junio 27, 2023

Círculo de Lectura # 171 – Julio de 2023

 Círculo de Lectura # 171  –  Julio de 2023

Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en la clausura de la Conferencia Internacional Por el Equilibrio del Mundo, en homenaje al 150 aniversario del natalicio de nuestro Héroe Nacional José Martí, el 29 de enero del 2003

 

Versiones Taquigráficas – Consejo de Estado

 Distinguidos participantes en el Encuentro Internacional por el Equilibrio del Mundo como homenaje al Aniversario 150 del natalicio de José Martí;

 Estimados invitados;

 Compatriotas:

 ¿Qué significa Martí para los cubanos?

 En un documento denominado El Presidio Político en Cuba, Martí cuando apenas tenía 18 años, después de sufrir cruel prisión a los 16 con grilletes de hierro atados a sus pies, afirmó: "Dios existe, sin embargo, en la idea del bien, que vela el nacimiento de cada ser, y deja en el alma que se encarna en él una lágrima pura. El bien es Dios. La lágrima es la fuente de sentimiento eterno."

 Para nosotros los cubanos, Martí es la idea del bien que él describió.

 Los que reanudamos el 26 de julio de 1953 la lucha por la independencia, iniciada el 10 de octubre de 1868 precisamente cuando se cumplían cien años del nacimiento de Martí, de él habíamos recibido, por encima de todo, los principios éticos sin los cuales no puede siquiera concebirse una revolución. De él recibimos igualmente su inspirador patriotismo y un concepto tan alto del honor y de la dignidad humana como nadie en el mundo podría habernos enseñado.

 Fue un hombre verdaderamente extraordinario y excepcional. Hijo de militar, nacido en un hogar de padre y madre españoles, deriva en profeta y forjador de la independencia de la tierra que lo vio nacer; intelectual y poeta, siendo un adolescente al iniciarse la primera gran contienda, fue capaz más tarde de conquistar el corazón, el respeto, la adhesión y el acatamiento de viejos y experimentados jefes militares que se llenaron de gloria en aquella guerra.

 Amante fervoroso de la paz, la unión y armonía entre los hombres, no vaciló en organizar e iniciar la guerra justa y necesaria contra el coloniaje, la esclavitud y la injusticia. Su sangre fue la primera en derramarse y su vida la primera en ofrendarse como símbolo imborrable de altruismo y desprendimiento personal. Olvidado y aún desconocido durante muchos años por gran parte del pueblo por cuya independencia luchó, de sus cenizas, como Ave Fénix, emanaron sus inmortales ideas para que casi medio siglo después de su muerte un pueblo entero se enfrascara en colosal lucha, que significó el enfrentamiento al adversario más poderoso que un país grande o pequeño hubiese conocido jamás.

 Hoy, al cumplirse hace unas horas 150 años de su nacimiento, cientos de brillantes pensadores e intelectuales de todo el mundo le rinden emocionados el homenaje del profundo reconocimiento que merecen su vida y su obra.

 Más allá de Cuba, ¿qué recibió de él el mundo? Un ejemplo excepcional de creador y humanista digno de recordarse a lo largo de los siglos.

 ¿Por quiénes y por qué? Por los mismos que hoy luchan y los que mañana lucharán por los mismos sueños y esperanzas de salvar al mundo, y porque quiso el azar que hoy la humanidad perciba sobre ella y tome conciencia de los riesgos que él previó y advirtió con su visión profunda y su genial talento.

 El día en que cayó, el 19 de mayo de 1895, Martí se inmolaba por el derecho a la vida de todos los habitantes del planeta.

 En la ya famosa carta inconclusa a su amigo entrañable Manuel Mercado, que Martí interrumpe para marchar sin que nadie pudiera impedirlo a un inesperado combate, reveló para la historia su más íntimo pensamiento, que no por conocido y repetido dejaré de consignar una vez más: "Ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país y por mi deber, [...] de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso."

 Semanas antes, al suscribir en Santo Domingo el Manifiesto de Montecristi junto al ejemplar patriota latinoamericano Máximo Gómez, de origen dominicano y escogido por Martí como jefe militar de las fuerzas cubanas, próximo a partir hacia Cuba, entre otras muchas y brillantes ideas revolucionarias, Martí escribió algo tan admirable que, aun a riesgo de aburrir, también necesito repetir: "La guerra de independencia de Cuba [...] es suceso de gran alcance humano, y servicio oportuno que el heroísmo juicioso de las Antillas presta a la firmeza y trato justo de las naciones americanas, y al equilibrio aún vacilante del mundo."

 Cuán precozmente escribió esta última frase, que se ha convertido en el tema principal de este encuentro. Nada hay hoy más necesario y vital que ese distante y al parecer utópico equilibrio.

 Ciento seis años, cuatro meses y dos días después de la carta de José Martí a Manuel Mercado, y ciento seis años, cinco meses y veintiseis días después del Manifiesto de Montecristi firmado por Martí y Gómez, el Presidente de Estados Unidos, en discurso pronunciado el 20 de septiembre del 2001, ante el Congreso de esa nación, pronunció las siguientes frases:

 "Vamos a utilizar cualquier arma de guerra que sea necesaria."

 "El país no debe esperar una sola batalla, sino una campaña prolongada, una campaña sin paralelo en nuestra historia."

 "Cualquier nación, en cualquier lugar, tiene ahora que tomar una decisión: o está con nosotros o está con el terrorismo."

 "Les he pedido a las Fuerzas Armadas que estén en alerta, y hay una razón para ello: se acerca la hora de que entremos en acción, y ustedes nos van a hacer sentir orgullosos."

 "Esta es una lucha de la civilización."

 "Los logros de nuestros tiempos y la esperanza de todos los tiempos dependen de nosotros."

 "No sabemos cuál va a ser el derrotero de este conflicto, pero sí cuál va a ser el desenlace. [...] Y sabemos que Dios no es neutral."

 En discurso pronunciado el primero de junio del 2002, al cumplirse el 200 aniversario de la Academia Militar de West Point, el Presidente de Estados Unidos, entre otras cosas, declaró:

 "En el mundo en el que hemos entrado, la única vía para la seguridad es la vía de la acción. Y esta nación actuará.

 "Nuestra seguridad requerirá que transformemos a la fuerza militar que ustedes dirigirán en una fuerza militar que debe estar lista para atacar inmediatamente en cualquier oscuro rincón del mundo, [...] que estemos listos para el ataque preventivo cuando sea necesario defender nuestra libertad y defender nuestras vidas.

 "Debemos descubrir células terroristas en 60 o más países.

 [...]

 "Enviaremos diplomáticos a donde sean necesarios, y los enviaremos a ustedes, a nuestros soldados, donde ustedes sean necesarios.

 [...]

 "Estamos ante un conflicto entre el bien y el mal. [...] No creamos un problema sino que revelamos un problema. Y dirigiremos al mundo en la lucha contra el problema."

 Me pregunto qué ideas habrían atravesado, a la velocidad de la luz, la genial inteligencia de un hombre como Martí, para herirlo en lo más profundo de su infinito corazón, si hubiese escuchado estas palabras en un mundo donde hoy habitan más de 6.400 millones de seres humanos que, por una razón o por otra, tanto los superricos como los superpobres, ven amenazadas sus esperanzas de sobrevivir.

 Aquellas palabras no las pronunciaba un loco desde un oscuro rincón de un manicomio. Están avaladas por decenas de miles de armas nucleares, millones de bombas y proyectiles destructores, decenas de miles de misiles teleguiados y precisos, miles de bombarderos y aviones de combate, con pilotos y sin pilotos; decenas de escuadras y destacamentos navales con portaaviones y submarinos de propulsión nuclear o convencional, bases militares con permiso o sin permiso en todos los rincones del mundo; satélites militares que espían cada kilómetro cuadrado del planeta, sistemas de comunicación seguros e instantáneos, capacidad de aplastar los de cualquier otro país y posibilidad de interceptar simultáneamente miles de millones de conversaciones; arsenales fabulosos de armas químicas y biológicas y presupuestos de gastos militares que se aproximan a 400 mil millones de dólares, con los cuales podrían enfrentarse y resolver muchos de los principales problemas del mundo. Las amenazas mencionadas han sido pronunciadas por quien dispone y puede ordenar el empleo de esos medios. ¿Pretexto? El brutal ataque terrorista del 11 de septiembre que costó la vida a miles de norteamericanos. El mundo entero se solidarizó con el pueblo norteamericano e indignado condenó el ataque. Con el apoyo unánime de la opinión mundial, pudo enfrentarse al flagelo del terrorismo desde todos los ángulos y todas las corrientes políticas y religiosas.

 La batalla, como planteó Cuba, debía ser fundamentalmente política y ética, en interés y con el apoyo de todos los pueblos del mundo. Nadie podía concebir la idea de enfrentar absurdas, desacreditadas e impopulares concepciones terroristas que afectan a personas inocentes, aplicadas por individuos, grupos, organizaciones, e incluso algún estado o gobierno, utilizando para combatirlas un brutal terrorismo de estado universal y proclamando como derecho de una superpotencia el posible exterminio de naciones enteras, con empleo incluso de armas nucleares y otras de destrucción masiva.

 En este instante, en que se conmemora el 150 aniversario del natalicio de José Martí, el hombre que quizás por vez primera en la historia planteó el concepto del equilibrio mundial, una guerra está por comenzar como consecuencia del más colosal desequilibrio en el terreno militar que jamás existió sobre la Tierra. Vencía ayer el plazo en virtud del cual la más poderosa potencia del mundo proclamó su derecho unilateral a lanzar su arsenal de las más sofisticadas armas contra otro país con o sin la autorización del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, institución ya de por sí cuestionada por constituir el veto, prerrogativa exclusiva de cinco países que son miembros permanentes, y la negación total del más elemental principio democrático al resto de casi 200 Estados representados en la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas.

 El privilegio del veto ha sido usado precisamente por el gobierno que hoy proclama su derecho a pasar por encima de ese Consejo. Muy poco usado por el resto de los cinco, los cambios radicales en la correlación de fuerzas militares entre sus miembros, que se ha producido en los últimos 12 años, hacen casi imposible que tal prerrogativa sea usada contra los deseos de quien no solo es poderoso por su abrumadora potencia bélica, sino también económica, política y tecnológica.

 La inmensa mayoría de la opinión mundial se opone a esa guerra anunciada. Pero lo más importante es que según encuestas recientes, hasta el 65% del pueblo norteamericano se oponía a ese ataque sin la aprobación del Consejo de Seguridad. No constituye esto, sin embargo, un obstáculo insuperable: enviadas las tropas y listas para la acción, necesitadas de ser probadas las armas más sofisticadas, es sumamente improbable que tal guerra no se desate, si las autoridades del país amenazado de exterminio no acceden a todas las demandas de los que los amenazan.

 Nadie puede saber o adivinar lo que puede ocurrir en cualquier guerra o situación semejante. Lo único que es posible afirmar es que la amenaza de una guerra en Iraq ha estado gravitando considerablemente sobre la economía mundial, hoy afectada por una grave y profunda crisis que, unida al golpe fascista contra el gobierno bolivariano de Venezuela, uno de los mayores exportadores de petróleo, ha elevado los precios de este vital producto a niveles insoportables para la inmensa mayoría del resto de los países, especialmente los más pobres, aun antes de que haya sonado un disparo en Iraq.

 Es ya opinión generalizada que el propósito de la guerra en Iraq es tomar posesión de la tercera reserva mundial de petróleo y gas, lo que preocupa extraordinariamente a casi todos los demás países desarrollados, como los de Europa, que importa el 80% de la energía, a la inversa de Estados Unidos, que apenas importa por el momento entre el 20 y 25% de su consumo.

 Ayer 28 de enero a las nueve de la noche, el Presidente de Estados Unidos declaró ante el Congreso:

 "Estados Unidos le pedirá al Consejo de Seguridad de la ONU que se reúna el 5 de febrero para considerar los hechos sobre los desafíos de Iraq al mundo.

 [...]

 "Vamos a consultar, pero que no haya malos entendidos. Si Saddam Hussein no se desarma plenamente, por la seguridad de nuestro pueblo y por la paz del mundo encabezaremos una coalición para desarmarlo.

 [...]

 "Y si nos obligan a ir a la guerra, vamos a luchar con el pleno poderío de nuestras Fuerzas Armadas."

 No se menciona una sola palabra sobre la aprobación previa del Consejo de Seguridad.

 Si nos apartamos de las terribles consecuencias de una guerra en aquella región, que la única superpotencia podría imponer a su arbitrio, el desequilibrio en el terreno económico que hoy padece el mundo es de igual modo una enorme tragedia.

 Crecen y se profundizan las diferencias relacionadas con los países ricos y pobres, entre ellos y dentro de ellos, es decir, crece el abismo en la distribución de la riqueza, el peor azote de nuestra era, con su secuela de pobreza, hambre, ignorancia, enfermedades, dolor y sufrimiento insoportables para los seres humanos.

 ¿Por qué no nos atrevemos a decir que no puede haber democracia, libre opción ni libertad real en medio de espantosas desigualdades, ignorancia, analfabetismo total o funcional, ausencia de conocimientos y una falta asombrosa de cultura política, económica, científica y artística a las que solo pueden acceder exiguas minorías, incluso dentro de los países desarrollados, inundado el mundo por un millón de millones de dólares de publicidad comercial y consumista, que envenena a las masas con ansias de sueños y deseos inaccesibles, que conduce al despilfarro, la enajenación, y la destrucción implacable de las condiciones naturales de la vida humana? En apenas un siglo y medio agotaremos los recursos energéticos y sus reservas probadas y probables que la naturaleza tardó 300 millones de años en crear, sin que apenas se vislumbre un sustituto viable.

 ¿Qué conocen las masas de los complejos problemas económicos del mundo de hoy? ¿Quién les enseñó lo que es el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la OMC, y otras instituciones similares? ¿Quién les explicó las crisis económicas, sus causas y consecuencias? ¿Quién les dijo que ya el capitalismo, la libre empresa y la libre competencia apenas existen, y que 500 grandes empresas transnacionales controlan el 80% de la producción y el comercio mundiales? ¿Quién les enseñó de bolsa de valores, de especulación creciente con los productos de los cuales dependen los países del Tercer Mundo y con la compraventa de monedas que ascienden hoy a millones de millones de dólares cada día? ¿Quién les instruyó de que las monedas del Tercer Mundo son papeles que constantemente se devalúan y sus reservas de dinero real o casi real escapan inexorablemente hacia los países más ricos, como la ley física de Newton, y las terribles consecuencias materiales y sociales de esta realidad? ¿O por qué debemos millones de millones de dólares impagables e incobrables, mientras decenas de millones de personas, incluidos niños de cero a cinco años, mueren de hambre y enfermedades curables cada año? ¿Cuántos son los que conocen que ya la soberanía de los estados apenas existe, en virtud de Tratados en cuya elaboración no tenemos participación alguna los países del Tercer Mundo, y por los que somos en cambio cada vez más explotados y sometidos? ¿Cuántos los que están conscientes de que nuestras culturas nacionales están siendo cada vez más destruidas?

 Sería interminable seguir preguntando. Basta una adicional para los que viven de la hipocresía y la mentira acerca de los más sagrados derechos de los seres humanos, de los pueblos y de la propia humanidad en su conjunto: ¿Por qué no se levanta un monumento vivo a la hermosa y profunda verdad contenida en el apotegma martiano "Ser culto es el único modo de ser libre"?

 Lo afirmo en nombre de un pueblo que bajo riguroso bloqueo e implacable guerra económica, a la que se añadió la pérdida casi total de mercado, comercio y suministro exterior al desintegrarse el campo socialista y la URSS, ha resistido inconmovible más de cuatro décadas y hoy constituye uno de los más unidos, socialmente desarrollados, poseedores de conocimientos básicos, cultura política y artística entre todos los pueblos del mundo.

 Si en algo hemos sabido honrar al héroe, cuyo fecundo natalicio conmemoramos hoy, es haber demostrado que un país pequeño y pobre, aun cometiendo muchos inevitables errores de aprendizaje, puede hacer mucho con muy poco.

 El mayor monumento de los cubanos a su memoria es haber sabido construir y defender esta trinchera, para que nadie pudiera caer con una fuerza más sobre los pueblos de América y del mundo.

 De él aprendimos el infinito valor y la fuerza de las ideas.

 El orden económico impuesto a la humanidad por el poderoso vecino del norte es insostenible e insoportable. De nada servirán para impedir el curso de la historia las más sofisticadas armas.

 Los que durante siglos han suministrado o suministran plusvalía y mano de obra barata son hoy miles de millones. No pueden ser exterminados como moscas. Van tomando cada vez más conciencia de las injusticias de que son víctimas a través del hambre, los sufrimientos y humillaciones que como seres humanos sufren, más que a través de las escuelas y la educación que les niegan y por encima de las mentiras desgastadas con las que el monopolio, el uso y el abuso de los medios masivos de comunicación tratan de mantenerlos en eterna e imposible sumisión. Han aprendido lecciones elocuentes bastante recientes como las de Irán, Indonesia, Ecuador y Argentina. Sin disparar un solo tiro y aun sin armas, las masas pueden barrer gobiernos.

 Cada vez son menos los soldados nacionales dispuestos a disparar y ahogar en sangre a sus propios compatriotas. El mundo no puede ser gobernado con un soldado extranjero portando fusil, casco y bayoneta en cada fábrica, en cada escuela, en cada parque, en cada comunidad grande o pequeña.

 Un número creciente de intelectuales, trabajadores instruidos, profesionales y miembros de las capas medias de los países desarrollados se suman a la lucha por salvar a la humanidad de guerras implacables contra los pueblos y contra la naturaleza.

 A lo largo de la historia ha quedado demostrado que de las grandes crisis han salido las grandes soluciones, y en ellas y de ellas han surgido los líderes.

 Nadie crea que los individuos hacen la historia. Los factores subjetivos influyen, aceleran con sus aciertos o retrasan con sus insuficiencias y errores los procesos históricos, pero no determinan el resultado final. Ni siquiera un hombre tan genial como Martí ―podría decirse igualmente de Bolívar, Sucre, Juárez, Lincoln y otros muchos hombres admirables como ellos― habría sido conocido por la historia de haber nacido, por ejemplo, treinta años antes o después.

 En el caso de Cuba, de haber nacido nuestro Héroe Nacional en 1823 y cumplido 30 años en 1853, en medio de una sociedad esclavista y anexionista dueña de plantaciones y enormes masas de esclavos, y sin existir todavía el poderoso sentimiento nacional y patriótico forjado por los gloriosos precursores que iniciaron en 1868 nuestra primera guerra de independencia, no habría sido posible entonces el inmenso papel que desempeñó en la historia de nuestra Patria.

 Por ello creo firmemente que la gran batalla se librará en el campo de las ideas y no en el de las armas, aunque sin renunciar a su empleo en casos como el de nuestro país u otro en similares circunstancias si se nos impone una guerra, porque cada fuerza, cada arma, cada estrategia y cada táctica tiene su antítesis surgida de la inteligencia y la conciencia inagotables de los que luchan por una causa justa.

 En el propio pueblo norteamericano, al que nunca hemos visto como enemigo ni hemos culpado de las amenazas y agresiones que durante más de 40 años hemos sufrido, podemos percibir, a partir de sus raíces éticas, un amigo y un aliado potencial de las causas justas de la humanidad. Lo vimos ya cuando la guerra de Viet Nam. Lo vimos en algo que nos tocó tan cerca como el secuestro del niño Elián González. Lo vimos en su apoyo a la lucha de Martin Luther King. Lo vimos en Seattle y en Quebec, junto a canadienses, latinoamericanos y europeos contra la globalización neoliberal. Lo empezamos a ver ya en su oposición a una guerra innecesaria, sin contar al menos con la aprobación del Consejo de Seguridad. Lo veremos mañana junto a los demás pueblos del mundo defendiendo el único camino que puede preservar la especie humana de las propias locuras de los seres humanos.

 Si algo me atrevo a sugerir a los ilustres visitantes aquí reunidos sería lo que veo que ya están haciendo. No obstante, a riesgo de cansarlos me permito repetir y reiterar: frente a las armas sofisticadas y destructoras con que quieren amedrentarnos y someternos a un orden económico y social mundial injusto, irracional e insostenible: ¡sembrar ideas!, ¡sembrar ideas! ¡y sembrar ideas!; ¡sembrar conciencia!, ¡sembrar conciencia! ¡y sembrar conciencia!

 Muchas gracias.

junio 13, 2023

Cine por el Ché en el CRUB

 Cine por el Ché en el CRUB 

Video Debate en homenaje a Ché Guevara en el CRUB

Al cumplirse el 95 aniversario del natalicio de Ernesto Ché Guevara, el Grupo Bariloche de Solidaridad con Cuba invita a la proyección del documental:

 “ Che Guevara, donde nunca jamás se lo imaginan ”

Esta obra presenta, a través de imágenes completamente inéditas, las diversas facetas que hicieron del Che una figura capaz de trascender su propia muerte para seguir representando ante el mundo entero el símbolo de las transformaciones revolucionarias.                                                                        Duración: 54 minutos.

Las y los esperamos este jueves 15 de junio a las 18:30 hs. en aula mayor del Centro Regional Universitario Bariloche, calle Quintral s/n del Jardín Botánico, con posterior debate.

 La entrada es libre y gratuita. 

Invitan el Grupo Bariloche de Solidaridad con Cuba y la Universidad Nacional del Comahue.


junio 06, 2023

Cine Cubano en el Sindicato de Trabajadores Judiciales

Cine Cubano en el Sindicato de Trabajadores Judiciales

COMUNICADO DE PRENSA

En el marco del ciclo de Cine Cubano y Videos Debate, y en conmemoración

del 95 aniversario del natalicio de Ernesto Ché Guevara, el Grupo Bariloche de

Solidaridad con Cuba invita a la proyección del documental:

“Che Guevara en todas partes”

Realizado por el director cubano Carlos Javier Rodríguez fue filmado en

Rosario, Alta Gracia, Buenos Aires, La Habana y Santa Clara. Hace un breve

recorrido de la vida del Che, exhibiendo fotos poco conocidas. También se

incluyen entrevistas exclusivas con el cubano Alberto Castellanos, ex jefe de la

escolta del comandante Guevara, y Loyola Guzmán, encargada de los

contactos para la guerrilla boliviana. Duración: 52 minutos.

Las y los esperamos este jueves 08 de junio a las 20 hs. en el Sindicato de

Trabajadores Judiciales, en calle Albarracín 1135 (casi esquina Ruiz Moreno).

Con entrada libre y gratuita.

Invita el Grupo Bariloche de Solidaridad con Cuba.

junio 04, 2023

Síntesis y conclusiones del Círculo de Lectura Nº 170

 Síntesis y conclusiones del Círculo de Lectura Nº 170

“Discurso pronunciado por Miguel Díaz-Canel en la Sesión Constitutiva de la X Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular”

Se trata del discurso pronunciado por Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, en la Sesión Constitutiva de la X Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en el Palacio de Convenciones, el 19 de abril de 2023, “Año 65 de la Revolución”, donde él expresa su felicitación para las compañeras y los compañeros designados para ocupar la dirección de la Asamblea Nacional del Poder Popular en Cuba.

Este hecho democrático ocurre el mismo día en el que se conmemoran 62 años del triunfo de Cuba ante la invasión mercenaria por parte del imperialismo en las arenas de Playa Girón.

También se cumplen éste año los doscientos años desde que los Estados Unidos definieran “la teoría de la fruta madura” que decía que Cuba caería en manos de la Unión Norteamericana como una fruta madura al caer del árbol.

Y también doscientos años desde que se promulgó la “Doctrina Monroe” que sostiene que América será de los norteamericanos.

Cuba, está hoy bloqueada más que nunca con el recrudecimiento impuesto por el gobierno de Donald Trump en plena pandemia.

Ésta décima Legislatura deberá tener como meta primordial estar en permanente contacto con el pueblo y en la sinergia que generan los esfuerzos individuales y colectivos, desde los barrios y sus municipios, con las provincias y la nación.

Es preciso dar respuesta a todos los planteamientos hechos por el pueblo.

Pero también debemos superar los obstáculos que se generan debido al burocratismo y la corrupción.

Durante los últimos años, Cuba ha tenido que enfrentar duros desafíos frente la pandemia, el siniestro del Hotel Saratoga, el voraz incendio de los depósitos petroleros en la provincia de Matanzas, y el huracán Ian.

Todo esto fue superado contando con la proeza del pueblo cubano, capaz de resistir los más duros vendavales.

Hoy, frente a la incertidumbre por la inestabilidad económica mundial, se plantea la necesidad de buscar los medios para aumentar la producción de alimentos, buscar el incremento de los ingresos en divisas, entre otros, como principal objetivo en la batalla económica.

Hemos transcurrido últimamente por tres procesos electorales, donde el enemigo presagiaba un alto porcentaje de abstencionismo.

Pero la realidad ha demostrado un alto índice de participación electoral con un 75,8%, dando una vez más una muestra de patriotismo y de conciencia política por parte de nuestro pueblo, y en elecciones transparentes.

Miguel Díaz-Canel hace una muy especial dedicación a los jóvenes cubanos, que son quienes tienen la mayor responsabilidad en la participación y el sostenimiento de la Revolución, a pesar que ellos también sufren las consecuencias del bloqueo.

Pero la fuerza de la juventud hace que se logren superar los obstáculos, como también ocurrió durante el período especial que se inició en la década de los noventa.

Hoy, hay sectores juveniles que protagonizan la emigración.

Debemos buscar de convencerlos que sí les será posible realizarse en su patria, y que siempre los esperaremos a su regreso.

Finaliza diciendo que ¡La unidad y la victoria son la esperanza, la unidad y la victoria son el presente y el futuro de la patria y el socialismo!

Durante el posterior debate se manifestó un reconocimiento al contenido político de este discurso de Miguel Díaz-Canel, y se valoró el reconocimiento hacia el pueblo cubano que ha demostrado su compromiso y la activa participación en las luchas que han tenido que enfrentar ante diversos factores adversos ocurridos, como el siniestro en el Hotel Saratoga, los súper tanqueros de Matanzas, el huracán Ian, la pandemia por la Covid-19 con la creación genuina de cinco candidatos vacunales de producción cubana.

Todo esto gestado con la invalorable ayuda solidaria del pueblo de Cuba, más allá también de la solidaridad internacional que también estuvo presente.

El ejemplo del amplio debate poblacional que se dio oportunamente alrededor de la Ley del Código de Las Familias y luego el referéndum para su aprobación, deja en claro la participación de la mayoría de la población.

Esa es la característica propia del sistema socialista y participativo.

Un sistema que está en la permanente búsqueda de la más justa distribución de los ingresos y la igualdad de los beneficios sociales como son la cultura, el trabajo, la educación, la salud y la seguridad.

También se destacó, que además de ser justo, es muy curioso el hecho de que los diputados recién electos no cobran dinero por ejercer sus cargos.

Este hecho hace que sus funciones de cargo político no sean corruptibles por prebendas, y su único objetivo es defender los intereses de la mayoría de la población.

Se mencionó la importancia de su autocrítica con respecto a la lucha contra la burocratización, las ineficiencias y los casos de corrupción.

Díaz-Canel hace en su discurso una muy especial mención a la juventud cubana a la que reconoce y valora cómo su fuerza y espíritu sostienen a la Revolución.

Finalmente hemos tratado el tema de las nuevas tecnologías vinculadas al internet y sus redes sociales, que dañan mucho a las conciencias de los jóvenes y les reduce sus niveles de conciencia política.

Un tema preocupante por parte del gobierno ya en los últimos años, pero que está en permanente lucha por superarlo.

Por último hemos acordado abordar para el próximo Círculo de Lectura, del sábado 1° de julio, el discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en la clausura de la Conferencia Internacional “Por el Equilibrio del Mundo”, en homenaje al 150 aniversario del natalicio del Héroe Nacional José Martí, el 29 de enero del 2003.

Grupo Bariloche de Solidaridad con Cuba, 03 de junio de 2023.

junio 01, 2023

Círculo de Lectura # 170 – Junio de 2023

 Círculo de Lectura # 170  –  Junio de 2023

“Discurso pronunciado por Miguel Díaz-Canel en la  Sesión Constitutiva de la X Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular”

 Miguel Díaz-Canel Bermúdez  19 de Abril de 2023

Tomado de: Presidencia del Gobierno de Cuba

 Discurso pronunciado por Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, en la  Sesión Constitutiva de la X Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en el Palacio de Convenciones, el 19 de abril de 2023, “Año 65 de la Revolución”.

 (Versiones Taquigráficas - Presidencia de la República)

 Querido General de Ejército Raúl Castro Ruz, líder de la Revolución Cubana;

 Queridos compañeros de la Generación Histórica que nos acompañan;

 Nuevos miembros del Consejo de Estado;

 Miembros del Consejo de Ministros;

 Invitadas e invitados;

 Diputadas y diputados:

 Nuestras primeras palabras son para extender la felicitación a las compañeras y compañeros hoy elegidos o designados, respectivamente, para ocupar la dirección de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el Consejo de Estado y el Consejo de Ministros.

 ¡Felicidades a todos en el Día de la Victoria! El 19 de abril de 1961, en las arenas de Playa Girón, Cuba ganó el derecho a celebrar este día, al propinarle su primera gran derrota al imperialismo en América (Aplausos y exclamaciones de: “¡Viva Fidel!”).

 Se trata del triunfo de lo justo sobre lo injusto, del pequeño David frente al gigante Goliat, de una Revolución socialista frente a las narices de un imperio, tal como la definió Fidel en 23 y 12, en la despedida de duelo por las víctimas del bombardeo a los aeropuertos de Ciudad Libertad, Santiago de Cuba y San Antonio de los Baños, en el preludio de la invasión.

 Es tan épica esa victoria que 62 años después los derrotados no han podido perdonarnos.  Y es gracias a esa victoria que hoy instalamos, por décima vez, la Asamblea del Pueblo (Aplausos).

 Las 470 personas que recién juramos como diputadas y diputados no ganamos el curul por tener más dinero o el respaldo de partidos electorales, cuyo único fin es colocar en el lugar donde se deciden las leyes del país a un defensor de los intereses de determinados grupos de poder.

 Cada uno de nosotros está sentado aquí para defender los intereses de la mayoría y no vamos a cobrar más ni vamos a recibir prebendas por ejercer como diputada o diputado, como sí ocurre en tantos países que presumen de modelos democráticos multipartidistas.

 Cuba defiende el Partido único, garantía de la unidad desde que José Martí fundó el Partido Revolucionario Cubano, porque está en la raíz de nuestra historia y porque no se disgregan ni se confrontan las fuerzas de una pequeña nación que hace 200 años fue oficialmente declarada como apéndice para anexar al poderoso vecino, cuando ya se gestaba un voraz imperio.

 En unos días, el 28 de abril, se cumplirán dos siglos de que el entonces secretario de Estado y más tarde presidente de la Unión, John Quincy Adams, dejara definida para Cuba su teoría de la “fruta madura”: “...hay leyes de gravitación política como las hay de gravitación física, y así como una fruta separada de su árbol por la fuerza del viento no puede, aunque quiera, dejar de caer en el suelo, así Cuba una vez separada de España y rota la conexión artificial que la liga con ella, es incapaz de sostenerse por sí sola, tiene que gravitar necesariamente hacia la Unión Norteamericana, y hacia ella exclusivamente, mientras que a la Unión misma, en virtud de la propia ley, le será imposible dejar de admitirla en su seno”.

 Desde aquel anuncio de abril hasta la promulgación de la Doctrina Monroe, en diciembre de 1823, transcurrieron meses.  Pero desde entonces hasta los días que corren, durante 200 años, la política del vecino poderoso ha sido una sola, aunque se alternen dos partidos en el poder.  Para Cuba, al menos, es muy difícil distinguirlos, mientras, por ejemplo, prácticamente todas las medidas aplicadas por el republicano Donald Trump para reforzar el bloqueo las mantenga su adversario político el demócrata Joe Biden.

 “Remember Girón”, advertían nuestros padres ante cada nueva amenaza de invasión que hubo después de 1961. La consigna permanece viva en el imaginario popular, porque la actitud mercenaria también lo está.  Sin Nicaragua y sin Somoza, ahora los invasores entrenan en los Everglades (Estado de Florida) y amenazan desde sus cuevas en las redes sociales.

 El poderoso vecino sigue siendo generoso con los “prestados” para destruir a la Revolución y cada año destina decenas de millones de dólares a quienes se ofrecen para subvertir el orden interno en Cuba, ya sea de modo presencial o vía Internet.

 Ni un solo día en estos años, hemos dejado de sentir los golpes de esa guerra no declarada contra la economía y la sociedad; contra la vida cotidiana y los sueños de progresos de toda una nación.

 Así como recordamos Girón, recordaremos siempre la crueldad del bloqueo reforzado en condiciones de pandemia; la infame inclusión de Cuba en una lista de supuestos patrocinadores del terrorismo para sitiar todas las vías financieras; el oxígeno que se negaron a darnos, mientras estimulaban rebeliones callejeras, de algún modo nos lo negaban ya al cerrar cada posibilidad de comercio o financiamiento.

 De todas esas batallas va saliendo vencedor el pueblo y no tengo ninguna duda de que, como en Girón, ¡seguiremos venciendo!  Cuba mantiene intacta su línea de principios y su disposición al diálogo, pero sin presiones ni condicionamientos.

 Pero, tanto va el cántaro a la fuente hasta que se rompe.  Un día, más temprano que tarde, tendrá que cesar la política de la hegemonía; el multilateralismo ocupará su espacio y Cuba podrá probar hasta dónde puede llegar una nación de gente noble, creativa y talentosa unida en torno a objetivos claros, si se le libera de presiones y bloqueos.

 Ahora concentrémonos en lo que nos toca y podemos hacer, incluso atados de pies y manos. Para pensar y trabajar juntos, pasando por encima de esas condiciones que no podemos cambiar, se funda esta X Legislatura.

 Todos nosotros tendremos ahora menos tiempo para nuestras familias y profesiones, menos horas de descanso. Solo nos esperan mayores responsabilidades y un elevado deber: servir al pueblo de Cuba, conectados siempre con sus demandas y necesidades.

 Me detengo aquí para puntualizar lo que considero que deberá distinguir a la nueva legislatura: el contacto permanente con los barrios, con las comunidades, con los que nos eligieron, conscientes de que no podemos hacer milagros, pero sí podemos transformar la desafiante realidad de Cuba hoy si logramos crear la sinergia indispensable entre los esfuerzos individuales y colectivos; entre los barrios y los municipios; entre los municipios y la provincia, entre las provincias y la nación.

 Compatriotas:

 Desde los primeros tiempos del Poder Popular, la consigna fue elegir a los mejores.  Pero elegir buenos entre buenos, siempre será un ejercicio difícil e incompleto.

 Es por eso que invitamos a una representación de personas de extraordinarios valores, como ustedes, pero que no estuvieron en las candidaturas por una razón obvia: hay muchos más buenos cubanos que escaños en el Parlamento (Aplausos).

 Aquí están invitados rescatistas del hotel Saratoga y de la Base de Supertanqueros (Aplausos); creadores de vacunas y medicamentos que nos salvaron de la COVID-19 (Aplausos); innovadores e investigadores que han participado en la creación de ventiladores pulmonares, en la creación de prótesis de cadera, piezas para plantas eléctricas (Aplausos); estudiantes y profesores que pasaron sus vacaciones trabajando en Zona Roja y en la reconstrucción de escuelas y casas arrasadas por el huracán Ian (Aplausos). Está Alexis Leiva Machado, Kcho, con su mítica Brigada Martha Machado, que levantó una escuela nueva y varias casas en el lugar más devastado, por donde entró el ciclón y que continúa trabajando en esa comunidad en varios proyectos (Aplausos); juristas que nos acercaron a la comprensión del Código de las Familias (Aplausos); líderes de proyectos comunitarios, delegados de base que desarrollan un buen papel, como “Paquito de Cuba” (Aplausos), entre otros muchos que podían estar y que no caben en este recinto (Aplausos).  ¡Por eso, en esta Asamblea está el pueblo de Cuba! (Aplausos prolongados.)

 Difícilmente olvidaremos aquellos días inciertos en que apenas dormimos y al despertar la primera mirada iba directo a las cifras de la COVID-19.

 Estoy bastante seguro de que ninguna simulación de Inteligencia Artificial podría resumir la proeza del pueblo cubano en los últimos años. La resistencia creativa de la gente de este país, su resiliencia, supera los límites de cualquier simulación o predicción. No hay algoritmo capaz de reflejar todo lo que vivimos. Eso solo puede ser sentido (Aplausos).

 ¡Cuba es un sentimiento, y es una fuerza capaz de enfrentar y vencer los peores vendavales!

 La economía mundial, incierta e inestable en todas las latitudes, plantea el primer y mayor desafío para el nuevo Consejo de Ministros, que debe contar con el acompañamiento fundamental de todos para enfrentar obstáculos y resolver ineficiencias.

 En lo inmediato, la dirección principal debe centrarse en la producción de alimentos, el aprovechamiento de las capacidades productivas ociosas, el incremento de los ingresos en divisas, las transformaciones que requiere la empresa estatal socialista, la eficiencia del proceso inversionista, la complementariedad de los actores económicos y la participación de la inversión extranjera.  Todo ello en función de incrementar la oferta de bienes y servicios y controlar la inflación, lo que se constituye en la principal prioridad de trabajo en la batalla económica.  Hay que asumir ese gigantesco desafío sin desalientos.

 Con el recrudecimiento del bloqueo, la crisis mundial y nuestras incapacidades la situación económica y social del país se ha complejizado mucho, y los sueños, planes y proyectos a los que nunca renunciaremos se ralentizan. A veces parece que nunca serán posibles.  Pero si repasamos la dinámica de los últimos cinco años, comprobaremos que, bajo las peores circunstancias y las más criminales presiones, nos convertimos en uno de los pocos países que se salvó a sí mismo de la pandemia con sus propios esfuerzos y talento.

 Cuando me preguntan de dónde saco el optimismo para enfrentar tantos problemas, yo pienso en esas proezas.  En eso y en cientos de soluciones y propuestas de soluciones que encuentro cada vez que veo a personas que invierten inteligencia y energías en el afán de encontrar soluciones a los problemas de su entorno, en lugar de llenarse de lamentos y acusaciones.

 Respeto profundamente el derecho de cada cual a expresar sus quejas, pero no puedo dejar de contrastar actitudes: la de los que critican del modo más efectivo, luchando, haciendo, mostrando o creando soluciones, y la de aquellos que solo ven los errores y las culpas de otros.

 Diputadas y diputados:

 En los últimos seis meses se han realizado en el país tres procesos de votación popular, todos en un contexto de aguda crisis y bajo el ataque de una campaña mediática orientada a imponer las matrices de un Estado fallido debido a un gobierno incapaz y a diseminar el odio.

 El verdadero enemigo de la nación cubana apuesta al estallido para apoderarse del país y devolverlo a la era neocolonial que ya sufrimos y conocemos, ese enemigo vio en cada una de las votaciones recientes: el Referendo del Código de las Familias, las elecciones para delegados y luego para diputados, un momento clave para el ataque a la legitimidad del Gobierno y cifró sus esperanzas en la posibilidad de un alto abstencionismo.

 La prueba más fehaciente de que esa era la idea fueron los titulares del día siguiente. Todos, prácticamente sin excepción, hablaban de abstencionismo histórico, aunque tanto el nivel de participación como el voto válido y el voto unido, estaban por encima de la media de otros modelos de democracia en el mundo.

 Los que vaticinaban una alta abstención, conscientes de que el viejo diseño de Lester Mallory de emplear la guerra económica a fondo para generar dificultades que induzcan a la apatía política, volvieron a quedarse con las ganas.

 Ese 75,8 % de participación no hubiera sido posible sin la confianza del pueblo en la Revolución. Y esa confianza se expresa en participación. Fue una muestra de civismo, pero también de patriotismo y, sobre todo, de conciencia política. ¡Ahora esa confianza no la podemos defraudar! Nos tiene que comprometer más a todos. Nos obliga a trabajar por todo el país, en representación de toda Cuba.

 Si trabajamos sistemáticamente en cada uno de los municipios o distritos, si acompañamos a las autoridades locales sin suplantar funciones, si seguimos escuchando a la gente y llevamos a instancias superiores problemas que sobrepasan las posibilidades de los territorios, estoy seguro de que lograremos avances cotidianos en la solución de estos asuntos.

 La transparencia de nuestro proceso electoral han tratado de negarla también, pero no tienen ni una sola prueba que pueda poner en duda su limpieza.

 Desde las propuestas de los precandidatos en los plenos de las organizaciones sociales y estudiantiles comienza a expresarse la transparencia, que prosigue con el análisis y aprobación de las candidaturas en las asambleas municipales.

Se demostró que cuando se interactúa constantemente con las bases populares, de las cuales todos somos parte y a las cuales nos debemos, podemos ayudar a resolver los problemas antes de que se hagan más graves e irritantes.

 ¿Cuántas dificultades y deficiencias acumuladas no se resolvieron en los días de intercambio con los electores? Por eso insisto en que debemos mantener y perfeccionar ese sistema de trabajo y que sea una prioridad de la nueva Legislatura.

 Hay que dar respuesta a todos los planteamientos hechos por el pueblo en los encuentros de las semanas previas al 26 de marzo y a los que se originarán después.

 El avance del país en medio de las profundas dificultades que generan los obstáculos externos a nuestra economía, pero también el burocratismo, la indiferencia o la corrupción –inaceptable por principio–, depende en mucho de que cada diputada y diputado asuma con entrega y compromiso, el histórico desafío que nos hemos planteado: ¡vencer al bloqueo sin esperar que lo levanten! (Aplausos.)

 Compatriotas:

 Me complace mucho ver cuánto se ha rejuvenecido nuestro Parlamento, cuando una de las mayores preocupaciones de los últimos meses y años es el envejecimiento poblacional y la alta emigración que involucra a los segmentos más jóvenes de nuestra sociedad.

 Quiero dar gracias a los jóvenes cubanos por la inspiración y el estímulo, pero también por la consagración y el ejemplo, que fueron decisivos para hacer posible todo lo que hemos logrado, lo que hemos avanzado en medio del vendaval de muchas crisis: la que nos inducen cuando nos bloquean; la que nos llega porque sí, porque vivimos dentro de un mundo en crisis, y la que generamos nosotros mismos con nuestras insuficiencias.

 Los jóvenes cubanos están entre los que hacen este país, los que sostienen esta Revolución y el sueño de lo que hacemos y haremos en el futuro.  Como todo el pueblo cubano, sufren las necesidades económicas y sus terribles consecuencias.  Pero son jóvenes también los que saltan por encima del bloqueo, de las carencias, los que hacen su día a día, con ideas de futuro, dispuestos a hacer de Cuba un país mejor, desde dentro o desde afuera.

 La idea de que siempre será posible levantar un país mejor jamás puede abandonarse, menos en los tiempos difíciles o bajo el influjo de los mensajes desalentadores. Los cubanos hemos aprendido a no darnos por vencidos, porque no vemos en la dificultad un obstáculo, sino un desafío. Y lo enfrentamos. Ese temple es una característica de nuestra idiosincrasia.

 Como expresé hace un año  hablando con jóvenes, en mis años de dirigente de la Unión de Jóvenes Comunistas, en una ocasión Fidel nos advirtió que en una Revolución asediada y bloqueada como la nuestra algunos compañeros se cansan, se burocratizan, pierden el entusiasmo de los primeros tiempos y que nosotros teníamos que hacer el papel de resorte, de estimuladores, revolucionando la Revolución.

 Fue en los noventa, años muy duros, con los precios disparados al infinito para lo poco que se podía comprar; con apagones mucho más largos que los actuales, aunque con pocas colas en las gasolineras porque casi nunca había combustible para servir.

 Nos preparamos entonces para la Opción Cero, pero jamás renunciamos a construir un país mejor.  Como el heroico pueblo vietnamita que, en medio de una guerra terrible, se planteaba levantar un Vietnam diez veces más hermoso.

 “Son los sueños todavía, los que tiran de la gente, /como un imán que los une cada día”, cantaba por aquellos años Gerardo Alfonso en un verso que define bellamente el afán colectivo de levantar un país mejor. Por eso puedo afirmar que lo podemos hacer mejor hoy y que mañana los jóvenes lo harán mejor aún, ¡porque quien nació de esos sueños no permitirá que sea de otra manera! (Aplausos.)

 Son los jóvenes los mejores revolucionarios porque reconocen las dificultades diarias y se enfrentan a ellas y tratan de cambiarlas, y lo logran muchas veces.  Porque a pesar de la adversidad siguen sonriendo, amando y creyendo en la posibilidad de un país mejor, a pesar de que algunos los conviden a no participar, a destruir, a odiar.

 Entienden que para que un mundo mejor sea posible hay que aceptar las diferencias del otro, ser inclusivos, abolir las discriminaciones de cualquier clase y comprender que la equidad es un valor de realización que merece cultivarse en cualquier sociedad.

 Lo demostraron defendiendo el Código de las Familias como algo propio y apoyando todas las batallas justas contra la exclusión y el acoso, porque son feministas, ambientalistas y antirracistas. Y renovaron la pasión por el béisbol nacional cuando se armó el Team Asere, del Clásico, sin dejar de seguir a sus equipos de fútbol y siguen bailando y disfrutando la mejor música cubana.

 A cada uno de nosotros, por nuestra parte, nos toca estimular que ese espíritu juvenil se exprese y que demuestren lo que pueden dar y lo que pueden aportar, evitando las manifestaciones que muchas veces afectan esas potencialidades y están relacionadas con la falta de atención, la vanidad, los celos, los prejuicios y, lo que es peor, esquemas mentales vencidos por el tiempo.

 Hay que convencer, pero sobre todo probarles a nuestros jóvenes que sí les será posible realizarse en su patria. Que propongan ideas, proyectos y prueben en la práctica su eficacia en función de un país mejor.

 Las medidas que se aprueben no pueden morir  por demoras injustificadas en su aplicación. La vida de cada persona no es eterna y el tiempo y las necesidades de todos taladran el espíritu de la nación. Cada vez que una solución aparezca, debemos colocarle delante la dinámica de lo urgente.

 Por otro lado, no podemos ser parte de la politización de la emigración cubana, con la que trafica el enemigo. Debemos defender una relación con los emigrados cubanos que les deje claro que admiramos sus triunfos y que su patria los respeta, los mira orgullosa y los espera de regreso, aspirando simplemente a que respeten y defiendan el suelo que los vio nacer y los formó con amor (Aplausos).

 No estoy hablando, por supuesto, de los que le han vendido el alma al diablo, lucrando con el dolor del pueblo cubano en patéticos shows macartistas. Hablo de esos que, viviendo en cualquier lugar del mundo, conservan el amor hacia su país de origen y los deseos de que progrese, a pesar de las montañas de obstáculos que les representa relacionarse con Cuba por diversidad de razones y sinrazones.

 Los que aquí estamos resistiendo y construyendo contamos con esos cubanos que no se avergüenzan de sus orígenes para ayudar a sostener la nación.

 El socialismo es lo más cercano que hay a la juventud, porque no es una obra acabada, se va haciendo todos los días y la energía y la ambición natural de los jóvenes son fundamentales en esa obra.

 Pero ¿por qué la Revolución?  ¿Por qué el socialismo?  A veces lo vemos como el fin, la meta.  La Revolución es el medio, es la vía de conquistar para todos el mayor grado de justicia social posible y también de felicidad.

 Eso no es posible lograrlo en otros sistemas, donde el bienestar se asocia a la opulencia, donde unos tienen muy poco o no tienen prácticamente nada porque otros se apropian de la mayor parte de la riqueza creada por los que menos tienen.

 El proyecto de país que nos hemos propuesto pretende encontrar una mejor sinergia, diferente a la de otros modelos, que conduzca a mayores niveles de equidad y de realización, tanto a nivel individual como colectivo, que tenga el sello de los valores que compartimos como sociedad y que además incorpore sostenibilidad y prosperidad. En un contexto tan adverso como en el que nos ha tocado vivir, tal idea puede sonar muy ambiciosa.

 Pero siempre es arduo cuando se emprende algo novedoso, más cuando se trata de construir un paradigma diferente de sociedad. Escasean los referentes para comparar, o los que sirven se ajustan en algún sentido, pero en otros carecen de compatibilidad por cuestiones culturales o axiológicas (relativo a la naturaleza de los valores). Que sea difícil, no nos puede conducir a pensar que es renunciable.  De imposibles está llena nuestra historia. Es una tradición superar retos; mientras más y mayores sean, más ímpetu y ansiedad por superarlos. ¡Tenemos que saber que podemos y que debemos lograrlo! (Aplausos.)

 No fue un milagro lo que nos trajo hasta este momento de la historia. Fue una Revolución que comenzó en 1868, peleando casi sin armas contra el imperio más poderoso de su época, por obtener independencia, soberanía y el fin de la esclavitud.

 Fue la pelea de un hombre menudo, enfermo y pobre, pero iluminado de ideas universales humanistas, para unir a todas las generaciones que no habían logrado cumplir aquellos sueños.

 Fueron otros hombres y mujeres que sufrieron la frustración de aquellos anhelos y le dieron continuidad al combate, entonces contra la nueva dependencia y otro gran imperio.

 Y fue una generación heredera de todas las que le antecedieron que resumió el legado en un afán libertario que conquistó por fin la independencia y la soberanía con las armas. Y en posesión definitiva de esas conquistas, se propuso y logró levantar una nación libre, respetada y admirada en el resto del mundo por su dignidad, su voz propia, su solidaridad con todas las causas justas y la educación y el talento de sus hijos.

 Es, en síntesis, un pueblo heroico que jamás se cansó de luchar y de cuyo heroísmo brotaron líderes que casi dos siglos después lo siguen inspirando.  Herederos de todos y enlace entre todas las generaciones emergen Martí y Fidel como símbolos de esa extraordinaria riqueza nacional.

 A Raúl, líder de la Revolución Cubana, continuador de las tradiciones de lucha y guía de quienes asumimos las más altas responsabilidades en el país, ¡gracias por el apoyo y la confianza que no defraudaremos jamás! (Aplausos.)

 ¡A Cuba, al pueblo cubano, nuestro reconocimiento por su valor, por su dignidad, por su fidelidad como principal protagonista de otro abril de victorias! (Aplausos.)

 Querido pueblo al que me enorgullece pertenecer, recibe el respeto, admiración y el inmenso cariño de quien se siente deudor siempre. Hoy ratifico que te serviré con pasión, compromiso, sin desgano, hasta las últimas consecuencias (Aplausos).

 Compañeras y compañeros, ustedes lo han dicho: ¡La unidad y la victoria son la esperanza, la unidad y la victoria son el presente y el futuro de la patria y el socialismo!

 ¡Patria o Muerte!

 ¡Venceremos!

 (Ovación.)