Abel Prieto: “Tenemos que evitar que Martí
sea el busto, sea el que está encaramado en un pedestal…”
Por:
Arleen Rodríguez Derivet (Periodista cubana y conductora del programa de la
televisión cubana “Mesa Redonda”, que transmite una emisión especial para
Telesur. Es coautora del libro “El Camaján”).
29
enero 2019 – Tomado de Cubadebate
Abel
Prieto, ministro de cultura de la República de Cuba durante dos períodos,
actual presidente de la Sociedad Cultural “José Martí” y director de la Oficina
del Programa Martiano.
El
espíritu de Martí está ahí, en la luz del sol que, incluso en estos raros días
invernales, entra a raudales por las ventanas de cristal y en la cubanía de los
escasos adornos que hacen lucir más amplia la sala donde trabaja y recibe el
poeta y narrador Abel Prieto, Presidente de la Sociedad Cultural “José Martí” y
director de la Oficina del Programa Martiano.
Venimos
para que nos hable de los valores humanos más sobresalientes del autor cuyo
nombre inunda sus libreros y está sobre la mesa de trabajo, en la histórica
foto de Jamaica reproducida con tonos ocres y ajustada al pequeño tamaño
original en un sencillo cuadro, de esos que se usan para los retratos de
familia.
No
tiene que pensar mucho, las palabras brotan de sus labios como de un surtidor
cuando le pregunto por qué cree que impacta tanto en los cubanos, de cualquier
edad y oficio, la obra de un hombre de una ética tan elevada que parece
inalcanzable:
“Yo
creo que en Martí hay una autenticidad, una actitud virtuosa, una pureza, una
forma de ver la vida tan generosa, tan noble, pero tan auténtica, que
estremece. Por ejemplo, el caso extraordinario de “Martí, el ojo del Canario”,
de Fernando Pérez. Esa película logró llegar a mucha gente joven, porque hasta
incluso el despertar erótico de Martí él lo refleja con una limpieza, una
delicadeza y al mismo tiempo humaniza a Martí.
“Y
creo que tenemos que evitar por todos los medios que Martí sea el busto, sea el
monumento, sea el que está encaramado en un pedestal. En todo este trabajo que
estoy haciendo por todo el país he conocido a mucha gente, profesores,
jubilados, pero también mucha gente joven del movimiento juvenil martiano, y
uno siente que la mística de Martí llegó a ellos, los tocó, los iluminó. Vamos
a decirlo así, y en eso tiene que ver lo que decía al principio: ese componente
de autenticidad que tiene todo lo que dijo e hizo Martí en vida.
“Martí
es una persona que nunca hizo nada para quedar bien, que nunca hizo nada en
pose, que nunca asumió postura retórica. El lenguaje de Martí puede a veces ser
difícil, pero nunca es retórico. Hay un famoso testimonio de un tabaquero de
Tampa al que le preguntan: “¿Tú entendiste lo que dijo el orador -que era
Martí-?”, y él dijo: “Bueno yo no entendí muy bien, pero me emocionó de una
manera…me llegó tan hondo así…” Martí tenía ese don de ser uno de los más
grandes prosistas y poetas de la lengua, y al mismo tiempo un comunicador más
allá incluso de la zona cognitiva.
Recordando las
glorias pasadas…
“Martí
iba a lo emocional, que es otra clave para el tema de los valores. Por ejemplo,
enseñar la historia no es lograr que un estudiante te recite de memoria las
fechas históricas principales (cuándo llegó Colon, cuándo Bartolomé de las Casa
hizo esto) sencillamente no…Sentir la historia tiene un componente asociado a
lo emotivo, a lo afectivo, por eso un gran profesor de historia, un maestro en
el sentido superior de la palabra, tiene que saber también llegar esa parte
vibrante, emotiva, movilizadora de sentimiento y de afecto. Martí lograba eso
todo el tiempo.
“Recuerda
que Martí estuvo en la preparación de la guerra del año del 95, él tuvo que
levantar el ánimo de los cubanos recordando las glorias de la guerra del 68, y
a los grandes poetas. Tuvo que hablar de Heredia, tuvo que hacer realmente una
especie de panorama para los propios cubanos, sobre sus antepasados cercanos,
para que no sintieran que estaban destinados al exilio definitivo, al
destierro, a la pobreza, a no tener Patria, e hizo un repaso de la historia que
tenía un componente de datos. Céspedes y Agramonte es un texto
excepcional donde él trata las dos personalidades y las va enlazando.
“Por
cierto, esos dos personajes están en la película de nuestro hermano Rigoberto
(se refiere a la película dedicada al Mayor Ignacio Agramonte, cuyo realizador,
Rigoberto López falleció recientemente sin alcanzar a terminarla), en un
contrapunteo que tiene mucho ver con lo que pasó realmente con los dos. Estos
dos personajes salen en la versión que yo vi con una grandeza extraordinaria.
Esa es una manera de llegar a la historia. La película Inocencia, como la de El
ojo del Canario, son esas películas que, más de allá de lo informativo,
llegan a la parte donde anidan esos valores.
“Yo
creo que en Martí esa autenticidad, esa pureza, esa honestidad a toda prueba,
es como en Fidel. Es decir, tú sabes que Fidel jamás iba a decir una mentira.
Él después en el concepto Revolución lo incluyó como un principio, pero este
pueblo sabía absolutamente que de Fidel jamás iba a salir una mentira. Ahora
(Ignacio) Ramonet presentó en Pinar del Río la nueva edición de Cien horas con
Fidel, y él recuerda cómo acaba el libro: “En Cuba jamás le diremos una
mentira”. Así termina el libro Cien horas con Fidel, y eso está en Martí: su
apego a la verdad, a los principios, sin retórica, sin frases altisonantes, sin
arrogancia, eso es algo muy hermoso.
“Tenemos
que buscar por todas las vías posibles que eso se traslade a las nuevas
generaciones, porque sí lo necesitamos. Yo estoy convencido de que Martí hoy
podría ser un nutriente esencial para este pueblo, y de hecho lo es. Es decir,
ningún error de los que podamos haber cometido en la educación, en los medios,
en las instituciones de la cultura, ha cortado la relación de este país con ese
cubano verdaderamente deslumbrante que fue como el padre de Fidel. Un
privilegio que tiene Cuba haber tenido dos figuras de esa magnitud.
Ni inquisidor ni
paternalista
“Todo
lo que dice Martí: que “la pobreza pasa, pero la deshonra no”, puede convertirse
en una frase más para decir en un matutino o para ponerla en un cartel; pero
hay que ponerse a razonar qué quiere decir la pobreza pasa, pero la deshonra
no.
“En
ese Período Especial tan duro y amargo que pasamos en Cuba, en aquellos
momentos tan duros y difíciles de los años 90, cuando renacieron la
prostitución, las redes de proxenetas, ciertas formas de estafas o
corrupción…se dañó el tejido espiritual y moral de la sociedad cubana, pero la
gente siguió resistiendo, siguiendo a Fidel, a Raúl, a la generación histórica,
y a las ideas del socialismo.
“Esa
es una de las grandes hazañas de las que tenemos que sentirnos orgullosos. Sí
hubo zonas afectadas en el campo de la moral, persisten muchas conductas que
son corruptas o por lo menos criticables, que no tienen el suficiente rechazo
social. Por ejemplo, hay como una tolerancia a que en una tienda vendan por la
izquierda y otras actitudes negativas. Todo eso tiene que ver con los valores y
no se resuelve con normativas ni se resuelve con inspectores, son cosas que
tenemos que ir resolviendo todos juntos: la escuela, ustedes los periodistas,
los comunicadores, los medios, la cultura, el papel del maestro que es vital,
el papel de la familia porque la familia es absolutamente insustituible. Aquella
frase: “yo soy pobre, pero decente”, “yo soy pobre pero horado”… son cosas que
se decían aquí.
“Había
gente muy pobre, que sin embargo no toleraban que el hijo llegara a su casa con
un juguete que no pudiera explicar de dónde salió aquella especie de tesoro encontrado por azar o porque se lo
quitó a otro. Vaya a usted a saber. Ese tipo de sentido ético que está en Martí
de una manera tan reiterativa, tan sólida, y al mismo tiempo amable…porque
Martí no es nunca un inquisidor, Martí te está educando todo el tiempo si lo
sabes escuchar. Si te sabes acompañar de Martí estás sintiendo su voz, su
reflexiones, sus ideas, pero nunca como un inquisidor, jamás encaramado en un
tribunal juzgándote.
“En
Martí no hay paternalismo. A veces nosotros hemos sido muy paternalistas y eso
cuando tú lo aplicas a los más jóvenes vemos que rechazan el paternalismo. Hoy
el tipo de diálogo que hay que establecer tiene que ser no vertical, tiene que
ser un diálogo donde todas las partes se tienen que escuchar y enriquecerse
mutuamente.
Martí grafómano y su
poema deslumbrante de cubanía
“Martí
construyó la unidad entre los veteranos de la guerra del 68 y los pinos nuevos.
Eso se dice fácil, pero Martí no tenía ningún historial, vamos a decir, bélico,
épico. Había estado en el Presidio, es verdad, y había salido finalmente al
exilio, pero era para muchos de aquellos veteranos curtidos una especie de
interrogante. Bueno, ¿este será un demagogo?, ¿este que habla así habla tan
bonito qué significa? Y él fue con una enorme capacidad para aglutinar.
“Martí
era un grafómano. Escribió, escribió y escribió. Has visto los diarios de
campaña de Martí, y uno se pregunta en qué momento, sobre qué piedra, sentado
en qué hamaca, arrimado a que árbol elaboró esta prosa, porque además es como
un gran poema deslumbrante de cubanía.
“En
las cartas de Martí para buscar donaciones para el Partido Revolucionario
Cubano para la compra de armamento, para la preparación de lo que él llamaba
una guerra breve y sin odio, hay una inteligencia y un conocimiento
verdaderamente profundo de la psicología humana. Él no va con adulonería, ni con lisonja, sino
que va enalteciendo los aspectos de esta persona a quien se está dirigiendo,
para tratar de motivar su acercamiento a la causa de la independencia. Y va
realmente moviendo sus hilos, logrando reclutar a gente increíble.
“Hay
una famosa anécdota, creo que la cuenta Mañach en “Martí, el apóstol”, que
cuenta que alguien le pasa el mensaje a Martí de que había un emigrado que
había sido muy activo pero que se estaba distanciando, estaba como apático, y
Martí dice: “pídanle un favor”.
“Fíjate,
él no dice: no háganle un favor, sino pídanle un favor. Es decir, no hacerle un
favor para comprar una especie de lealtad coyuntural, sino pídanle un favor
para que esa persona se sienta útil a la causa y de pronto se acerque y se
comprometa de nuevo, a partir de que los independentistas sientan que él puede
ser útil.
“Son
cosas, a veces obvias, otras más sutiles, pero tú te das cuenta cómo él fue
construyendo un tejido de gente de diversas procedencias, de diversas
generaciones, de gente que estuvo hasta en un momento dado vinculado al
autonomismo o que tuvieron su pecadillo anexionista. Él los está atrayendo a la
idea de independencia, a la idea del antiimperialismo, porque él lo va haciendo
como explica a Mercado en su carta testamento, “en silencio”, pero dice cosas
tremendas.
Las famosas cartas a
María Mantilla
“Martí
publicó cosas tremendas de los Estados Unidos. Muchas veces desde los
principales periódicos en los que Martí colaboraba le pedían que fuera más
cauteloso con respecto al gran vecino del norte, pero para Martí era muy
importante que los latinoamericanos entendieran que aquel no era el modelo que
tenían que aplicar las nuevas repúblicas, que era un modelo corrupto, del culto
al dinero, y que predominaba la falta de solidaridad, la desigualdad, el
desprecio al pobre. Su descripción del sistema político de Estados Unidos, de
los candidatos, de cómo se mueven las mafias, cómo los banqueros están detrás
de un candidato…
“Recuerdo
un análisis de Martí en una de esas escenas norteamericanas donde dice: un
candidato necesita dinero para su campaña y hay empresarios que le prestan
dinero que cuando gane van a cobrarle y tienen que pagar esa deuda con esos que
patrocinaron su llegada al puesto al que aspiran. Es decir, él entendió
perfectamente lo que significaba ese modelo. No podemos decir que Martí fue un
marxista, pero se acercó tremendamente al fenómeno del capitalismo por otras
vías. No por la vía de un gran economista como era Marx, sino que Martí se
acercó a los resortes que movían esa sociedad, como el consumismo.
“Son
famosas las cartas de Martí a María Mantilla, sobre todo aquella carta donde le
dice que él que quien tiene mucho dentro no necesita tener tanto fuera y dice,
mucha tienda poca alma. Eso Martí lo dice cuando toda esta locura de las modas
y las marcas no habían alcanzado el frenesí que tienen hoy. Él ve eso con muy
mucha profundidad y claridad. Eso nos hace falta también: esa carta de María
Mantilla sobre el papel de lo externo, el papel absolutamente colateral de los
ropajes, el maquillaje, su concepto de la belleza en este caso de la mujer como
esa belleza que resplandece mucho más si va vestida de manera sencilla, si va
acompañada de cultura, de inteligencia.
“Yo
estoy seguro que muchos maestros nuestros están haciendo eso todos los días.
Los cuadernos martianos que hicieron Fina y Cintio se aplican hoy en los
distintos niveles de enseñanza, y tenemos que seguir buscando fórmulas. El
propio Díaz-Canel, siendo en ese momento vicepresidente, le pidió a la Sociedad
Cultural José Martí que buscara los códigos de los jóvenes para empezar a
aplicarlos en la difusión del pensamiento martiano, entre ellos acercarnos a
las nuevas tecnologías.
“Se
han hecho un grupo de cosas, como aplicaciones para teléfonos, para celulares,
en internet tenemos las obras completas de Martí, tenemos el periódico Patria,
imágenes facsimilares en Internet, pero sin duda hay que seguir, porque como yo
decía, el mundo de hoy tiende a que el joven y el menos joven también lean lo
menos posible, y se conforme con capsulas o con titulares y Martí es muy
difícil reducirlo a capsulas o a titulares.
Poner de moda el
conocimiento
“¿Cómo
podemos llegar a promover la lectura de Martí? Creo que tenemos que ponernos
metas razonables. Ahora vamos a darle mucho más peso al concurso Leer a Martí,
que convoca la Biblioteca Nacional y que muchos niños y en el que muchos
adolescentes concursan. Pero después eso no tiene un seguimiento mediático. Hay
que convertir a un niño que gane el concurso “Leer a Martí” en un niño
conocido, que salga en Amanecer Feliz, un programa que yo veo casi al alba.
Aparecer en televisión es importante para una familia cubana, pero qué bueno
que el niño aparezca en televisión no solo porque la familia lo mande, sino
porque además leyó a Martí, hizo un texto sobre La Edad de Oro o hizo una
visita a la casa natal, o al Museo más cercano. Y poner el conocimiento en
primer lugar.
“Hoy
en cualquier comunidad se da una batalla en parte de la subjetividad. Hay que
ver ante los ojos de los niños, sobre todo de los adolescentes que están en una
etapa tan especial, cómo se está orientando en un mundo contradictorio lo qué
es para ese adolescente el triunfo, quiénes son los triunfadores, ¿los que
tienen más dinero o los que han acumulado más conocimiento, han sido más
estudiosos, más trabajadores, o se han esforzado más?
“El
prestigio social que tuvo en la Cuba de los 60 la Educación y la Cultura fue
algo que caracterizó a la Revolución Cubana. Eso es algo que yo creo que ha
sido esencial para haber llegado hasta hoy con esta unidad que tenemos. Ese
prestigio social hoy ya no es el mismo. Es decir, el prestigio del que saca
buenas notas, del que es Diploma de Oro en la universidad, eso nosotros lo
tenemos que levantar, levantar los logros de la inteligencia, los logros
asociados al estudio, al esfuerzo,
tenemos que prestigiarlos. Tienen que aparecer en programas como el de
Mediodía en TV, 23 y M… Eso lo hemos hablado con Noya (Presidente del ICRT) y
yo creo que se puede lograr de una manera inteligente, aunque hay un reto
formal que tenemos que llevar adelante.
“Nosotros
tenemos que poner de moda el estudio, poner de moda el conocimiento, poner de
moda el comportamiento honesto en cualquier coyuntura, levantar el rechazo
social a las actitudes corruptas o que se acercan a la corrupción. La idea de
que robarle al Estado no es robar, esas son ideas que se mueven en la sociedad
nuestra hoy y que tenemos que entre todos enfrentar.
— Considerando
que a Martí es muy difícil reducirlo a titulares, ¿se lo imagina en esta era de
las redes sociales? ¿Qué relación cree que habría tenido Martí con Facebook y
twitter?
“Una
vez, en un evento de marxismo, dije que el Manifiesto Comunista era como un
Twitter de Marx que llegó mucho más lejos de lo que podría llegar, por ejemplo,
una obra como El Capital u otras de mayor extensión.
“Martí
hizo periodismo. Quizás el más grande periodismo en la lengua castellana de
todos los tiempos sea el periodismo de Martí. Su propio estilo no es
exactamente el de la síntesis; los versos sencillos qué son, de pronto son,
vamos a decir, la quintaesencia de la poesía. Él era proliferante, pero podía
de pronto hacer versos brevísimos, podía crear imágenes, escenas, evocaciones,
con muy pocas palabras.
Martí y las redes
sociales
“Yo
creo que Martí hubiera utilizado las redes y hubiera utilizado también la
calle. Yo creo que Martí haría como Fidel, como Raúl, como lo está haciendo
Díaz-Canel, que está usando las redes y está directamente intercambiando con la
gente en la calle (porque eso no lo sustituye ningún Twitter, él mismo lo ha
dicho, no lo sustituye nada que podamos poner en el ciberespacio). Sin dudas,
parte de esta batalla se está dando en ese espacio, tan particular, con tantas
trampas, donde el enemigo ejerce un determinado control que va más allá de
nuestras posibilidades; pero que, sin dudas, lo han usado como instrumento, lo
están usando en Venezuela, lo han usado como instrumento contra nosotros.
“Estando
yo en el Ministerio de Cultura tuve tres o cuatro momentos en que las redes se
convirtieron en factores como para intentar dividir a los intelectuales,
creadores, en torno a la política cultural, eso no es algo que nos vamos a
enterar ahora que pueden hacer eso, lo están haciendo, lo han estado haciendo;
y el hecho de que estemos mucha gente revolucionaria en las redes, puede ayudar
a disuadir, a aclarar, yo creo que es muy importante.
“Me
acuerdo del caso de una compañera que trabaja en la red “En defensa de la
humanidad”. Cuando falleció Fidel, en las redes hicieron lo posible por
intentar un linchamiento póstumo de Fidel, una cosa perversa, circularon
mentiras, difamación, verdaderas aberraciones para que ese grande, que no va a
morir nunca, la gente lo viera menos grande, todo lo posible por quitarle
estatura a ese gigante nuestro. Y en todo aquel momento pusieron de pronto una
muralla con unas piedras, como cincuenta cadáveres de personas fusiladas y lo
empezaron a circular como fusilamientos, que tenían que ver precisamente con la
campaña que se hizo en torno a lo que después nos llevaría a la Operación
Verdad. Esa compañera de la red descubrió que esa foto era de los fusilamientos
de Franco e inmediatamente lo puso en las redes, cotejando, esto es falso, esto
es mentira, y el trol o no sé quién fue quien lanzó la falsa imagen o la imagen
desnaturalizada, aquella imagen apócrifa, de pronto desapareció.
“Yo
creo que en eso deberíamos estar alerta, denunciar cosas concretas. A mí (Coco)
Fariñas me hizo como cinco tuits seguidos. Yo estuve en el Foro de la Sociedad
Civil de Panamá, y me acusó ahí, y nada más que saqué la foto de Fariñas con
Posada Carriles, enmudeció, por lo menos en mi perfil de Twitter. No me dio
tiempo ni de bloquearlo, enmudeció.
“Que
los laboratorios, los tanques pensantes, lo que se le quiera llamar a los que
están trabajando el tema Cuba, de la subversión y todo eso, sepan que hay
revolucionarios activos en las redes, revolucionarios que no repiten consignas,
que analizan, evalúan dentro de los límites.
“Que
ese tipo de gentuza, sea real o sea creada por una tecnología para replicar
fantasmas, sepa que hay, vamos a decir, un frente, llamémosle así, de gente
comprometida con lo que hemos defendido tantas generaciones de cubanos, comprometidas
con Fidel, Raúl, con Díaz (Miguel Díaz-Canel), con la dirección del partido,
del gobierno, que vamos a responder a cualquier tipo de provocación, que vamos
a aclarar cualquier tipo de fake news de las que lanzan y repiten.
“Con
las fake news, ya la manipulación llegó a un límite verdaderamente
inconcebible, porque repiten las noticias falsas, los fantasmas. Entre ellos
discuten y crean un falso clima. Te hacen creer que estás viviendo un debate
real y todo es un teatro para ir legitimando esas noticias falsas, esas
calumnias.
“Pero
yo creo que Martí se hubiera adaptado a las redes y hubiera tenido miles y
millones de seguidores y hubiera seguido a nuestro líder y hubiera dado grandes
batallas, porque Martí era un gran polemista.
Acuérdate
cuando aquellos dos periódicos norteamericanos presentaron a los cubanos y a
Cuba como un país de gente débil, que no trabajaba, que eran incapaces de
gobernarse a sí mismos, Martí respondió con “Vindicación de Cuba”, un artículo
estremecedor lleno de cólera y al mismo tiempo, de argumentos.
Y de la nueva
Constitución, ¿qué diría Martí?
“Quiero
que la ley primera de nuestra República sea el culto a la dignidad plena del
hombre”, la frase incluso está incluida en el texto constitucional, pues todo
el tiempo el respeto a la dignidad humana recorre las páginas de la
constitución, desde los derechos que pueden tener personas que enfrenten un
problema judicial, desde la prohibición constitucional de toda forma de
discriminación, por color de la piel, por origen nacional o territorial, por
sexo, orientación sexual, todo eso está afianzado con palabras muy claras, con
conceptos muy claros en nuestra Carta Magna.
“Yo
creo que es una Constitución de vanguardia, es una Constitución que apuesta por
la emancipación humana en todas sus dimensiones, los conceptos de familia, el
derecho de todo ciudadano a formar una la familia.
“Hay
mucho en la Constitución que tiene que ver con ese precepto martiano, es una
constitución profundamente martiana. Te diría que Martí estuviera orgulloso de
que tantos años después de haber caído en dos Ríos, este país construyera
colectivamente, porque ese proceso es una de las cosas más hermosas y
estimulantes que puedas ver, el pueblo convertido en constituyente, la gente
estudiando.
Nuestros enemigos van
a leer los resultados con un microscopio
“Estuve
en 10 ó 12 asambleas del municipio cabecera de Pinar del Río y gente muy joven
habían llevado sus propuestas por escrito, se habían leído el documento y lo
llevaban subrayado. La gente se tomó muy en serio el estudio de la versión que
se circuló primero y después la comisión redactora hizo un trabajo admirable y
encontró soluciones muy sabias a partir de la transparencia y del sentido
democrático de la Revolución Cubana.
Yo
creo que el Sí va a ganar y por supuesto que puedo decir aquí que voy a votar
por el Sí. Porque yo creo que estamos votando por la Constitución y estamos
votando por el destino de este país. Y nuestros enemigos van a leer con un
microscopio los resultados de ese referendo y lo van a leer no como un Sí o un
No, sino como un sí o no a la continuidad de la Revolución Cubana y a la
continuidad de nuestro socialismo.
“Es
muy importante que la gente que pueda estar disgustada coyunturalmente por algo
que le pasó, o por algo que no le han resuelto, no vaya de pronto a cobrarle a
la Revolución ese disgusto coyuntural y hacer como han hecho en otros lugares
de nuestra región que los pobres han votado contra sus propios intereses y han
votado por la derecha. Son cosas verdaderamente patéticas que han ocurrido
independientemente de la manipulación. Ha habido gente que ha votado por la
derecha siendo personas muy humildes después que estos procesos progresistas
los sacaron de la nada, del agujero y los convirtieron en personas.
“Por
eso Fidel decía “Toda Revolución es hija de la cultura y de las ideas”, por eso
Fidel decía, parafraseando a Martí, que “sin cultura no hay libertad posible”.
Tú tienes que cambiar el entorno material de las personas cuando vas a
transformar un país como se transformó el nuestro, pero tienes también que
transformar la conciencia de la gente, sin ninguna duda.