Conclusiones del taller de lectura Nº 17

La historia me absolverá

por Fidel Castro

Tercer parte

El célebre discurso de Fidel ante el Tribunal de Urgencia se presenta en el nuevo milenio como el alegato revolucionario más importante del siglo XX denominado “La Historia me Absolverá”, no solo es cubano, sino latinoamericano y mundial. Este documento de enorme trascendencia jurídica y política es el programa y el acta de nacimiento de la Revolución, que triunfa en 1959 y que en 1961 proclamó su carácter socialista.

En esta tercer y última parte del texto, Fidel continúa denunciando los crímenes de la dictadura, que asesinó a prisioneros indefensos, aun después del combate. Menciona la similitud de estas acciones con las mismas llevadas a cabo por Valeriano Weiler durante la guerra por la independencia a finales del siglo XIX. Cuando Cuba sea libre, sólo la felicidad del pueblo será el precio con el que se pagará por las vidas de los jóvenes combatientes que murieron durante los enfrentamientos. …cuando se muere en brazos de la patria agradecida, la muerte acaba, la prisión se rompe; ¡Empieza, al fin, con el morir, la vida!
Demuestra Fidel que el derecho esta de parte de los combatientes de la Juventud del Centenario, y que las sanciones impuestas para ellos no tienen ustificación ante la razón, la sociedad y la verdadera justicia. Desarrollará la defensa con una lógica sencilla, que es la lógica del pueblo.
En forma de relato, Fidel describe cómo se produjo el cuartelazo de Batista el 10 de marzo de 1952, con la usurpación del poder en Cuba, y cómo un humilde ciudadano de aquel pueblo (que era él) presentó al tribunal competente un escrito denunciando esos delitos y pidiendo para Fulgencio Batista y sus diecisiete cómplices la sanción de 108 años de cárcel como ordenaba el Código de Defensa Social vigente. Finalmente, cuando el pueblo luchó para conquistar la ley y la libertad, el tirano lo torturó, lo asesinó y lo encarceló.
Les dice a los señores magistrados durante el juicio, que como no han podido castigar al culpable, castigan al inocente pidiendo por él veintiséis años de cárcel. Sostienen los batistianos que el hecho de haber dado el golpe de estado, crea el derecho de gobernar a su pueblo. El régimen de Batista ha significado un retroceso de veinte años para Cuba, quien vive entregado a los intereses de la oligarquía, debido a su mentalidad y por la carencia total de ideología y de principios, sin el respaldo del pueblo.
Denuncia Fidel, cómo se produjeron actos vandálicos por parte del régimen después del cuartelazo del 10 de marzo, con atentados, secuestros y muertes a personas e instituciones en permanentes actos represivos, por lo que nunca han aparecido los responsables.
Frente a ese despotismo, la resistencia es legítima, como lo dice la Constitución de 1940. El derecho a la insurrección siempre tiene vigencia en una sociedad democrática, y el hecho de que la tiranía haya impuesto un Estatuto por encima de las Leyes Constitucionales, es un acto jurídicamente nulo y una decisión absurda. Mediante ese Estatuto, se nombran unos a otros ministros, generales y un presidente, con una cláusula que dice que dicho Estatuto además puede ser reformado en cualquier momento, con un quórum de las dos terceras partes del Consejo de Ministros, violando de esta manera totalmente la soberanía del pueblo. Todo esto además fue aceptado por un Tribunal de Garantías Constitucionales, cuyo fallo es irracional, inconcebible y contrario a la lógica y a las leyes de la República, con lo cual se suicidó jurídicamente ¡Que en paz descanse!
A partir de ese momento entra plenamente en vigencia el artículo 40 de la Constitución de 1940, que habla del derecho a la resistencia del pueblo, para resistir precisamente a la opresión y a la injusticia. Y ahora, a quienes hemos resistido se nos manda a la cárcel.
Aquí demuestra Fidel, cómo el derecho de rebelión contra el despotismo ha sido históricamente reconocido, mencionando numerosos ejemplos, justificando con estos datos, el derecho de los pueblos a la insurrección por medio de la revolución.
Con todo esto, dice Fidel, creo haber justificado suficientemente mi punto de vista, con más razones que esgrimió el señor fiscal para que me condene con veintiséis años de cárcel. Somos cubanos, lo cual implica un deber, que al no cumplirlo es un crimen y es traición. Primero se hundirá la isla en el mar, antes que consintamos en ser esclavos de nadie.
Parecía que el Apóstol iba a morir en el año de su centenario, pero vive, no ha muerto ¡Cuba, que sería de ti si hubieras dejado morir a tu Apóstol!
No pido mi libertad como hacen siempre los letrados, enviadme junto a mis compañeros en la Isla de Pinos, sufriendo ignominiosa prisión.
Condenadme, no importa, la historia me absolverá.

Este texto es un elemento de análisis, basado en el derecho de resistencia que tienen los pueblos, frente a la opresión. Pone totalmente en falta al Tribunal de Garantías Constitucionales y Sociales, que fue instituido por la Constitución de 1940 precisamente para su defensa, y que en este caso falló a favor de los Estatutos de los golpistas, convalidando de esta manera todo su accionar.


Grupo Bariloche de Solidaridad con Cuba, 4 de Septiembre de 2010