diciembre 10, 2010

Conclusiones del taller de lectura Nº 20

“Discurso a los estudiantes de medicina y trabajadores de la salud”
  Che Guevara

Al triunfo de la Revolución cubana en enero de 1959, frente a la emigración del 80% de los médicos cubanos, instigados por el gobierno de los Estados Unidos, el Che se reúne el 20 de agosto de 1960 con jóvenes estudiantes de medicina para hablarles de la ética, la solidaridad, y cómo alcanzar la justicia social en la nueva Cuba.
Cuenta el Che que cuando él estudiaba medicina, soñaba con ser un investigador famoso al servicio de la humanidad, como una aspiración personal. Sin embargo al viajar y conocer América Latina (salvo Haití y República Dominicana), pudo conocer la miseria de sus pueblos, convenciéndose que lo mejor que podía hacer era ayudar a esa gente, pero desde su esfuerzo personal. Estando en Guatemala, al producirse la agresión imperialista, el Che se dio cuenta que para ser un médico revolucionario, o para ser revolucionario, primero hay que tener la revolución. Pero de nada sirve el esfuerzo solitario y aislado. Se debe poder contar, como en Cuba, con un pueblo unido y movilizado para lograr compaginar los esfuerzos individuales con las necesidades de la sociedad. Aquí el Che plantea el concepto del “hombre nuevo” que se está formando en Cuba con fuertes características de solidaridad. Habla de la medicina social, que son las tareas relacionadas a las reformas urbanas y agrarias, donde se reparten los bienes entre los trabajadores. La medicina debe convertirse un día en una ciencia que sirva para prevenir las enfermedades, orientando la capacidad creadora de todos los profesionales hacia la medicina social. Los cambios sociales requieren profundos cambios en la contextura mental de las gentes. El individualismo debe ponerse al servicio absoluto de la colectividad. El trabajador médico tiene su nuevo trabajo dentro de la masa, la colectividad, para averiguar cuáles son sus padecimientos y sus enfermedades, conociendo su psiquis y asumiendo mucha responsabilidad en el trato social. No hay nada que eduque más a un hombre honrado, que vivir dentro de una Revolución. Vale millones de veces más la vida de un solo ser humano que todas las propiedades del hombre más rico de la tierra. El más precioso tesoro es la gratitud de un pueblo. No se debe practicar la caridad, sino la solidaridad, aprendiendo de la gran fuente de sabiduría que es el pueblo. El médico también debe ser agricultor para poder generar nuevos alimentos, debe ser político y pedagogo, no para ir a brindar nuestra sabiduría, sino que vamos a aprender de la gran fuente de sabiduría que es el pueblo para construir una nueva Cuba. Junto a la caída de Batista no solo cayó el dictador, sino que también cayó un sistema, y sobre sus ruinas debemos construir un nuevo sistema que haga la felicidad absoluta del pueblo. Si tenemos un enemigo común que es el gobierno monopolista de los Estados Unidos, entonces entre nosotros no debe haber divisiones y nuestra meta también debe ser común, que es la felicidad y la liberación económica y absoluta de Cuba. Para ello debemos ir conociéndonos cada vez más y mejor. Hoy el médico en esa función de miliciano y revolucionario, debe ser siempre un médico que es una de las tareas más bellas que hay, así también los enfermeros y laboratoristas. A pesar del siempre latente peligro de la guerra y que debemos estar preparados para repeler la agresión desde el exterior, no tenemos que olvidar nuestra principal tarea que es el trabajo creador. Si los trabajadores de la salud, conociendo las metas y conociendo al enemigo, utilizamos nuestra capacidades como una nueva arma de solidaridad, sólo debemos recordar la frase de José Martí que: “La mejor manera de decir es hacer” para marchar todos juntos hacia el futuro de Cuba.

En el transcurso del debate se mencionó la virtud humana de los médicos cubanos, que tratan al enfermo como si fuera un amigo, interpretando fundamentalmente su psiquis.
Se profundizó acerca de la diferencia entre la caridad y la solidaridad, introduciendo el concepto que no debemos dar lo que nos sobra, sino que debemos compartir lo que tenemos.
También de debatió el concepto de lo que el Che mencionó como la sacrosanta propiedad privada, entendiendo que debemos aprender a pensar en el bien común.
Todo esto en el marco de la comprensión de la formación conciente del hombre nuevo.

Grupo Bariloche de Solidaridad con Cuba, 4 de Diciembre de 2010

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