarrollo.

Las naciones industrializadas deben y pueden asumir su responsabilidad histórica y atender con urgencia los nocivos efectos del cambio climático, que están impactando también en la disponibilidad, el acceso, la calidad y estabilidad de los alimentos.

Para comenzar, bastaría con que cumplan sus compromisos de financiación para el desarrollo y cooperación internacional.

No es posible olvidar la advertencia que hace 25 años lanzó el líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, en la Cumbre sobre la Alimentación en Roma, y cito: “Las campanas que doblan hoy por los que mueren de hambre cada día, doblarán mañana por la humanidad entera si no quiso, no supo o no pudo ser suficientemente sabia para salvarse a sí misma”.

En nombre de mi pueblo, castigado vilmente por un gobierno ajeno que no ha podido someterlo, reitero aquella advertencia con la gravedad y la urgencia que le imponen los 25 años transcurridos.

Muchas gracias.

septiembre 13, 2021

Síntesis, conclusiones y devoluciones del Taller de Lectura Nº 149 - Septiembre de 2021

 Síntesis, conclusiones y devoluciones del Taller de Lectura Nº 149

 A raíz de la cuarentena por la pandemia causada por el nuevo coronavirus, a partir del mes de abril de 2020 hemos decidido hacerlo en forma virtual.

Haremos nuestra devolución escrita, por mail o por whatsapp, como una  reflexión o una evaluación acerca de la interpretación del texto leído.

Para ello hemos elegido una publicación corta para facilitar su lectura tanto en el celular como en la compu. 

“Fidel vuelve a nacer”

Este texto tomado del Granma por Katiuska Blanco, periodista, ensayista cubana y biógrafa de Fidel Castro, donde describe un encuentro con el comandante una tarde en su casa en La Habana junto a su esposa Dalia y a su hijo Álex, como homenaje al 95 aniversario de su natalicio, el pasado 13 de agosto de 2021. En él describe pasajes de su pensamiento libre y profundo, su vinculación íntima con el pueblo y su enorme fe en el ser humano, al que se debe motivar permanentemente para mantenerlo firme en la lucha por un mundo mejor. Sus amplios conocimientos en temas tan diversos, que Fidel siempre abordaba seriamente y en profundidad. Un texto que lo ha de recordar eternamente vivo y junto a su pueblo.

Vamos a compartir ahora las devoluciones con las reflexiones, los análisis y comentarios que nos han enviado nuestras lectoras y lectores.

Devolución Sebas

 

El día de la fecha, sábado 4 de septiembre, en el taller de lectura nos acercamos al texto "Fidel vuelve a nacer”, un artículo de Katiuska Blanco sobre la vida de Fidel Castro.

La autora relata cronológicamente y detalladamente un encuentro con Fidel. Lo hace de forma tal y con la habilidad suficiente para mostrar, no solo palabras y descripciones materiales, sino sensaciones, esencia y belleza.

Comenzando por un ambiente lúgubre rodeado de tensión e incertidumbre, nos presenta su experiencia rodeada de ideas y expectativas. Acercándose progresivamente al comandante, lo describe con educación, simpleza y calma, pero sobre todo como sabio y repleto de reflexiones.

Para finalizar con una armonía que se construye después de diálogos y pensamientos entre ella y el comandante.

Sebas

Devolución Víctor 

Conclusiones de Victor C. Rocchi al taller de lectura 149

“Fidel vuelve a nacer”

Muy buen texto sobre la vida de Fidel Castro.

Todo lo publicado por Katiuska Blanco sobre Fidel y la revolución Cubana son de incalculable valor para conocer la lucha del pueblo Cubano y de su líder.

El profundo conocimiento que tenía Fidel sobre todos los aspectos de la vida no dejan de sorprendernos; también su sencillez y su amor por su patria, su pueblo y toda la humanidad.

Aunque se haya ido físicamente toda su obra permanecerá por siempre como su lucha por un mundo mejor.

El pueblo de Cuba sigue defendiendo la Revolución y su sistema socialista porque Fidel sigue viviendo junto a todos.

 Víctor

Devolución Alejandra - Marcelo

Conclusión Taller de Lectura # 149 - Septiembre de 2021

El relato y recuerdo de la periodista, no hace más que confirmar las increíbles virtudes de un hombre que logró convertirse en líder de un pueblo,  hasta ahí oprimido y desamparado, tanto en la lucha, encabezando su ejército como fortaleciéndolo espiritualmente, privilegiando la educación como base fundamental de la revolución.

Un hombre sensible, capaz de sentir nostalgias y hasta tristezas pero sin la posibilidad de derrumbarse, por su infinita fe en el ser humano.

Él les transmitió el enorme valor de cuidar y respetar la tierra, dándole la posibilidad, a todo el que quisiera, de trabajarla y beneficiarse de ella.

Fidel destaca la importancia del pueblo sobre el hombre. Siempre se debe volver al pueblo y escucharlo, nutrirse de él. Y es el pueblo el que lo hace renacer cada día, en las calles, creando, fundando y trabajando. Defendiendo y amando la Revolución.

Definitivamente, haciendo lo que él, les enseñó.

Disfrutamos de la lectura, por la sencillez y calidez con que fue escrito el texto por la periodista.

Ale y Marcelo.

Devolución Alicia – Maxi

Debemos tener en cuenta que Katiuska Blanco como biógrafa de Fidel, seguramente conocía muchos detalles de su vida, que en él solían pasar al olvido. En su primer libro “Todo el tiempo de los cedros” ella narra la infancia de Fidel, junto a su familia. Y en su segundo libro, en dos tomos, “Guerrillero del tiempo” abarca hasta el 1° de enero de 1959, día del triunfo de la Revolución cubana. En éste texto que abordamos hoy: “Fidel vuelve a nacer” Katiuska refleja pasajes de su pensamiento, profundamente martiano, desde una fe infinita a su pueblo, a los pueblos en general. Llama la atención cuando menciona que Napoleón Bonaparte no hubiera ganado las guerras imperiales si no hubiera sido por los soldados del pueblo francés. Su preocupación por el incremento de las temperaturas del planeta, su curiosidad por el cultivo de plantas vinculadas a la producción de carnes, leches y alimentos en general para toda la humanidad. De su honestidad al reconocer que al inicio de la lucha revolucionaria, ellos también tuvieron que aprender a construir el socialismo.  De su coraje al preguntarle al Papa Juan Pablo II, durante su visita a Cuba, acerca de su posición frente a las posibilidades de vida inteligente en otros planetas del Universo. Que son los pueblos los que hacen la historia. y no los hombres, y que la Revolución no podrá detenerse nunca, mientras haya una injusticia por reparar.

Alicia y Maxi.

Es una pena que no hayan participado más compañeres. Tan lindo tema!

Grupo Bariloche de Solidaridad con Cuba, 04 de septiembre de 2021