mayo 22, 2023

Convocatoria final XXVIII Brigada Latinoamericana y Caribeña de Trabajo Voluntario y Solidaridad con Cuba (Actualizada)

Convocatoria XXVIII Brigada Latinoamericana y Caribeña de Trabajo Voluntario y Solidaridad con Cuba dedicada al aniversario 70 de los asaltos a los Cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes

17 al 29 de julio del 2023

Estimado(a) amigo(a):

Reciba el saludo solidario del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP).

El ICAP y su Agencia de Viajes Amistur Cuba SA, los convoca a participar del 17 al 29 de julio de 2023 en la XXVIII Brigada Latinoamericana y Caribeña de Solidaridad con Cuba, dedicada al aniversario 70 de los asaltos a los cuarteles Moncada en Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes en Bayamo.

Las actividades de la brigada tienen el propósito de generar el intercambio de experiencias entre los brigadistas latinoamericanos y caribeños y los diferentes sectores y organizaciones político-sociales cubanas para dar a conocer de primera mano la realidad del pueblo cubano y logros de la Revolución.

La primera parte de su estancia y actividades será en el Campamento Internacional Julio Antonio Mella (CIJAM), instalación que desde 1972 acoge como sede a las Brigadas organizadas por el ICAP. Hemos concebido un programa en las provincias de La Habana, Artemisa, Villa Clara, Camagüey, Holguín y Santiago de Cuba, con memorables visitas a sitios de interés histórico, económico, cultural y social. Rendirán especial tributo a José Martí, Fidel Castro y a Ernesto Che Guevara y presenciarán como invitados el Acto Central Nacional por la gesta revolucionaria del Moncada.

Momento importante del programa lo constituirá la participación en el Encuentro Caribeño de Solidaridad con Cuba, conjuntamente con la XXXII Brigada Juan Rius Rivera, de Puerto Rico, con la cual coincidiremos en Santiago en ocasión a las actividades de homenaje a la heroica gesta del Moncada.

El costo total del paquete es de 790.00 USD y podrán efectuar el pago mediante Trasferencia bancaria y/o pagos online. De no haber podido realizar esta operación desde su país, una vez arribe a Cuba podrá pagar en efectivo. Los pagos en efectivo se hará en USD o EURO u otra moneda admitida por los cubanos para lo cual se aplicara la tasa vigente de cambio en Cuba del Banco Nacional de Cuba.

Este precio comprende solamente el período de Brigada. Si un brigadista arriba al CIJAM antes del día 16 de julio o se marcha posterior al 29, deberá pagar los días extras a razón de 15 USD.

Las opciones de pago sugeridas serán mediante la pasarela de Pago Come2pay. La pasarela de pago contratada por Amistur, es 100% segura y permite efectuar los pagos mediante tarjeta magnética vía online. Si manifiestan interés en realizarlo por esta vía, Amistur enviará a la persona en cuestión un link desde la cuenta de correo coventas2@amistur.cu. En caso de no poder realizar el pago por esta vía, como se explica anteriormente, podrá hacerlo en efectivo a 790.00 USD.

El alojamiento en el CIJAM será en habitaciones compartidas y habitaciones dobles o triples en el caso de las noches en Camagüey y Santiago de Cuba. Incluye además alimentación, transfer del aeropuerto y transportación hacia todas las actividades previstas en el programa

Con su asistencia el brigadista se compromete a cumplir con el programa señalado y a observar adecuadas normas de conducta, disciplina y convivencia social.

Las inscripciones estarán abiertas para los interesados hasta el 10 de julio de 2023 y se realizarán por correo electrónico de la siguiente manera; primero enviar datos a sus coordinadores y luego a la siguiente dirección alatina.cam@icap.cu y alatina.andinos@icap.cu. La confirmación debe incluir: Nombre y Apellidos, País de procedencia, Fecha, Hora y Vuelos de llegada y salida de Cuba.

Estamos seguros de que la XXVIII Brigada Latinoamericana y Caribeña será una experiencia única, con jornadas de hermandad entre nuestros pueblos, por lo que tendríamos en alta estima contar con su presencia.

¡LOS ESPERAMOS!

Fraternalmente,

Idania Ramos Carmona Directora

Programa XXVIII Brigada Latinoamericana y Caribeña de Trabajo Voluntario y Solidaridad con Cuba

Del 17 al 29 de julio del 2023. Provincias: La Habana, Artemisa, Santa Clara, Camagüey, Holguín y Santiago de Cuba.

Domingo 16 de julio

Arribo por el Aeropuerto Internacional José Martí en La Habana. Recibimiento, traslado y alojamiento en el Campamento Internacional Julio Antonio Mella en Caimito, provincia Artemisa.

Lunes 17 de julio

07:00 Desayuno

09:00 Inauguración de la Brigada en el Mausoleo a los Mártires de Artemisa. 10:00 Visita al Mausoleo.

12:00 Almuerzo en el Campamento.

13:30 Reunión de Información y orientación

14:30 Conferencia. Situación actual de Cuba y relaciones Cuba - Estados Unidos. 18:00 Reunión de Coordinación por países.

20:00 Cena y Noche Cubana en el Campamento.

Martes 18 de julio

05:45 De pie.

06:00 Desayuno

07:00 Matutino

07:30 Salida hacia las labores productivas. 12:00 Almuerzo en el Campamento.

13:00 Salida hacia La Habana 14:00 Visita al Centro Fidel Castro 16:00 Tarde libre en la Habana vieja

19:00 Cena en la Casa de la Amistad – Actividad Cultural 23:00 Regreso al CIJAM

Miércoles 19 de julio

05:45 De pie.

06:00 Desayuno

07:00 Matutino

07:30 Salida hacia las labores productivas. 12:00 Almuerzo en el Campamento.

14:30 Conferencia: Sistema de Salud Pública en Cuba. Rol de la Biotecnología cubana.

17:00 Encuentro en un Barrio en Transformación en Caimito. Artemisa.

20:00 Cena en el Campamento.

Noche Libre en el CIJAM.

Jueves 20 de julio

05:45 De pie.

06:00 Desayuno

07:00 Matutino

07:30 Salida hacia las labores productivas. 12:00 Almuerzo en el Campamento.

14:40 Conferencia. Redes Sociales y la guerra contra Cuba. 18:30 Cena en el Campamento.

Noche Libre. Preparación viaje a Santa Clara.

Viernes 21 de julio: Caimito/ Santa Clara /Camagüey

05:00 De Pie

05:45 Desayuno

06:00 Salida hacia la provincia de Santa Clara

10:30 Llegada al Complejo Escultórico Ernesto Guevara en Santa Clara

12:30 Almuerzo en Los Caneyes

14:00 Continuación del viaje hacia la provincia de Camagüey 19:00 Llegada al hotel, Alojamiento y cena. Hotel Santa Maria

Sábado, 22 de julio: Camagüey- Santiago de Cuba

07:00 Desayuno /Check out

08:30 Salida hacia la provincia de Holguín.

Almuerzo Restaurante Loma de la Cruz

Visita a la Casa Museo Birán

Continuación del Viaje hacia la provincia de Santiago de Cuba.

Llegada al hotel y alojamiento en Santiago de Cuba.

Domingo, 23 de julio:

07:00 Desayuno en el Hotel.

09:00 Recibimiento en Santiago de Cuba. Tributo a los próceres de la Patria y a los mártires del Moncada en el Cementerio Santa Ifigenia.

11:00 Inauguración Encuentro Caribeño de Solidaridad con Cuba

13:00 Almuerzo en un Restaurante Local.

15:00 Continuación de las actividades del Encuentro Caribeño.

17:00 Regreso al Hotel.

19:30 Cena en el Hotel.

21:00 Tiempo libre/ disfrute del Carnaval santiaguero

23:00 Regreso al Hotel.

Lunes, 24 de julio: Santiago de Cuba.

07:00 Desayuno

09:00 Encuentro Caribeño de Solidaridad con Cuba 13:00 Almuerzo en el restaurante Barracón

15.00 Continuar con las actividades del Encuentro Caribeño. Clausura del Encuentro.

18:00 Regreso al Hotel

19:30 Cena en el Hotel

21:00 Tiempo libre/ disfrute del Carnaval santiaguero

23:00 Regreso al Hotel.

Martes, 25 de julio: Santiago de Cuba

Mañana: Junte de Brigadas (XXVIII Latinoamericana y Caribeña con la XXXII Juan Rius Rivera, de Puerto Rico)

Actividades por el 508 Aniversario de la Villa de Santiago de Cuba 13:00 Almuerzo en Restaurante Local

14:30 Tarde Libre

19:30 Cena en el Hotel

21:00 Gala Cultural por el 26 de julio 23:00 Regreso al Hotel

Miércoles, 26 de julio: Santiago de Cuba

05:30 Participación en el asalto simbólico al Cuartel Moncada.

Acto por el 70 Aniversario del Asalto a los Cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes

10:30 Tiempo libre

12:30 Almuerzo en Restaurante Local

14:00 Tarde Libre

19:00 Cena en el hotel.

21:00 Actividad de despedida en la delegación provincial del ICAP junto a la Brigada Juan Rius Rivera de Puerto Rico.

23:00 Regreso al Hotel

Jueves, 27 de julio: Santiago de Cuba- Caimito, CIJAM

07:00 Desayuno /check out

08:00 Salida del hotel hacia el CIJAM

15:00 Almuerzo en tránsito en Hotel La Rueda, en Ciego de Ávila

12:00 Arribo al Campamento Internacional Julio Antonio Mella (CIJAM)

Viernes, 28 de julio del 2023: CIJAM

Opcionales de Amistur Descanso en el Campamento 12:00 Almuerzo

Preparación de la Noche Latinoamericana y Caribeña.

20:30 Actividad Cultural. Noche Latinoamericana y Caribeña.

Sábado 29 de julio

Regreso de las delegaciones a sus países.

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Información XXVIII Brigada Latinoamericana y Caribeña

Estimados amigos.

Reciban un saludo cordial del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos.

Resultado de una visita reciente de la Presidencia, la Dirección política de América Latina y el Caribe del ICAP y la gerencia general de Amistur a la Provincia de Santiago de Cuba para asegurar en el terreno logística y políticamente el éxito de los proyectos solidarios que tendrán lugar en el verano en el marco del 70 aniversario de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes les informamos lo siguiente:

- La imposibilidad de utilizar el Hotel Los Corales ubicado a 46 km del centro de la ciudad de Santiago de Cuba para el alojamiento de la Brigada Latinoamericana y Caribeña de Solidaridad con Cuba por el marcado deterioro de la carretera de acceso, que imposibilitaría el cumplimiento objetivo del programa previsto.

- La inexistencia de otras instalaciones con similares prestaciones de servicios en el rango de precios ofrecidos a nuestra Agencia de Amistur por la cadena operaria de Los Corales, luego de haberse realizado varios recorridos y reuniones con las cadenas hoteleras que operan en el territorio.

- Existe la voluntad política de las autoridades del territorio de desarrollar a cabalidad el programa previsto por los proyectos solidarios, sin embargo ello implicará utilizar para el alojamiento varias instalaciones hoteleras del Complejo Ciudad que son las que tienen disponibilidad para alojar a la brigada latinoamericana y caribeña en estos momentos. Dado que es un hecho corroborado por la Gobernadora, el Partido Provincial, la Delegada de Turismo y el gerente de Turismo Cubanacán, que los diferentes eventos y la propia efeméride han excedido las capacidades de alojamiento en la provincia.

Por todo lo explicado, la disminución del costo de 954 USD iniciales a los 660 USD últimos promocionados queda sin efecto, quedando el costo total y final de la Brigada Latinoamericana y Caribeña en 790 USD.

Pedimos disculpas a todos los amigos por los inconvenientes y dificultades que esta situación les pueda ocasionar, al tiempo que rogamos su comprensión, en tanto, en toda Cuba estamos llevando adelante este y todos los proyectos en condiciones realmente extraordinarias, con un alto nivel de complejidad y dificultad.

Sin embargo continuamos apostando por recibirlos y atenderlos con todo el cariño, el calor humano y el amor de un pueblo que se resiste a claudicar ante los designios del Imperio y que una vez más en Santiago de Cuba, ante nuestro guías Céspedes, Martí y Fidel expresaremos nuestro compromiso militante de defender a nuestra patria y continuar hacia adelante con nuestra Revolución.

¡VENCEREMOS!

Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP)
América Latina y el Caribe Telf.:7 838 2418 email: director.alatina@icap.cu
Calle 19 Nº 252 esq. J, Vedado, La Habana, Cuba

Para mayor información contactarse con Máximo Schneebeli al whatsapp +54 9 294 462-2747 - Solo se aceptan textos - el Teléfono está desactivado.

mayo 07, 2023

Síntesis y conclusiones del Círculo de Lectura Nº 169

“El colapso del «socialismo real» y su impacto en América Latina”

Escrito por Roberto Regalado, politólogo y Doctor en Ciencias Filosóficas,
profesor del Centro de Estudios Hemisféricos y sobre Estados Unidos de la
Universidad de La Habana, tomado de La Tizza, el 28 de marzo de 2023, una
revista digital y plataforma de pensamiento para debatir el proyecto de la
Revolución Cubana. En el mismo, el autor plantea y analiza el impacto negativo
que causó sobre Cuba y sus relaciones con América Latina el colapso del
llamado socialismo real, a partir de la caída del muro de Berlin y el posterior
derrumbe de la Unión Soviética y de los países socialistas de Europa del este
en los años 1989 – 1991. Ésta situación provocó una crisis de credibilidad del
pensamiento marxista leninista, generando una desideologización bajo
conceptos de “desaparición de las clases sociales” y la negación de partidos
políticos de izquierda. Todos estos acontecimientos exigieron enormes
esfuerzos por parte de la Revolución cubana para volverse a ganar la simpatía
y la confianza vulnerada, ya que diferentes partidos de izquierda se
distanciaron de la experiencia de la construcción socialista por parte de la
Unión Soviética, debido a los errores cometidos en la URSS. Por ejemplo, se
llamó a “democratizar” el socialismo, lo que en muchos casos derivó en la
búsqueda de alternativas al neoliberalismo. Esto condujo a la necesidad de
releer y repensar a Marx, y a los clásicos del marxismo. Un factor determinante
en la recomposición de los vínculos políticos con la izquierda latinoamericana
fue el hecho de que Cuba y la Revolución cubana se construyó con un carácter
autóctono, no dependiente de la experiencia soviética. Todo éste proceso de
recomposición se ideó bajo la supervisión de un equipo de análisis dirigido por
Fidel y conducido por Piñeiro*, en vistas de la recuperación de la solidaridad y
la confianza por la Revolución cubana, tarea que se realizó en primer lugar
teniendo en cuenta la nefasta injerencia ejercida por parte de los Estados
Unidos mediante sus organizaciones afines, y por otro lado contando con las
múltiples organizaciones progresistas y de izquierda de Nuestramérica en una
labor integrada y compartida, donde “todos aprendimos de todos” bajo el
concepto de las «correas de transmisión» planteadas por Lenin. Una
concepción circular entre el Partido Comunista y las organizaciones de masas.
De esta manera se pudo sacar a los países progresistas y de izquierda del
marasmo del derrumbe, y así surgieron organizaciones de debate, como por
ejemplo el Foro de Sao Paulo, y que finalmente derivaron en la creación de
organizaciones como el ALBA-TCP, el MERCOSUR, la UNASUR, el CARICOM
y la CELAC. De esta manera, entre los años 1989 y 1991 si bien se cerró la
etapa de luchas abiertas en América Latina y el Caribe en 1959 por el triunfo de
la Revolución cubana, en la década de 1990 se abrió otra, con el desafío de
abrir nuevos horizontes de transformación social revolucionaria.
*Manuel Piñeiro Losada fue un político y militar cubano, también conocido
como el comandante Barbarroja, conyugue de Marta Harnecker, intelectual
marxista de origen chileno.
Durante el posterior debate se compartió que la debacle que ocasionó la
desintegración de la Unión Soviética y de los países del Este, generó en su
momento una verdadera crisis ideológica con respecto a la credibilidad en el
socialismo. Por otro lado, la lectura de este texto nos enseñó la importancia de
la titánica tarea que hizo la Revolución cubana al emprender la recuperación de
la confianza en el socialismo en general, y del ejemplo cubano en particular. Lo
que nos pareció necesario es estar siempre alerta ante posibles situaciones de
este tipo, y para ello es de mucha utilidad poder contar con las advertencias
que nos puedan hacer quienes tengan la capacidad de adelantase a los
hechos. En ese sentido hemos recordado de la crítica constructiva que hiciera
el Ché en los años 1960 con respecto a los métodos capitalistas emprendidos
en la URSS, y de su posible reversión. Esto ocurrió casi treinta años antes de
su desintegración. Después también recordamos lo expresado por el
comandante Fidel Castro en su discurso del aniversario por el 26 de julio en el
año 1989, poco antes de la caída, cuando dijo…«porque si mañana o cualquier
día nos despertáramos con la noticia de que se ha creado una gran contienda
civil en la URSS, o, incluso, que nos despertáramos con la noticia de que la
URSS se desintegró, cosa que esperamos que no ocurra jamás, ¡aun en esas
circunstancias Cuba y la Revolución Cubana seguirían luchando y seguirían
resistiendo». De esta manera no solo el pueblo cubano se ha puesto a la
defensiva desde lo ideológico, sino también gran parte de los seguidores del
socialismo en el mundo. Es como que de esta manera se adquiere un poderoso
impulso inicial para emprender la lucha para resistir y para recuperar el
sendero. Y esa lucha se dio en Cuba en el marco de la creación del Área de
América como órgano auxiliar del Partido Comunista Cubano encabezado por
Fidel y conducido por Manuel Piñeiro Lozada, que fuera iniciada en la década
de 1990, y que después se consolidara finalmente en la creación del ALBATCP,
la UNASUR, el CARICOM y la CELAC.
Por último hemos acordado abordar para el próximo Círculo de Lectura, del
sábado 03 de junio, el discurso pronunciado por Miguel Díaz-Canel en la
Sesión Constitutiva de la X Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder
Popular el día 19 de Abril de 2023.
Grupo Bariloche de Solidaridad con Cuba, 06 de mayo de 2023.

mayo 04, 2023

Círculo de Lectura # 169 – Mayo de 2023

 “El colapso del «socialismo real» y su impacto en América Latina”

 Por Roberto Regalado, politólogo y Doctor en Ciencias Filosóficas, profesor del Centro de Estudios Hemisféricos y sobre Estados Unidos de la Universidad de La Habana. Tomado de La Tizza, el 28 de marzo de 2023, la revista digital y plataforma de pensamiento para debatir el proyecto de la Revolución Cubana.

 Después de cuatro años de trabajo en la Sección de Intereses de Cuba en los Estados Unidos, dedicados a promover la normalización de las relaciones entre ambos países y a monitorear la política estadounidense hacia América Latina y el Caribe; y de igual plazo de tiempo en la Embajada de Cuba en Nicaragua, dedicados a monitorear cómo la política que había visto formular en Washington D.C. se ejecutaba «en el terreno», a intentar neutralizarla y a promover una solución negociada del «conflicto centroamericano» favorable a las fuerzas populares; a principios de 1988 mi predecesor, Germán Sánchez, me transfirió la coordinación del Grupo de Análisis del Área de América del Departamento de Relaciones Internacionales del PCC.

 De modo semejante a las carreras de relevo, Germán «entregaba» y yo «recibía» el «batón» de uno de los frentes de «trabajo acumulado» del órgano de solidaridad dirigido por Fidel y conducido por Piñeiro, que ya se acercaba a sus tres décadas de funcionamiento. Fue un proceso «semejante a las carreras de relevo», pero no un proceso «a la carrera», sino de entrega y recepción, escalonado, pausado y pormenorizado, que se desarrolló durante semanas. Fue un proceso riguroso de transición del responsable saliente al responsable entrante de un frente de trabajo, tal como siempre se hizo en ese órgano y como siempre debería hacerse porque, según lo dicho por Fidel en Nicaragua en 1985:

  …las relaciones, el trabajo y el conocimiento acumulados son un tesoro que es necesario preservar. A eso añado que: es necesario preservar ese tesoro, no para hacer «más de lo mismo», sino para saber cuándo dejar de hacer «lo mismo» y cómo abrir nuevos horizontes.

 Asumí en un escenario políticamente cambiante. Se había consolidado una tendencia regional a la solución negociada de los conflictos armados y a la transformación de las organizaciones insurgentes en organizaciones políticas legales. También se encontraban en pleno auge los nuevos movimientos sociales y, al mismo tiempo, fuerzas progresistas y de izquierda de un creciente número de países conquistaban espacios político/institucionales en los gobiernos locales y las legislaturas nacionales. Además, el llamado bloque socialista europeo atravesaba por su crisis terminal, con sus secuelas de fin de la bipolaridad mundial, despeje del terreno a favor de la avalancha universal del neoliberalismo y pérdida de credibilidad de las ideas revolucionarias y socialistas.

 Todo esto planteaba un gran problema: ¿cómo la Revolución cubana podía y debía contribuir a la apertura de nuevos horizontes?

 Dado que me sería imposible sintetizarlo de una mejor manera, reproduzco aquí un fragmento sobre el impacto del colapso del «socialismo real» en las relaciones de Cuba con las fuerzas populares de América Latina y el Caribe, publicado previamente:

 Nadie crea que el acople, la conexión, la relación de la Revolución cubana con las fuerzas de izquierda y progresistas que emergieron a contracorriente del derrumbe del bloque euroasiático de posguerra, fueron automáticos, naturales, fáciles o predeterminados por méritos históricos anteriores. […] Nadie debe asumir como atributo inherente a la Revolución cubana lo que ella tuvo que volverse a ganar, con esfuerzo y dedicación, durante las décadas de 1980, 1990 y 2000.

 Desaparecidas las condiciones para la conquista del poder mediante la lucha armada y para el ejercicio del poder mediante un sistema de partido único o un partido hegemónico, sumidos el marxismo y el leninismo en una crisis de credibilidad motivada por el colapso del marxismoleninismo soviético ante el embate de la perestroika y la glasnost, y cuestionados el antimperialismo y el anticapitalismo por una autoproclamada «nueva izquierda» que rechazaba el prefijo «anti», los pilares sobre los cuales la Revolución cubana se había convertido en referente de amplios sectores del movimiento popular y la izquierda latinoamericana y caribeña sufrían un intenso ataque. Esto repercutió, tanto en un alejamiento entre las concepciones y posiciones políticas de Cuba, y las de amplios sectores de la izquierda y el progresismo que estaban en fase de reestructuración organizativa, redefinición políticoprogramática y reconstrucción de alianzas, como en la crítica y el distanciamiento con Cuba de una parte de esos sectores.

 En la vorágine del cierre de una etapa de luchas y la apertura de otra, se hablaba de una «ruptura epistemológica» con la historia anterior de la humanidad, de un «borrón y cuenta nueva» con la historia de la dominación y las luchas emancipadoras. Pujaba fuerte la noción de que ya no había clases sociales, y si las había no importaban, como tampoco importaban las ideologías o los partidos políticos que fuesen algo más que pragmáticos aparatos electorales. Se acuñó el término «democracia sin apellidos», es decir, sin los apellidos burguesa, socialista, participativa, comunitaria o popular. La consigna de la autoproclamada «nueva izquierda», que hegemonizaba a los partidos, organizaciones, frentes y coaliciones multitendencias que por entonces se formaban, era «democratizar la democracia», entendida como sistema político y electoral imparcial e impoluto, no sometido a la presión y la injerencia de los centros de poder mundial, ni de los poderes fácticos de cada país, ni de la burocracia incrustada en los órganos del Estado, defensora de los intereses de la clase dominante. Supuestamente, el «triunfo electoral» llevaría a la «nueva izquierda» a «ejercer el poder»: los opresores reconocerían civilizadamente su derrota; con civismo le permitirían gobernar; y se limitarían a cumplir la comedida función opositora característica de la alternancia entre partidos burgueses. Mientras unas corrientes de ese vector hablaban de revertir la restructuración neoliberal cuando ocuparan «el poder», otras se planteaban crear un «neoliberalismo de izquierda», dado que la avalancha universal de esa doctrina los convenció de que el neoliberalismo era la única política posible.

 Tan brutal era el impacto negativo del derrumbe del socialismo real para las ideas revolucionarias y socialistas, y tan abrumadora, amenazante y agresiva era la avalancha política e ideológica reaccionaria, que gran parte de los partidos, organizaciones y corrientes de identidades socialistas no se atrevía siquiera a cuestionar el mito de la democracia «sin apellidos». No solo para evadir la nueva «cacería de brujas», sino también dado que el panorama era oscuro y confuso, los partidos, organizaciones y corrientes de trayectoria revolucionaria, enfatizaban su distanciamiento de los errores y las desviaciones en que incurrió la URSS, y afirmaban que el socialismo latinoamericano sería democrático, descentralizado, participativo, eficiente, sustentable, con enfoque de género y respetuoso de todas las diversidades, pero no hallaban una consigna menos ambigua, o a la inversa, más precisa, que la «búsqueda de alternativas al neoliberalismo», infaltable en los discursos, declaraciones y documentos de aquellos años.

 Si el «fetichismo de la democracia» era un extremo, el otro extremo era el «fetichismo de la revolución», culto en el que incurrimos quienes seguíamos librando la cruzada contra el «electoralismo» y el «reformismo» en los términos que se utilizaban cuando en América Latina la conquista del poder parecía alcanzable mediante la lucha armada. Esa posición pasaba por alto que no existía una situación revolucionaria y que las fuerzas socialistas tendrían que adecuar su estrategia y su táctica a esa realidad. Se estaba produciendo un vuelco en las condiciones y características de las luchas populares que obligaba a las y los marxistas latinoamericanos a releer y repensar a Marx, Engels, Lenin, Rosa, Gramsci, Lukács y a todas y todos aquellos que contribuyeron a actualizar y desarrollar la teoría de la revolución social de fundamento marxista y leninista. Renovada vigencia adquiría un concepto de la Rosa roja: «La reforma legal y la revolución no son […] diversos métodos del progreso histórico que a placer podemos elegir en la despensa de la Historia, sino momentos distintos del desenvolvimiento de la sociedad de clases, los cuales mutuamente se condicionan o complementan, pero al mismo tiempo se excluyen».

 […]

 Además del rechazo a los errores cometidos por la URSS y de las opiniones de cada partido y/o movimiento político sobre el socialismo cubano, esa era una de las tantas maneras mediante las cuales la izquierda y el progresismo emergentes afirmaban que sus programas no tendrían influencia del «paradigma soviético». Tres factores le permitieron a la Revolución cubana reconstruir y consolidar, de nuevo, su relación con las fuerzas populares latinoamericanas y caribeñas: 1) la capacidad de resistencia demostrada por Cuba, que solo podía explicarse por el carácter autóctono de su revolución, con independencia de cualquier copia acrítica que pudiera haber hecho de experiencias soviéticas; 2) la comprensión de que se abría una nueva etapa de lucha en la que sería imposible recrear una revolución similar a la cubana, incluso si alguien quisiera intentarlo, lo cual hizo languidecer la «necesidad» de «distanciarse» de Cuba; y 3) la amplitud de mente, la visión estratégica, la paciencia, el tesón y el apego a los valores y principios revolucionarios con los que, bajo la conducción personal de Fidel, el Partido Comunista de Cuba, las organizaciones de masas y sociales, y las organizaciones no gubernamentales cubanas, lograron zanjar las discrepancias y relanzar las relaciones con los sectores críticos del «paradigma soviético».

 El Área de América se replanteó y renovó sus objetivos, contenidos, medios y métodos de trabajo, en correspondencia con las necesidades y posibilidades de la nueva coyuntura. Se cerraba la etapa de luchas populares en América Latina y el Caribe abierta en 1959 por el triunfo de la Revolución cubana, mientras que, al mismo tiempo, se abría una nueva etapa cuyas interrogantes era necesario despejar, como premisa para abrir nuevos horizontes.

 El equipo de análisis — llamado «sección» (con un «jefe de sección») en el Departamento América y luego llamado «grupo» (con un «coordinador de grupo») cuando la estructura fue subsumida como una vicejefatura de un unificado Departamento de Relaciones Internacionales — no era un equipo solo o principalmente de «trabajo mesa», sino la contraparte de las áreas geográficas para todo tipo de actividad. Mientras los grupos encargados de la atención a las áreas geográficas desarrollaban las tareas correspondientes a cada subregión y a cada país de esa subregión, en estrecha, recíproca y constructiva interacción con ellos, el grupo de análisis desarrollaba las tareas correspondientes al continente en su conjunto.

 Lo particular — de cada subregión y cada país — y lo general — del continente — eran dos frentes de trabajo inseparables, e igualmente necesarios y valiosos. Sobre esta base había trabajado siempre el órgano de solidaridad dirigido por Fidel y conducido por Piñeiro. En este artículo enfatizo la perspectiva general — del continente — porque fue el frente de trabajo que asumí de 1988 en adelante y, por tanto, es el que mejor conocí durante mis últimos 22 años en dicho órgano. Otros compañeros y compañeras están recuperando la imprescindible memoria histórica del trabajo particular — en cada subregión y país — y también del trabajo general — del continente — .

 Solo mediante la recuperación integral de la memoria histórica de lo particular y lo general se podrá lograr la recuperación de la memoria histórica del órgano de solidaridad al que se dedica este texto, y de la memoria histórica de la Revolución cubana en su conjunto, de la que ese órgano fue uno de sus modestos ejecutores.

 En virtud del trabajo general (continental) acumulado por la DGLN y luego por el Departamento América, a la altura de 1988, los contenidos de trabajo del grupo de análisis del Área de América eran: 1) el estudio de la política de los Estados Unidos hacia América Latina y el Caribe; 2) el estudio de los organismos regionales (OEA, BID, ALADI y otros); 3) la coordinación con los partidos comunistas de los llamados países socialistas antes del «derrumbe», en lo referido a las Américas; 4) la atención a la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (COPPPAL), al Comité para América Latina de la Internacional Socialista, la Coordinación Socialista Latinoamericana (CSL) y a los partidos comunistas de la región; 5) la atención a los sectores cristianos comprometidos con la Teología de la Liberación y otras corrientes de izquierda y progresistas; 6) la atención a los medios de comunicación — tanto a personas accesibles dentro de los medios tradicionales, como a los medios de comunicación populares — ; y 7) la activa participación en los foros, redes y campañas regionales y mundiales de las fuerzas políticas de izquierda y los movimientos populares surgidos en las décadas de 1980 a 2000, como el Encuentro de los Pueblos de América y el Caribe, el Foro de Sao Paulo, los Seminarios Internacionales «Los partidos y una nueva sociedad» organizados anualmente por el Partido del Trabajo de México, el Foro Social Mundial, las redes de lucha contra el ALCA, contra la globalización neoliberal, contra el militarismo y las bases militares en el subcontinente, en defensa de los derechos de las mujeres y otros.

 Además de lo anterior, uno de sus contenidos de trabajo de gran importancia que, en su condición de órgano auxiliar del Comité Central del PCC, tenía el Departamento América y luego el Área de América, era la relación con el Centro de Estudios sobre América, con el ICAP, y con los departamentos de relaciones internacionales de la UJC, las organizaciones de masas y sociales, con otras ONGs cubanas o radicadas en Cuba (como la OSPAAAL) y con centros de investigación y/o docencia en temas internacionales, política, filosofía y economía. Esta relación, que desde su primer momento fue activa, democrática, colaborativa, fraternal e intensa, principalmente con: UJC, ICAP, CTC, ANAP, FMC, OCLAE, FEU, UNEAC, UPEC, UNJC, ANEC, ACPA, Centro Memorial Martin Luther King Jr., OSPAAAL, Centro Che Guevara, CIEM e Instituto de Filosofía, dio un salto cualitativo a raíz de los procesos por los que América Latina y el Caribe atravesaron en las décadas de 1980 y 1990.

 Lo más importante a destacar de ese salto cualitativo es que se desarrolló y tuvo resultados formidables, incluido un sistema colectivo de trabajo basado en la concepción solidaria e internacionalista de Fidel, y en la concertación permanente de intereses y criterios entre todas las instituciones y personas participantes en esa necesaria y hermosa labor.

 Nuestra relación como órgano auxiliar del PCC, es decir, nuestra relación como partido con las organizaciones de masas y sociales y demás instituciones era 100 % acorde con la concepción original de Lenin sobre las «correas de transmisión», casi universalmente rechazada por las negativas interpretaciones y los aún peores usos que se le ha dado. Para nuestro órgano, las «correas de transmisión» mantenían un permanente movimiento circular, sin un actor o sujeto «arriba», ni actores o sujetos «abajo», sin verticalidad ni unilateralidad. Valga el uso redundante que hago de las siguientes palabras: todas y todos aprendimos de todas y de todos.

 La concepción circular de las relaciones entre el partido y las organizaciones de masas y sociales, que debería aplicarse en todo momento y en todo lugar, era particularmente necesaria en las décadas de 1980 y 1990 porque esas organizaciones cubanas eran las contrapartes directas de los movimientos sociales populares que ocupaban la punta de vanguardia de las luchas sociales y políticas en el resto de la región, de los movimientos sociales populares que sacaron a los partidos de izquierda y progresistas del «marasmo del derrumbe» y los llevaron a las alcaldías, a las legislaturas y a los gobiernos nacionales. Sin duda alguna, las organizaciones de masas y sociales cubanas fueron nuestra punta de vanguardia, las que orientaron y guiaron a nuestro partido en esa batalla monumental.

 La gran familia de partido, organizaciones de masas y sociales, otras ONGs y demás instituciones cubanas actuó «como un solo cerebro» para pensar y «como un solo par de brazos» para trabajar en la confección del nuevo mapa de las fuerzas políticas de izquierda y progresistas, y de los movimientos sociales populares de América Latina y el Caribe. Con esos elementos elaboró las propuestas de nuevos objetivos, medios y métodos de trabajo que, después de ser aprobados por la máxima dirección de la Revolución cubana, le permitieron a esa gran familia cumplir con éxito las complejas y cruciales tareas políticas e ideológicas de la década de 1990. En concreto, el PCC, la UJC, el ICAP, las organizaciones de masas y sociales, otras ONGs y los centros de investigación y/o docencia, actuaron en conjunto como mecanismo de coordinación caracterizado por el fluido intercambio de información, el análisis sistemático de la situación regional, la elaboración conjunta de planes y el chequeo de su cumplimiento, mecanismo cuyo funcionamiento conjugaba las particularidades de la relación de cada miembro de la gran familia con sus respectivos homólogos y contrapartes, con la relación común, compartida, de todos ellos con el conjunto de sus homólogos y contrapartes de América Latina, el Caribe y también del resto del mundo, que habían adquirido un protagonismo y una capacidad de ejercer influencia y presión política extraordinaria. A inicios de la década de 2000, ese mecanismo de coordinación alcanzaría visibilidad pública al convertirse en Capítulo Cubano del Foro Social Mundial. Este método colectivo de trabajo, además de ser el único método revolucionario, el único método socialista, es el único método que funciona.

 De la etapa que aquí se reseña, cabe destacar el Foro de Sao Paulo, fundado en julio de 1990 a partir de una iniciativa conjunta del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz y el líder del PT de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, espacio multilateral cuyo desenvolvimiento constituyó la primerísima prioridad del Área de América hasta el momento de su disolución en 2010. En ese espacio nacieron y/o se consolidaron las relaciones entre las principales fuerzas políticas y las grandes figuras de izquierda y progresistas latinoamericanas de las décadas de 1990 a 2010, como el propio Lula, Cuauhtémoc Cárdenas, Líber Seregni, Hugo Chávez, Evo Morales, Daniel Ortega y Schafik Hándal. Un dirigente progresista del ámbito del Foro que recientemente pasó a un primer plano de notoriedad es el presidente de Colombia, Gustavo Petro.

 De este agrupamiento político regional brotaron las ideas e iniciativas sobre concertación política e integración económica que en la década de 2000, durante la etapa de auge del «ciclo progresista», se materializaron en el ALBATCP, el MERCOSUR (hegemonizado por la izquierda), la UNASUR, el CARICOM y la CELAC.

 Además de aportar a las ideas e iniciativas mencionadas, los seminarios internacionales «Los partidos y una nueva sociedad», que desde 1997 se efectúan anualmente en México bajo el auspicio del Partido del Trabajo (PT) de ese país y el Foro Social Mundial fundado en Porto Alegre en 2000, posibilitaron que el trabajo de influencia política hacia América Latina y el Caribe trascendiera a los Estados Unidos y Canadá, a Europa Occidental y Oriental, y más puntualmente a países de Asia, África y Oceanía, dado que nacieron como espacios mundiales, no solo latinoamericanos y caribeños.

 Como ya se ha dicho, entre 1989 y 1991 se cerró la etapa de luchas abierta en América Latina y el Caribe en 1959 por el triunfo de la Revolución cubana, y en la década de 1990 se abrió otra, en medio de cuya vorágine era preciso desentrañar las incógnitas y determinar cómo abrir nuevos horizontes de transformación social revolucionaria. En consecuencia, es conveniente hacer un «corte parcial» para puntualizar que si el órgano de solidaridad dirigido por Fidel y conducido por Piñeiro hasta 1992 hubiese incurrido en «monocromatismo» y/o en «aferramiento» en las décadas de 1960, 1970 y/o 1980, de ningún modo hubiese podido sortear con éxito los grandes retos de finales de los años ochenta y de todo el decenio de los años noventa.

 Téngase en cuenta que, nada menos que en 1992, casi inmediatamente después de la disolución y el desmembramiento final de la Unión Soviética, con otras palabras, nada menos que en el momento más crítico de aquella etapa, ese órgano dejó de ser conducido por su fundador, Manuel Piñeiro Losada, quien no obstante a esa desvinculación formal, lo siguió acompañando, apoyando y asesorando hasta su muerte, en 1996. La forma en que se sostuvo la continuidad del trabajo del Área de América a pesar de la salida formal y luego el fallecimiento de su jefe histórico, demuestra que se trataba de un equipo sólido, organizado, flexible y capaz; fortalezas, todas estas, conque Piñero había dotado a ese órgano.