Síntesis
y conclusiones del Taller de Lectura Nº 125
“CHEgasé
de Fabián Bazán”
Este
texto forma parte del libro "Chegasé" escrito por Fabián Bazán, donde
investiga la relación de Ernesto Guevara con su ciudad natal, Rosario, y su
visibilización a partir del desembarco de los expedicionarios del yate Granma
en el oriente cubano comandados por Fidel Castro, para dar inicio a la lucha
armada en la Sierra Maestra. Hasta el año 1956 Ernesto Guevara era un hombre muy poco
conocido, hasta que el diario rosarino “La Capital”, vocero de su clase media, publica una nota tomada de la agencia United
Press, en la que da cuenta de la suerte corrida por un grupo de cubanos
rebeldes, entre los que se contaba el rosarino Ernesto Che Guevara, que después
del desembarco habían sido sorprendidos por miembros del ejército del entonces
actual presidente (de facto) de Cuba, Fulgencio Batista. A partir de aquí
Fabián Bazán describe cómo la prensa burguesa de Rosario y en especial el
diario “La Capital” interpreta y aborda el caso de la Revolución cubana junto a
uno de sus principales protagonistas, el Che. Si bien una información
periodística nunca está totalmente despojada de la subjetividad de quien la
escribe, tampoco estará libre de la influencia ideológica de su empleador, siguiendo
la línea editorial que se le impone. Lo más lógico sería tener una ideología y
defenderla, y lo más honesto sería blanquearla para que todos sepan desde donde
se informa. El caso es que a la Revolución cubana a un comienzo se le dio una
interpretación desde una posición defensiva, pero que luego fue derivando en
posturas más críticas, en la medida en que su desarrollo fue comprometiendo los
intereses de la oligarquía argentina. Tal es así que hasta se la comparó con
nuestra mal llamada “Revolución Libertadora de 1955” ya que se entendió que del
mismo modo en que sus protagonistas desplazaron a quien llamaban el dictador
Juan Domingo Perón, Fidel y la Revolución cubana habían derrocado a Fulgencio
Batista en Cuba. Uno de los principales actores del golpe de Estado Argentino
de 1955, Isaac Rojas, llegó a manifestar que: “…me adhiero y siento de todo corazón el júbilo de la ciudadanía cubana
y argentina por la caída del dictador… es un triunfo que llenará de alegría, no
sólo a los argentinos, sino a toda América y a todo el mundo libre”. Fabián
Bazán transcribe también un intercambio epistolar entre Ernesto Sábato y el
Che, donde el primero le comenta que la Revolución cubana fue saludada con
alborozo por la oligarquía argentina en pleno, porque veía en ella la
continuación o el equivalente de la Revolución Libertadora de 1955 contra el peronismo,
donde él vio a modestas sirvientas llorando, y que como consecuencia inevitable
del hecho anterior la inmensa mayoría del pueblo trabajador argentino tomó
posición en contra de Cuba. A lo que el Che le respondió que lo nuestro no podía
ser una Revolución Libertadora porque no éramos parte de un ejército
plutocrático, y porque nuestra bandera de combate no era una vaca sino, en todo
caso, un alambre de cerca latifundaria destrozado por un tractor, como es hoy
la insignia de nuestra INRA (Instituto Nacional de la Reforma Agraria). No
podíamos ser “Libertadora” porque nuestras sirvientas lloraron de alegría el
día en que Batista se fue de La Habana. Más adelante el autor también señala la
cobertura que le hiciera la prensa rosarina a la participación del Che en la
Conferencia Económica Interamericana que se desarrolló en agosto de 1961 en la
ciudad de Punta del Este, Uruguay, y donde se trató la “Alianza para el Progreso”,
que fue un plan propuesto por el presidente norteamericano John Fitzgerald Kennedy
para el continente, con la finalidad de “ayudar” a aquellos países que no
estuvieran dispuestos a seguir el “mal ejemplo” del pueblo cubano.
Luego
de haber realizado la lectura sobre texto de Fabián Bazán, de su libro "
CHEgase", del capítulo De "honra de nuestra estirpe" a
"revolucionario profesional", derivamos inmediatamente en la
problemática que se presenta ante la manipulación "maliciosa" de la
información. Coincidimos que esta falta de información o desinformación, sea
por irreal o falsa o por omisión, produce efectos sumamente contrarios al
conocimiento y razonamiento de la realidad, muchas veces generando un estado
más de desorientación que de entendimiento. Probablemente cuando éste
estado de confusión deja de ser
individual para trasladarse al grueso de una población determinada, se habrá
conseguido el efecto deseado.
En
éste caso concreto de la lectura en cuestión, es sorprendente las comparaciones
entre ambas revoluciones: la cubana contra Batista y la argentina
("libertadora") contra Perón. Tratar de igualar como tiranos a
Batista y a Perón; y de libertadores a Rojas y a Fidel Castro nos parece hoy
una comparación que va de la ironía a lo absurdo, y por momentos raya con la
falta de respeto y la mala educación. Pero, sin embargo, en aquel momento logró
instalar en la masa obrera de nuestro país, dolida profundamente por el
derrocamiento (y proscripción) de Juan D. Perón, aquel que por primera vez los
había igualado con el resto y que sus derechos y oportunidades también tenían
que ser iguales para todos, que la Revolución de Castro y el Che llegaba para
quitarle a los cubanos lo mismo que Rojas les había quitado a ellos.
Hicimos
mención también a qué rápido fue el cambio de mirada de la clase media y alta
("habitues" de la prensa burguesa a decir de Bazán), lectora de estos
diarios, sobre la revolución en Cuba, ni bien comienza a insinuarse su carácter
socialista. Y se nos plantea la duda si por el otro lado (el de la población de
la masa obrera) se produce con la misma rapidez la aceptación y el apoyo con la
gesta de "nuestro" Che en tierras cubanas.
Hay
un aporte importante de un compañero del taller, quien trabajó en la redacción
del diario Clarín, que nos contó cómo se manipula la información tanto en su
contenido, como en el momento de su salida, como los distintos títulos que se
eligen para que tenga variadas formas de llegar al lector. También qué foto se
elige para esa nota, donde se la ubica, etc, etc ,etc.
Habiendo
leído, junto al texto citado, la síntesis dejada por Máximo sobre este trabajo,
todos coincidimos con sus conceptos sobre
los párrafos que destaca. Nos pareció muy jugoso el intercambio
epistolar entre el Che Guevara y Ernesto Sábato, sin desperdicio alguno tanto
de los puntos planteados por el escritor como de cada respuesta con el que el
Che le contesta.
Si
bien el texto fue un poco más extenso que los que habitualmente abordamos, nos
pareció sumamente interesante haberlo traído al taller ya que podíamos
tratar el tema de la Revolución Cubana
analizando la óptica con que se lo recibió en aquel momento en nuestro país.
Por último se acordó abordar
para el próximo Taller de Lectura: “Cuba. La lealtad a la verdad”, un
texto donde Julio César Guanche entrevista a Roberto Fernández Retamar, poeta,
crítico y ensayista cubano.
Grupo Bariloche de
Solidaridad con Cuba, 07 de septiembre de 2019
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