Círculo de Lectura # 185 - Septiembre de 2024
“Generalidades
de los Ciclones Tropicales"
Tomado del Instituto de Meteorología de la
República de Cuba
http://www.insmet.cu/asp/qenes¡s.asp?TB0=PLANTILLAS&TB1=OPTION&TB2=/c
onten¡dos/ciclones%20trop¡cales/general¡dades/general¡dades.htm
Los ciclones
tropicales, su clasificación y las zonas del mundo donde se originan
Un ciclón
tropical es un término genérico que se emplea para designar a los sistemas de
baja presión que se forman en los océanos, en un ambiente homogéneo y
generalmente en la zona tropical. El ciclón tropical está acompañado de una
amplia área de nublados, con lluvias, chubascos y tormentas eléctricas y tiene
asociada una circulación superficial de los vientos en sentido contrario al de
las manecillas del reloj en el hemisferio norte, siendo en el mismo sentido que
éste en el hemisferio sur.
Los ciclones
tropicales se forman sobre las aguas cálidas de la zona tropical o subtropical
a partir de perturbaciones pre-existentes, las que consisten en áreas de
inestabilidad, como son las ondas tropicales. Pueden también formarse en la
zona de inestabilidad del extremo sur de un frente frío y, a veces, a partir de
zonas de baja presión de núcleo frío (« bajas frías ») en la atmósfera
superior.
Hay varias
condiciones que posibilitan que un ciclón tropical se forme y se desarrolle
hasta convertirse en huracán. Hay al menos tres condiciones que son
completamente necesarias:
1.
Una perturbación pre-existente:
área extensa de nubosidad con lluvias, chubascos y tormentas eléctricas.
2.
Temperatura cálida de las aguas
del océano: 26,6 °C o superior, hasta una profundidad de al menos 45 metros.
3.
Vientos en la atmósfera superior:
que sean débiles y no cambien mucho de dirección y velocidad a través de la
altura de la atmósfera (bajo cizallamiento)
Mediante el
contacto con las aguas cálidas del océano, la perturbación preexistente recibe
el calor y la energía. Comienza a formarse una zona donde la presión
atmosférica es algo inferior a la de los alrededores. Cerca de la superficie
del océano, los vientos empiezan a girar como un torbellino con centro en la
zona de baja presión de la perturbación. Durante estas primeras etapas, el
sistema meteorológico se compone de un agrupamiento relativamente poco
organizado de chubascos y tormentas eléctricas. Las aguas cálidas del océano
agregan más humedad y calor al aire que sube, y a medida que la humedad se
condensa formando los chubascos y lluvias, se genera más calor, lo cual
suministra energía adicional al sistema. La configuración de la atmósfera
superior debe garantizar que el aire que penetra por los niveles superficiales
salga al exterior del sistema por los niveles superiores. Así que si los
vientos en altura son débiles y varían poco en dirección, la energía puede
seguir concentrándose, el sistema puede fortalecerse y transformarse en una
depresión tropical. Llegado este punto, el sistema comienza a adquirir el
familiar aspecto en espiral, debido al flujo de los vientos y a la rotación
terrestre.
Si las
condiciones oceánicas y de la atmósfera superior continúan siendo favorables,
el ciclón sigue fortaleciéndose hasta convertirse en una tormenta tropical, las
bandas de chubascos y tormentas añaden más calor y humedad y el ciclón pasa
relativamente en poco tiempo al estadío de huracán. Es en este momento cuando
suele formarse el llamado ojo del huracán, debido a que el aire baja rápidamente
por el centro, secando y calentando esa zona, en la cual no hay nubes y el
viento está en calma.
El ciclo de vida
de un huracán puede durar más de dos semanas sobre las aguas del océano y en
ese período puede recorrer una larga trayectoria.
De la misma
manera en que varios factores contribuyen a la formación de un huracán, existen
otros que promueven su debilitamiento y disipación. El huracán puede
debilitarse o disiparse sobre el mar debido a la existencia de fuertes vientos
superiores o gran diferencia en dirección y velocidad entre los vientos a
diferentes niveles, desde la superficie hasta 10 a 12 kilómetros de altura.
Entonces se dice que hay una fuerte cizalladura vertical del viento. También
puede debilitarse si se desplaza sobre aguas más frías o sobre una zona más
seca. Típicamente, una vez que un huracán alcanza tierra firme, pierde la
fuente principal de humedad y la circulación superficial puede verse reducida
por la fricción con la topografía del terreno. Por lo general, un huracán o un
ciclón tropical que está debilitándose puede volver a cobrar mayor intensidad
si se desplaza hacia una región más favorable o interactúa con un sistema
frontal de las latitudes medias.
Las condiciones
generales de formación y desarrollo de los ciclones tropicales ocurren durante
los meses de verano en los océanos tropicales del mundo, con la excepción del
Atlántico Sur y de la porción Sudeste del Pacífico, debido a que en estas
zonas, a pesar de ser tropicales, las capas superficiales del océano son relativamente
frías, con temperaturas por debajo de los 26.5 °C.
La temporada ciclónica. Zonas de formación de
ciclones tropicales en el Atlántico Norte, el Mar Caribe y el Golfo de México
durantelos diferentes meses de la temporada ciclónica.
Oficialmente, la
temporada de ciclónica o de huracanes comienza el 1° de junio y termina el 30
de noviembre en la cuenca del Atlántico (que comprende el Océano Atlántico, el
Mar Caribe y el Golfo de México). Como la parte más activa de la temporada
ocurre entre mediados de agosto y finales de octubre. Sin embargo, pueden
producirse huracanes en cualquier momento durante la temporada.
Por lo general, las zonas donde se forman los huracanes y
las trayectorias que éstos siguen están relacionadas con el mes en que se
forman.
Como regla
general, a comienzo y fin de la temporada (junio, octubre y noviembre) los
ciclones tropicales se forman en el Mar Caribe occidental y en el Golfo de
México, mientras que en los meses centrales de la temporada (julio, agosto y
septiembre) se forman en el Atlántico, usualmente entre Africa y las Antillas
Menores. Estas son las condiciones promedio; sin embargo, los huracanes pueden
formarse en distintos lugares. No obstante, si se hace una idea del patrón
general, podrá llegar a comprender mejor que en Cuba los meses más peligrosos
son los del inicio y fin de la temporada por su formación en el Mar Caribe
occidental.
Cada año, se
forman como promedio diez tormentas tropicales sobre el Océano Atlántico, el
Caribe y el Golfo de México, muchas de las cuales nunca salen de las aguas del
océano.
La distribución de los promedios de formación por meses es la
siguiente:
Período |
Junio |
Julio |
Agosto |
Septiembre |
Octubre |
Noviembre |
1886 - 2000 |
0.5 |
0.7 |
2.1 |
2.9 |
1.8 |
0.4 |
|
El
movimiento de los ciclones tropicales. Trayectorias más comunes en el
Atlántico.
Aparte del
movimiento de rotación espiralada de los vientos alrededor del centro de baja
presión, los ciclones tropicales se desplazan como un todo hacia regiones
geográficas, a veces muy distantes de la zona donde surgió. La dirección del
movimiento es gobernada por los sistemas que rodean al ciclón tropical, sean
estos anticiclones u ondas superiores. Como para cierta época del año hay
coincidencia de similar situación de los sistemas meteorológicos, se dan regularidades
en el movimiento de los ciclones tropicales, aunque a veces se producen grandes
excepciones.
El movimiento de los ciclones tropicales se
produce de manera general en dos ramas de una parábola, la primera rama con
rumbo general al Oeste u Oestenoroeste, para llegar a un punto de recurva en el
que disminuye su velocidad o se estaciona, para cambiar drásticamente la
dirección de su movimiento, tomando entonces una segunda rama hacia el Norte,
Nortenordeste y después al Nordeste.
En los meses de
junio, octubre y noviembre, el movimiento general es próximo al norte, mientras
que julio, agosto y septiembre, las trayectorias son alargadas, extendiéndose
desde la costa de Africa con orientación general hacia el Oeste.
Clasificación de los
Ciclones Tropicales.
Los ciclones
tropicales se clasifican de acuerdo a la velocidad que alcanzan los vientos
máximos sostenidos (promediados en un minuto),de la siguiente manera:
Depresión
tropical: vientos máximos sostenidos inferiores a
63 kilómetros por hora.
Tormenta tropical: vientos
máximos sostenidos entre 63 y 117 kilómetros por hora.
Huracán: vientos máximos sostenidos superiores a 117 kilómetros por hora.
La escala
Saffir/Simpson de clasificación de huracanes.
Se llama Huracán al ciclón tropical totalmente
desarrollado. Como los mismos se clasifican a partir de los vientos máximos
sostenidos (1 minuto) y el poder destructivo de los huracanes aumenta
rápidamente, ya que depende no de la velocidad del viento, sino del cuadrado de
esta variable, se ha puesto en uso la clasificación de los huracanes en una
escala de cinco categorías, llamada escala Saffir-Simpson. Esta escala es la
siguiente:
Categoría |
Viento máximo sostenido (km/h) |
Daños |
1 |
118 - 153 |
Mínimos |
2 |
154 - 177 |
Moderados |
3 |
178 - 209 |
Extensos |
4 |
210 - 250 |
Extremos |
5 |
>250 |
Catastróficos |
|
Los huracanes de categoría 3 o superiores
se denominan huracanes de gran intensidad.
Elementos peligrosos en
un ciclón tropical.
Los principales
fenómenos peligrosos que acompañan a un ciclón tropical son la surgencia, los
vientos fuertes, las precipitaciones intensas, el oleaje y los tornados.
La surgencia es
el fenómeno natural más dañino provocado por un ciclón tropical, tanto para la
vida humana como para los bienes materiales de la sociedad. Definiéndola en una
forma sencilla, consiste en una impresionante y repentina ola que llega junto
con el organismo a tierra, está constituida por una onda de longitud larga, que
como promedio puede afectar de 150 a 200 km. de costas, durabilidad de algunas
horas, alcanza su mayor altura a la derecha de la trayectoria del organismo, en
la región de los vientos máximos y es provocada por la tensión de los vientos
fuertes y la caída de la presión atmosférica al encontrarse este organismo
tropical sobre una región de plataforma insular o continental de poca
profundidad, pudiendo alcanzar alturas superiores a los 6 m.
Esta consiste en
la combinación de la surgencia con la marea astronómica presente en el lugar
donde está ocurriendo el fenómeno, produciéndose la mayor sobre elevación del
nivel medio del mar ante la presencia de una pleamar.
A los efectos
devastadores de este dañino fenómeno natural debe de añadírsele la altura que
alcanzan las olas provocadas por el ciclón tropical, las cuales se desplazan
por encima de ella.
El ciclón
tropical es un sistema productor de lluvia. Cuando un ciclón tropical toca
tierra, es común que deje entre 100 y 300 mm o más de lluvia en una amplia
zona. Sin embargo, la lluvia no depende de la intensidad del ciclón tropical.
Sin embargo, un desplazamiento lento o errático sobre una misma área, una zona
de topografía accidentada y la interacción con otros sistemas meteorológicos,
ocasiona lluvias torrenciales que a su vez producen grandes y devastadoras
inundaciones. El grado de peligro que representan las inundaciones depende,
además del nivel de saturación del suelo, por lo que si después de varios días
con lluvias ocurre la afectación de un ciclón tropical, las inundaciones son
mucho más extensas y mortíferas. Los deslizamientos de tierra en zonas
montañosas es otro factor muy peligroso que se produce a consecuencia de las
lluvias intensas.
En los estadíos
de Depresión Tropical y Tormenta Tropical, las lluvias generalmente están
alejadas del centro y ocurren hacia la derecha entre 100 y 300 kilómetros de
distancia del centro
Los ciclones
tropicales se clasifican, como ya se vio, de acuerdo a la velocidad de los
vientos máximos sostenidos promediados en un minuto. El poder destructor del
viento aumenta rápidamente con su velocidad, ya que depende no de la velocidad
en sí del viento, sino del cuadrado de esa velocidad.
Los vientos de
una Depresión Tropical son usualmente débiles y sólo son capaces de ocasionar
daños en estructuras débiles o en cultivos de poca raíz y amplio follaje como
el plátano. En una tormenta tropical son lo suficientemente fuertes como para
representar ya una cierta amenaza.
Los vientos de
intensidad de huracán pueden fácilmente destruir una casa o un edificio cuya
estructura es de mala calidad. Durante un huracán, los escombros, los carteles,
las tejas y materiales que se desprenden de los techos y cualquier objeto
pequeño que se haya dejado afuera, se transforman en proyectiles. Los vientos
más intensos soplan generalmente en el lado derecho de la pared del ojo del
huracán.
Las rachas son
intensidades grandes del viento, en sólo 2 a 3 segundos de duración, que
superan al viento máximo sostenido de 1.2 a 1.5 veces su valor. Son las que más
daños ocasionan.
Los vientos de
intensidad de huracán también pueden dañar los edificios altos ya que la fuerza
del viento suele aumentar con la altura hasta en una categoría de la escala
Saffir-Simpson.
Descripción del paso
de un huracán por una localidad. Características encontradas en el “ojo”.
Cuando un huracán
se acerca a una localidad, el observador ve que de hora en hora se incrementa
la frecuencia y la intensidad de los chubascos y tormentas eléctricas, los
vientos van aumentando y el tiempo en general va deteriorándose rápidamente.
Después vendrá el huracán en toda su intensidad, y si el ojo pasa por la
localidad, entonces abruptamente vendrá la calma, saldrá el sol si es de día o
se vean las estrellas y la luna si es de noche, pues el cielo estará despejado o
con nubes altas, un cierto tiempo después, volverá el huracán en toda su furia,
y a veces lo peor ocurre después de pasar el ojo. Esta descripción será mejor
comprendida después que a continuación se analicen las distintas partes de la
estructura del huracán.
Las partes
principales de la estructura horizontal de un huracán son el centro u ojo, la
pared del ojo y las bandas espirales de lluvia que conforman el cuerpo del
huracán. El aire se mueve hacia el centro en espiral, en dirección generalmente
contraria a la de las manecillas del reloj y sale por arriba, a alturas entre 5
y 10 kilómetros, en la dirección opuesta.
El ojo no existe en los estadíos de Depresión Tropical y
Tormenta Tropical. Aparece en el primer estadío del huracán, a veces cercano a
la Categoría 2. Esto ocurre porque es necesaria una velocidad apreciable del
viento que genere en el centro de rotación una zona donde las fuerzas se
equilibren, y el aire desciende seco y más cálido, formando la zona sin nubes del
ojo. El ojo puede medir entre 30 y 60 km de diámetro.
La densa pared de
tormentas eléctricas y chubascos que rodea al ojo, es la zona de mayor
convergencia del aire superficial, por tanto es donde se encuentran los vientos
más intensos del huracán. Un cambio en la estructura del ojo y la pared del ojo
durante cualquier momento de la vida de un huracán, puede alterar la velocidad
del viento, que es una indicación de la intensidad del sistema. El diámetro del
ojo puede aumentar o disminuir en tamaño y es posible que se formen dos paredes
concéntricas alrededor del ojo. En los sistemas débiles pueden aparecer hasta
dos y tres ojos o centros de circulación, pero por poco tiempo.
Las bandas de lluvia
en espiral.
Las bandas de
lluvia externas del huracán (cuyos vientos a menudo alcanzan intensidad de
huracán o de tormenta tropical) pueden extenderse a varios cientos de
kilómetros del centro. A veces, estas bandas y el ojo quedan ocultos por las
nubes altas; en estos casos, puede resultar difícil para el pronosticador usar
las imágenes de satélite para seguir el movimiento del ciclón, sobre todo de
noche
Algunos Huracanes
importantes en la historia de Cuba. Sus efectos.
En Cuba, la mayor
catástrofe natural de nuestra historia está relacionada con la marea de
tormenta o surgencia. Una marea de tormenta de 6 metros de altura asociada a un
huracán de gran intensidad el 9 de noviembre de 1932 en Santa Cruz del Sur,
Camagüey, arrasó la población, que resultó literalmente barrida del mapa, con
el triste saldo de más de 3000 muertos.
Las lluvias
torrenciales asociadas con el huracán Flora del 4 al 7 de octubre de 1963
ocasionó en la región oriental del País la segunda catástrofe natural de
nuestra historia. El lento y errático movimiento del huracán sobre zonas
montañosas produjo acumulados de hasta 1800 mm en 72 horas, prácticamente la
lluvia de un año en tres días. Hubo que lamentar más de 1000 muertes.
Los vientos
alcanzaron rachas de 262 km/h en la Capital del País durante el huracán del 18
de octubre de 1944. Los vientos huracanados soplaron durante 14 horas, estando
por 7 horas por encima de los 200km/h. Se reportaron 300 muertos.
Catástrofes como las anteriormente mencionadas son
afortunadamente algo del pasado que nunca volverá. Cuba tiene ahora un moderno
sistema de pronósticos y avisos, una Defensa Civil con planes concretos de
protección en los que participan todos, y una voluntad política que prioriza la
protección de la vida humana.
Gracias a los
adelantos que se han logrado en los últimos 20 años en materia de tecnología,
modelos de huracanes por computadora, conocimiento y la experiencia de los
pronosticadores, ha aumentado enormemente la precisión de los pronósticos. Pese
a estos adelantos, aún no comprendemos plenamente las complejas interacciones
que se producen en la atmósfera y no se pueden producir modelos adecuados de
ellas, lo cual limita la exactitud de los pronósticos. Pronosticar huracanes
sigue siendo una tarea muy difícil, quiere decir que ningún pronóstico puede
ser perfecto, por tanto tienen un grado de incertidumbre con el que hemos
aprendido a vivir, lo que ha contribuido a reducir considerablemente la cantidad
de muertes que se pueden atribuir a los ciclones tropicales y a los peligros
con ellos relacionados.
Para pronosticar
huracanes, como otros sistemas meteorológicos se emplean diferentes técnicas,
modelos de pronóstico y seguimiento por satélite y radar. Los modelos de
pronóstico son esquemas matemáticos que a partir de
condiciones atmosféricas dadas, prevén las futuras. En el caso de los ciclones
tropicales hay técnicas climatológico-persistentes,
sinóptico-estadísticas y dinámicas.
Las climatológico-persistentes
están relacionadas con el archivo histórico de
ciclones tropicales del pasado, cómo se comportaron según la época del año y el
movimiento que ha tenido en las 12 o 24 horas anteriores. Son esquemas que sólo
se usan en la actualidad cuando el ciclón tropical está en áreas muy distantes
y se tienen pocos datos. Los esquemas sinóptico-estadísticos parten de
ecuaciones estadísticas que toman en cuenta la configuración y valor de los
sistemas atmosféricos y su interacción con el ciclón tropical.
Los modelos
dinámicos son los de mejor funcionamiento en la
actualidad y permiten vislumbrar el estado futuro de la atmósfera con bastante
certidumbre en plazos de 72 horas, en especial los sistemas de altas presiones
y ondas superiores que están próximos e influyen el ciclón tropical.
Pero el
meteorólogo no confía ciegamente en los modelos. Los analiza todos, conoce sus
virtudes y defectos, y emplea su experiencia y habilidad a la hora de tomar la
decisión y pronosticar la futura trayectoria y evolución del ciclón tropical.
Es entonces, que se hacen los Avisos de Ciclón Tropical, los cuales son
rápidamente transmitidos por la radio y la televisión.
Pronósticos
de la trayectoria de un huracán: Los
pronosticadores deben analizar una enorme cantidad de datos, incluidos los
resultados de los distintos modelos numéricos, que pueden estar en conflicto
entre sí, y luego realizar el mejor cálculo posible para brindar un pronóstico
de trayectoria e intensidad para 72 horas. Al igual que nos resulta más fácil
predecir dónde estaremos en 12 horas que en 72, es más fácil predecir dónde
estará un huracán justo antes de que toque tierra (aunque su trayectoria puede
cambiar inesperadamente). Cuando el período de pronóstico es breve, el error en
la trayectoria pronosticada es relativamente menor, mientras que cuando el
pronóstico es para un período más prolongado, el margen de error aumenta
considerablemente. Si está consciente de la existencia de estos errores en las
previsiones, podrá evaluar mejor el potencial de peligro.
Aunque la intensidad de un huracán ofrece una indicación de su
capacidad de destrucción, el impacto de un huracán depende de dónde y cuándo
azota.
Cono de trayectorias
pronosticadas
Los pronósticos
de trayectoria de un ciclón tropical, como todo otro pronóstico, están sujetos
a errores. Estos errores son pequeños en las primeras horas, pero van creciendo
con cada hora subsiguiente. Para ilustrar estas incertidumbres se emplea un
cono representativo del haz de trayectorias.
Puede decirse que este cono representa de un 60 % a 70 %
de probabilidad de que el centro del ciclón tropical está contenido por él en
el plazo total del pronóstico. Para construir el cono se toma la trayectoria
consenso de los modelos junto a una concesión subjetiva por la experiencia del
pronosticador y se extiende hacia ambos lados de acuerdo con los errores
promedios de cada plazo durante un período de muchos años. Esto es, en 12 horas
75 kilómetros; en 24 horas, 140 kilómetros; en 36 horas 200 kilómetros; en 48
horas, 265 kilómetros y en 72 horas, 400 kilómetros.
Pronóstico Estacional
en Ciclones Tropicales.
Muchos
científicos han tratado de descubrir maneras de predecir la actividad ciclónica
a largo plazo. No se ha detectado ninguna relación entre la actividad ciclónica
al comienzo de la temporada de huracanes y dicha actividad durante el resto de
la temporada. Sin embargo, sí sabemos que, a lo largo de muchos años, los
huracanes presentan ciclos de mayor y menor actividad. Los estudios actualmente
en curso son prometedores en lo que se refiere a pronosticar la actividad anual
de las tormentas tropicales y los huracanes con un año o más de anticipación.
No existen (y es probable que nunca lleguen a existir) técnicas que permitan
pronosticar a largo plazo los lugares específicos en los que azotará un
huracán.
El Sistema de Avisos y
Alertas de Ciclones Tropicales.
La Alerta
Temprana representa un elemento de gran utilidad al informar con suficiente
antelación (superior a 48 horas e inferior a 120 horas) a las autoridades que deben
tomar decisiones, de concretarse el peligro, de la posibilidad de que algún
Fenómeno Meteorológico Peligroso afecte a zonas del territorio nacional.
Representa una alerta de que algo puede suceder y promueve la preocupación, por
la percepción creciente de un posible peligro.
Ya a períodos de tiempo inferiores a 48 horas,
las alertas vienen contenidas en los Avisos de Ciclón Tropical. Estos avisos se
emiten con una mayor frecuencia a medida que está más próximo el ciclón. Cuando
éstos se encuentran situados al este del meridiano 55 °W o al norte del
paralelo 30 °N, se emiten cada 24 horas a las seis de la tarde; si el ciclón
tropical ha penetrado, o se ha generado, dentro de los límites señalados
anteriormente, los avisos se emiten cada 12 horas, a las 6 pm y 6 am, por otra
parte, si el ciclón tropical representara algún peligro para Cuba en las
próximas 72 horas, los Avisos de Ciclón Tropical se emiten cada 6 horas, a las
6 pm, 12 pm, 6 am y 12m..
La Interacción con los
Medios y la Defensa Civil.
Es muy importante
la interacción de los pronosticadores con los medios de difusión y la Defensa
Civil. A través de los medios de difusión, principalmente la radio y la
televisión, los meteorólogos dan conocer sus pronósticos a la población, la que
está habituada a verlo diariamente en la emisión estelar del NTV y en la
revista « Buenos Días » y a través de otros programas de las emisoras
nacionales y provinciales de radio y televisión. Sin embargo, ante la amenaza
de un Ciclón Tropical o cualquier otro fenómeno meteorológico peligroso de gran
envergadura, las cámaras de la TV y los micrófonos de las cadenas nacionales de
radio se trasladan a la sede del Centro de Pronósticos y desde allí se dan a
conocer los avisos y cualquier otra información actualizada. Los pronosticadores
interactúan con los periodistas, y de esa manera se brinda una información
oficial y única, en la cual nuestro pueblo tiene una gran confianza.
La prensa
escrita, debido a su mayor lentitud de difusión, no puede dar estos avisos
actualizados. Sin embargo, la información complementaria que aparece en los
artículos que publica es de gran utilidad para que se conozcan más detalles de
la situación meteorológica general y de la amenaza del ciclón tropical en
particular. Los medios de difusión divulgan, además, el esfuerzo que hace el
País para proteger a la población y la economía a través de las orientaciones
emitidas por el Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil y los Consejos de
Defensa Provinciales.
El Sistema de Defensa
Civil en casos de Ciclón Tropical.
Es de suma
importancia la interacción de los pronosticadores con el Sistema Nacional de la
Defensa Civil, porque las orientaciones de éste órgano son las que permiten
disminuir las pérdidas humanas y materiales. La Defensa Civil tiene establecida
cuatro fases ciclónicas. Las orientaciones se toman teniendo en cuenta que debe
terminarse la evacuación antes de que comiencen a manifestarse las lluvias
intensas, que pueden dejar incomunicados los caminos, y antes de que comiencen
a soplar los vientos de intensidad de tormenta tropical, no los de intensidad
de huracán. Se toman en consideración además otros factores para garantizar en
todo momento la seguridad de la población, tales como el no realizar la
evacuación de noche a menos que sea imprescindible hacerlo.
Las cuatro fases ciclónicas son:
La Fase
Informativa por ciclón tropical: Se establece por
el Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil (EMN-DC) cuando el Centro de
Pronósticos del INSMET (CP) ha informado del surgimiento o la existencia de un
ciclón tropical y de su posible aproximación a cualquier punto del País en un
período de tiempo próximo a las 72 horas, tomando además en consideración las
características del organismo ciclónico.
La Fase de
Alerta Ciclónica: Se establece por el EMN-DC cuando
el CP ha informado que un ciclón tropical puede comenzar a afectar a alguna
parte del territorio nacional en las próximas 48 horas.
La Fase de Alarma Ciclónica: Se establece por el EMN-DC
cuando el CP ha informado que es inminente la afectación al País de un ciclón
tropical en las próximas 24 horas.
La Fase
Recuperativa: Se establece una vez que el fenómeno
meteorológico haya dejado de afectar a un territorio dado y si es necesario la
realización de trabajos de liquidación de las consecuencias.
Para el
establecimiento de las fases ciclónicas la Defensa Civil tiene en cuenta
además:
a)
Las características propias del
sistema meteorológico (Depresión Tropical, Tormenta Tropical o Huracán).
b)
Intensidad de los vientos máximos
y áreas de lluvia que acompañan al ciclón tropical.
c)
Características específicas del
territorio amenazado (costa, llano, montañas, ríos, etc.)
c) Estado de las presas y del manto freático.
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