Síntesis y conclusiones del Círculo de Lectura N° 158
“Segunda
Declaración de La Habana”
Este
documento producido en Cuba en febrero de 1962, contiene un certero diagnóstico
acerca de las consecuencias por la aplicación de las políticas imperialistas de
los Estados Unidos hacia América Latina, durante el transcurso de la década del
sesenta. Es de excepcional trascendencia pues en él se analizan las raíces
históricas que sirven de base a la inevitable revolución de los pueblos de
latinoamérica contra el Imperialismo. Después de una serie de agresiones
cometidas por las bandas contrarrevolucionarias desplegadas por toda la Isla y
financiadas por la CIA, fue la expulsión de Cuba de la Organización de Estados
Americanos durante una reunión desarrollada en Punta del Este, Uruguay, en la
que los gobiernos latinoamericanos a excepción de México, rompieron relaciones
diplomáticas con el gobierno revolucionario, lo que impulsó la Segunda
Declaración de La Habana. La Declaración se convirtió en una verdadera
afirmación de principios, a favor de la proyección y vocación latinoamericana
de la Revolución Cubana. Es un documento de profundo respeto al carácter
socialista e internacionalista del proceso político cubano, con excepcional
énfasis en la trascendencia latinoamericana, pues en él se examinan las raíces
históricas de los pueblos de nuestro continente, contra los peligros del
Imperialismo. En la Declaración se reafirmó la dignidad nacional, la
autodeterminación y soberanía de la nación cubana. La Segunda Declaración de La
Habana concluye con una de las frases más conocidas de la historia de la
Revolución Cubana, que luego el comandante Ernesto Guevara leería en las
Naciones Unidas y haría famosa en el mundo entero: "Porque esta gran
humanidad ha dicho ¡Basta! y ha echado a andar. Y su marcha de gigantes ya no
se detendrá hasta conquistar la verdadera independencia, por la que ya han
muerto más de una vez inútilmente. ¡Ahora, en todo caso, los que mueran,
morirán como los de Cuba, los de Playa Girón, morirán por su única, verdadera,
irrenunciable independencia!."
Finalmente,
La Segunda Declaración de La Habana mantiene una total vigencia, y en medio del
férreo bloqueo, esta pequeña Isla sigue apostando por su proceso revolucionario
sin renunciar a sus principios.
Durante
el transcurso del posterior debate, se pone en valor el contenido del texto
sobre el cual Atilio Borón expresó que es de alcance sólo comparable al
Manifiesto Comunista escrito por Marx y Engels. Otros analistas políticos
también lo definieron como el Manifiesto Comunista Latinoamericano. Si bien
después de proclamada la Segunda Declaración de La Habana, en Nuestramérica
hubo expresiones revolucionarias como la liderada en 1965 por Francisco Caamaño
Deñó en República Dominicana, una tentativa revolucionaria que fuera derrotada
por obra y gracia del baño de sangre generado por la invasión norteamericana,
en una típica maniobra imperialista
que
implicó el desembarco de unos cuarenta mil marines para restaurar el orden
subvertido por los revolucionarios dominicanos, también el caso de Chile cuando
en 1970 llegaba al poder Salvador Allende con el gobierno de la Unidad Popular
que después los Estados Unidos puso en marcha un programa de desestabilización
que culminaría, en 1973, con el sangriento golpe militar de Pinochet, surge la
pregunta: por qué no hubieron más levantamientos populares en nuestra región?.
Allí nos remitimos a la página 19 del texto donde expresa que:
"...el
divisionismo, producto de toda clase de ideas falsas y mentiras; el sectarismo,
el dogmatismo, la falta de amplitud para analizar el papel que corresponde a
cada capa social, a sus partidos, organizaciones y dirigentes, dificultan la
unidad de acción imprescindible entre las fuerzas democráticas y progresistas
de nuestros pueblos".
Si bien
el texto nos dice que para que se produzca el movimiento revolucionario deben
darse las condiciones objetivas y subjetivas necesarias, hemos visto que en
general si bien se dan las primeras, no sucede de la misma manera con las
segundas. Hay un distanciamiento entre ambas debido a la alienación que
provocan las informaciones ampliamente difundidas en nuestros días por las
redes sociales, una herramienta muy eficaz que utiliza el imperio para la
enajenación y la ceguera política. Situación que solo podrá ser revertida con
la educación de los pueblos en condiciones dignas de trabajo, salud y vivienda.
También se destacó la importancia del texto al contener preguntas que brindan
al lector la posibilidad del cuestionamiento y el análisis personal. También
vimos la claridad con que se menciona que la “Alianza para el Progreso”
planteada en la reunión de Punta del Este no estaba destinada para ayudar a los
pueblos, sino sólo a la clase gobernante que se alineara con la política
yanqui.
Finalmente
hemos acordado abordar para el próximo Taller de Lectura el texto publicado el
25 de marzo de éste año en Acercándonos Ediciones: “Julio Antonio Mella, la
chispa que encendió la revolución en Cuba".
Grupo
Bariloche de Solidaridad con Cuba, 04 de junio de 2022
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