Círculo de lectura # 159 – Julio
de 2022
“Julio Antonio Mella, la chispa que encendió la revolución en Cuba”
Publicado: 25/03/2022
Nació el 25 de marzo de 1903 y aparece inscrito en el Registro Civil como Nicanor Mac Pórtland, era nieto del general Ramón Matías Mella, prócer de la independencia del pueblo dominicano. Su padre, Nicanor Mella Breá, era el hijo del general "del ímpetu", y un próspero sastre que dictaba la moda en la capital habanera, su madre Cecilia Magdalena Mac Pórtland y Diez, joven inglesa procedente de Hampshire, Inglaterra, que llegó a amar profundamente la tierra de sus dos primeros hijos y nunca dejó de militar en las filas de quienes se oponían a la Enmienda Platt. De tales padres heredaría Julio Antonio, desde la cuna, su vocación cosmopolita. Desde su origen, como hijo de una unión extramatrimonial, debió enfrentarse con los injustos preceptos del derecho burgués que impedían la voluntad de don Nicanor de reconocerlo con todos los derechos legales, junto a su hermano menor Cecilio.
Hizo la primera enseñanza en varios colegios católicos en La
Habana. En 1915 viaja a Nueva Orleans, Estados Unidos, junto a su hermano
Cecilio y su madre, alistándose en el ejército, asegurando una edad superior a
los 14 años que realmente tenía. Un amigo de su padre logró sacarlo del
ejército y lo regresó a Cuba, donde ingresó en la en la Academia Newton siendo
allí alumno del poeta mexicano Salvador Díaz Mirón quien le hizo descubrir el
ideario del fundador del Partido Revolucionario Cubano (José Martí).
Su sueño de ser militar y pelear por la Patria americana se convierte en fuerte resolución. El anhelo de matricular en el Colegio Militar de San Jacinto lo lleva a emprender en 1920 el viaje a México, Desde ese país en revolución comprendió la doble moral imperialista que declaraba el "panamericanismo" y la "democracia", mientras mantenía sus tropas de ocupación en Nicaragua, Haití y República Dominicana.
En esta temprana visita a la patria de Juárez, Mella precisa definitivamente cuál es el enemigo principal, y se planteará la vía de la unidad latinoamericana para derrotarlo. En una de las crónicas en que narra su viaje por tierra mexicana definirá: "Los pueblos hermanos que un loco tenaz descubriera, cachorros de un caduco león son hoy presas de un águila estrellada. ¿Por qué razón? ¿Por qué justicia? Por ninguna (...) Ver unidas a las repúblicas hispanoamericanas para verlas fuertes, dominadoras y servidoras de la libertad, diosa. He aquí mi ideal".
Regresa de inmediato a Cuba y obtiene el título de Bachiller en el Instituto de Segunda Enseñanza de Pinar del Río (1921). Ese mismo año matricula Derecho, Filosofía y Letras en la Universidad de La Habana.
Trayectoria revolucionaria
En la Universidad de La Habana se destacó como líder estudiantil y deportista, participando en la
firma de un manifiesto mediante el cual los estudiantes de Derecho se oponían
al nombramiento como Rector Honoris Causa de la Universidad al general
norteamericano Enoch Herbert Crowder.
Al interés propiamente académico por la renovación
universitaria se unía en Mella la preocupación política por la modernización de
la sociedad, en busca de la ampliación de la democracia y la participación de
los estudiantes en la vida nacional. Para lograr tal propósito se hacía
indispensable la unidad de todo el estudiantado, primero universitario, después
del país. Sobre la función social de la Universidad de La Habana las concretaba
así: “… no debe ni puede ser el más alto centro de cultura una simple fábrica
de títulos, no es una Universidad latina, una escuela de comercio a donde
se va a buscar tan sólo el medio de ganarse la vida; la Universidad Moderna
debe influir de manera directa en la vida social, debe señalar las rutas del
progreso, debe ocasionar por medio de la acción ese Progreso entre los
individuos, debe por medio de sus profesores arrancar los misterios de la
ciencia y exponerlos al conocimiento de los humanos”.
Sus primeros trabajos periodísticos aparecieron en la
revista universitaria Alma Mater (1922 – 1923), de la que fue administrador. En enero de 1923 es líder de la lucha
estudiantil por la reforma universitaria. Funda la Federación de Estudiantes
Universitarios (FEU). En octubre de 1923 organiza y dirige el Primer
Congreso Nacional de Estudiantes, y en
noviembre inaugura la Universidad Popular “José Martí”, con el propósito de
impartir instrucción política y académica a los trabajadores y de vincular la Universidad “con las
necesidades de los oprimidos”. También se implantó la Declaración de
Derechos y Deberes del estudiante, de su autoría, donde se establecía que su
deber era divulgar los conocimientos en la sociedad y especialmente entre los
obreros.
Fue director y
redactor de Juventud (1923 – 1925), fundador de la Liga Anticlerical (1924) y
de la sección cubana de la Liga Antiimperialista de Cuba junto a Carlos Baliño
y con la presencia combativa de Rubén Martínez Villena. La Liga, inspirada
por la Internacional Comunista, sería un instrumento fundamental para la
aplicación creativa de las ideas leninistas en los países coloniales y
dependientes. Julio Antonio llegaría a
convertirse en el máximo orientador de la organización en toda Latinoamérica.
En este mismo año ingresa en la Agrupación Comunista de La Habana y desde ella
despliega un trabajo muy activo entre el proletariado.
En 1924 publicó un folleto titulado "Cuba, un pueblo
que nunca ha sido libre", dividido en varias partes: El imperialismo
yanqui ha sido siempre enemigo de la independencia de Cuba, La soberanía de
Cuba ante el Derecho Político, la Enmienda Platt, y Otras manifestaciones del
dominio yanqui en Cuba.
En su trabajo "La única salida", opina: “Hay que hacer la Revolución de los
ciudadanos, de los pueblos contra el dólar. En todos, inclusive, o mejor, en
los Estados Unidos de Norteamérica”.
Más adelante señala... "La
hora es de lucha, de lucha ardorosa; quien no tome las armas y se lance al
combate pretextando pequeños desprecios, puede calificarse de traidor o
cobarde. Mañana se podrá discutir, hoy solo es honrado luchar”.
Funda el Instituto Politécnico "Ariel" junto con
Alfonso Bernal del Riesgo en 1925 y se
encuentra entre los primeros fundadores del primer partido marxista-leninista
cubano en unión de Carlos Baliño siendo el primer secretario de organización
que tiene del mismo.
En 1926 fue expulsado de la Universidad de la Habana por sus
acciones revolucionarias y de rebeldía, siendo además detenido por las
autoridades, en la cárcel se declara en huelga de hambre. El Comité
Pro-libertad de Mella inicia una campaña para liberarlo, la presión nacional e
internacional se hace sentir, y se le libera el 23 de diciembre del propio año,
se embarca entonces rumbo a Honduras.
Rubén le expuso a Mella sus puntos de vista con patrióticos
ardores cómo resolver los problemas planteados. Mella escuchó a Rubén con
interés y respeto y no le escondió su carencia de fe en los máximos dirigentes
de Veteranos y Patriotas, y sin ambages ni tapujos le dijo con su peculiar
ceceo: "Mira, Rubén, la única forma resolverlos de veras es
mediante la conquista de nuestras riquezas, independencia y soberanía, que hoy
detentan los banqueros de Wall Street y los políticos de Washington. El
pueblo cubano nunca ha sido libre. Ayer fuimos colonia del imperio español.
Ahora somos semicolonia del imperialismo yanqui. Es cierto cuanto denuncias y
necesario cuanto reclamas, pero la honestidad administrativa, el sufragio
efectivo, la verdadera democracia, la igualdad racial, la educación del pueblo,
el bienestar de los trabajadores, la justicia para todos, la soberanía
nacional, son mitos, puros mitos, en nuestra sociedad actual."
El 20 de mayo de
1925, el general Gerardo Machado asumió la presidencia de la república
neocolonial, ilegalizó el Partido Comunista y la Federación Estudiantil
Universitaria, y expulsó a Julio Antonio Mella de la Universidad encarcelándolo
sin pruebas, bajo la acusación de terrorista. Ante tal arbitrariedad,
Villena junto al periodista Muñiz Vergara, conocido por su seudónimo de Capitán
Nemo decide interceder por Mella ante el mismísimo presidente.
Muñiz Vergara había hablado primero. Se dirigió a Machado,
le presentó a Rubén, le habló de las virtudes de Mella, y le pidió que
autorizara su excarcelación bajo fianza. La respuesta del dictador no se hizo
esperar: “Mella será un buen hijo, pero
es un comunista... Es un comunista y me ha tirado un manifiesto, impreso en
tinta roja, en donde lo menos que me dice es asesino... ¡Y eso no lo puedo
permitir!”
Ya Rubén no pudo contenerse, preso de la ira y con tono
desafiante le espetó: “¡Usted llama a
Mella comunista como un insulto y usted no sabe lo que es ser comunista! ¡Usted
no debe hablar de lo que no sabe!”
Machado, “se replegó como un tigre que iba a saltar”, y con
esa furia le contestó: “Tiene usted
razón, joven... Yo no sé lo que es comunismo, ni anarquismo, ni socialismo...
Pero a mí no me ponen rabo, ni los estudiantes, ni los obreros, ni los
veteranos, ni los patriotas... ni Mella. ¡Y lo mato, lo mato!...”
A renglón seguido, los acompañantes de Machado lo rodearon y
arrastraron hacia el auto mientras Rubén, irritado, increpaba al dictador. De
inmediato, aún en el patio de Barraqué, le expresó Rubén a Muñiz Vergara: ¡Yo no lo había visto nunca; yo no lo conocía;
sólo había oído decir que era un bruto, un salvaje! ¡Y ahora veo que es verdad
todo lo que se dice! ¡Pobre América Latina, pobre América Española, capitán,
que está sometida a estos bárbaros! ¡Pero éste no es más que un bárbaro, un
animal, un salvaje... una bestia!...
Minutos después, al relatar el encuentro a Fernando Ortiz y
Pablo de la Torriente Brau en el bufete del primero, Martínez Villena calificaría genialmente al tirano: "Es un salvaje, un animal, una
bestia..., un asno con garras".
Con ese mote trascendió Machado a la posteridad.
En el exilio
Se exilia en México y se vincula al movimiento
revolucionario continental e internacional del que es nombrado secretario
general posición rectora desde la que establece contacto con los revolucionarios
y demócratas de toda la región e impulsa las actividades preparatorias para un
evento internacional. Colabora en los periódicos "Cuba Libre",
"El Libertador", "Tren Blindado", "El Machete" y
"Boletín del Torcedor" (este último de La Habana). Pronuncia conferencias,
pública críticas sobre el muralismo mexicano.
En febrero de 1927, Mella asiste al Congreso Mundial contra
la opresión colonial y el imperialismo, celebrado en Bruselas, en él contacta
con los revolucionarios y luchadores anticolonialistas de 37 países y 137
organizaciones progresistas del mundo, como anticipara en carta a Sarah
Pascual:
“la experiencia que se
adquirirá en este Congreso vale una vida”.
Bajo su conducción, los latinoamericanos hicieron en el
Congreso un importante aporte al pensamiento revolucionario de la época. Se
denuncian las dictaduras criminales que apuntalan los monopolios
norteamericanos y desenmascara la Unión Panamericana como instrumento de la
expansión estadounidense. Participa luego en la Liga Campesina Nacional de México.
Realizó además, una constante labor de apoyo material y solidaria a la causa
del pueblo nicaragüense que, comandado por Augusto César Sandino, resistía la
invasión yanqui. También apoyó las labores conspirativas de los revolucionarios
venezolanos que se preparaban para la lucha armada contra la dictadura
proimperialista en su país.
"La lucha contra
el imperialismo de todas las fuerzas y tendencias –afirmaba en su prédica
latinoamericanista–, es la lucha más importante en el momento actual (...), tenemos
el deber de plantear el problema ‘nacionalista’ para unos, el ‘social’ para
otros pero antimperialista para todos".
Viaja a Moscú, donde
participa en el Congreso de la Internacional Sindical Roja. Miembro del Comité
Central del Partido Comunista de México, lucha por la reforma agraria, por la
nacionalización del petróleo y en las huelgas de los mineros.
Funda varias organizaciones antiimperialistas, estudiantiles
y campesinas. Con Leonardo Fernández Sánchez y Alejandro Barreiro organiza la
Asociación de los Nuevos Emigrados Revolucionarios Cubanos, (ANERC) en 1927,
vehículo idóneo de realización en las condiciones de la lucha antimachadista.
Esta organización fue dotada por su creador de un programa que abrió una nueva
perspectiva para el desarrollo del pensamiento y la práctica revolucionaria en
Cuba y América Latina.
Entre los trabajos que dejó inéditos se encuentra
"Hacia dónde va Cuba". Utilizó los seudónimos Cuauhtémoc Zapata, Kim
(El Machete), y Lord Mac Pórtland.
Relación con Tina
En 1928 conoció a la fotógrafa y luchadora revolucionaria italiana Tina Modotti, que estaba vinculada afectivamente al pintor mexicano Xavier Guerrero; ambos participaron en el comité en apoyo a los anarquistas italianos Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti, así como en otras actividades como las del periódico comunista “El Machete” en el que escribía Julio. Entre ambos jóvenes surgió la atracción y la pasión amorosa. Pero ella puso como condición a Julio Antonio que necesitaba hablar con Xavier, quien se encontraba en la Unión Soviética y a quien escribió una desgarrada carta, en la que le planteaba sus sentimientos y la ruptura. Comenzó entonces la relación que unió a Tina y con Mella y que sólo duró 4 meses al ser él asesinado.
En una ocasión en que ambos se separaron Mella conmocionado por la
separación momentánea escribió a Tina desde Veracruz:
Mía cara Tiníssima: "Puede
ser que para ti fuera una imprudencia el telegrama, pues estas acostumbrada a
llenarte de asombro por todo lo que hay entre nosotros. Como si fuera el crimen
más grande el que cometemos al amarnos. Sin embargo, nada más justo, natural y
necesario para nuestras vidas… Creo que voy a perder la razón. He pensado con
demasiado dolor en estos días y hoy tengo todavía abiertas las heridas que me
ha producido esta separación, la más dolorosa de mi vida"
La noche del asesinato, andaba Mella caminando del brazo de
su compañera, Tina Modotti, cuando sus asesinos lo liquidaron a balazos. El
joven lo había vaticinado antes de salir de Cuba: “No le tengo ni un ápice de miedo a la muerte, lo único que siento es
que me van a asesinar por la espalda”.
Tina grita, pero no llora ante el cuerpo del caído sin
embargo llora después, cuando llega a su casa, al amanecer, y ve los zapatos de
Mella, vacíos, como esperándolo bajo la cama.
Una campaña de mentiras inundó la prensa mexicana: El
gobierno cubano de Gerardo Machado, no tiene nada que ver con su muerte,
afirmaban los diarios mexicanos de derecha, Mella ha sido víctima de un crimen
pasional; Tina Modotti, es una mujer de dudosa decencia, que reaccionó con
frialdad ante el trágico episodio y posteriormente, en sus declaraciones
policiales, incurrió en contradicciones sospechosas. Por consiguiente Tina fue
expulsada de México, acusada incluso de conspiraciones contra políticos
mexicanos, principalmente la de complicidad en el intento de asesinato de
Pascual Ortiz Rubio, presidente de México, por lo que se le deportó a Alemania.
Asesinato
Apenas iba a cumplir
26 años cuando murió asesinado el 10 de enero de 1929 en México, mientras
caminaba junto a Tina Modotti, presumiblemente por órdenes del dictador de
turno en la entonces neocolonia cubana Gerardo Machado. Se encontraba en aquella época en plena preparación de la expedición
que lo llevaría desde México hacia Cuba para incorporarse a la lucha armada.
Sus últimas palabras fueron: “Machado me
mandó a matar… Muero por la Revolución… Tina me muero”.
Sus cenizas fueron trasladadas a Cuba el 29 de septiembre de 1933.
Tina Modotti, su compañera inseparable de los últimos meses
dijo refiriéndose a Mella: “En la persona
de Mella asesinaron no sólo al enemigo del dictador cubano, sino al enemigo de
todas las dictaduras. Machado, una caricatura de Benito Mussolini, ha cometido
un nuevo crimen, pero hay muertos que hacen temblar a sus asesinos y cuya
muerte representa, para aquellos, el mismo peligro como su vida de combatientes
[…] esta noche, un mes después del cobarde asesinato, honramos la memoria de
Mella prometiendo seguir su camino hasta lograr la victoria de todos los
explotados de la tierra. De esta manera lo recordamos como él lo hubiera
preferido: no llorando, sino luchando”.♦