diciembre 06, 2011

Conclusiones del Taller de Lectura Nº 30


“Discurso de Fidel del 17 de noviembre de 2005”   (Segunda Parte)

Este discurso fue pronunciado por Fidel, en conmemoración del 60 aniversario de su ingreso como estudiante en la Universidad de La Habana, donde hace una interpretación de las necesidades en ese momento histórico que es clave para la continuidad de la Revolución en Cuba, en un proceso de rectificación de errores y tendencias negativas, que surgen como consecuencia de algunas transformaciones que se tuvieron  que introducir, y que han producido daños en la ética revolucionaria. Este discurso ha sido como una inyección de juventud a la Revolución, de frescura, de movilización social, de concientización del pueblo, de sus organizaciones, de la necesidad de enfrentar esto en el orden ideológico y ético. Es un discurso que convoca fundamentalmente a los trabajadores sociales y a los estudiantes, a una batalla política, en base a las ideas.

En esta segunda parte Fidel nos dice que mediante la batalla de ideas se combatirán los vicios y los desvíos de recursos, y no habrá tregua con nadie. El primer deber de un revolucionario es ser sumamente severo consigo mismo, y la Revolución va a establecer los controles que sean necesarios. Hace unos días estuve con unos 200 profesionales universitarios y les pregunté cuanto gastaba cada uno de ellos por consumo de energía eléctrica en sus casas y nadie supo responder. La realidad es que esto ocurre porque la electricidad prácticamente se regala. Hay que comenzar a comprender el sueño de que cada cual viva de su salario o de su justísima jubilación. Una conclusión que he sacado al cabo de muchos años: entre los muchos errores que hemos cometido todos, el más importante error era creer que alguien sabía de cómo se construye el socialismo, porque la economía no es una ciencia exacta o eterna. Fidel comenzó siendo un comunista utópico, luego un comunista basado en las teorías serias del desarrollo del materialismo histórico, y desde el aspecto filosófico del materialismo dialéctico. Todo revolucionario debe sostener una estrategia y una táctica para cambiar este mundo real, basándose siempre en la unidad, ya que ninguna táctica o estrategia que desuna sería buena. El mundo está desesperadamente necesitado de una unidad, y si no conseguimos conciliar el mínimo de esa unidad, no llegaremos a ninguna parte. Los valores éticos son esenciales, sin valores éticos no hay valores revolucionarios. En la Rusia feudal y zarista surge la primera revolución proletaria y socialista, a partir de las ideas de Marx y Engels, desarrolladas por otro gran genio que fue Lenin. Con dogmatismo no se hubiera jamás llegado a una estrategia.  Lenin nos enseñó mucho, porque Marx nos enseñó a comprender la sociedad; Lenin nos enseñó a comprender el Estado y el papel del Estado. Dice Fidel que la ética revolucionaria los llevó a comprender que la mayoría de jóvenes entre los 20 y los 30 años estaban en prisión en Cuba, procedían de familias cuyos padres tenían muy bajos niveles culturales. Mediante las brigadas universitarias se visitaban los barrios más pobres, donde se descubrieron dificultades sociales, que luego fueron atendidas con más de cien programas sociales. Con respecto al factor ético, los comunistas más disciplinados del mundo eran los partidos comunistas de América Latina, incluyendo a Cuba, que fueron los más honrados y sacrificados. Nosotros debemos tener el valor de reconocer nuestros propios errores, porque únicamente así se alcanza el objetivo que se pretende alcanzar. Ante el derrumbe de la URSS, varios movimientos revolucionarios en el mundo nos preguntaban qué debían hacer, y yo les decía que son ustedes los que deben decidir, y así cada uno de ellos decidió su línea. Lo cierto es que el movimiento comunista mundial se educó en ideas y conceptos muy claros contra el nazifascismo. La pregunta que surge es si un proceso revolucionario como el nuestro puede o no derrumbarse, o puede ser reversible. Lo cierto es que en Cuba han aparecido muchas desigualdades en su población porque algunos ladronzuelos estaban ganando al mes 40 ó 50 veces lo que gana un médico. Aparecieron muchas formas de robo, que por último genera la sociedad de clases. El imperio tiene planes de transición y planes militares de acción contra Cuba, siempre a la espera de la desaparición física de Fidel y el día que muera nadie lo podrá creer, porque él andará como el Cid Campeador, que ya muerto lo llevan a caballo ganando batallas.
Durante el posterior debate, surge cómo a raíz del ejemplo revolucionario cubano se van dando el avance y la profundización de los procesos sociales y políticos en Nuestramérica, destacándose la importancia de la no intervención en las decisiones políticas de un país sobre otro. Se plantea la necesidad de que cada uno pueda tener su propio desarrollo ideológico, que le permita decidir qué tipo de política de gobierno le conviene, y cuál es la sociedad que quiera construir. Ya en esta parte del discurso Fidel comienza a plantear a su pueblo y a los estudiantes en particular, si ellos creen que el proceso revolucionario cubano puede o no derrumbarse, si puede ser reversible. Cómo los va llevando al aspecto central de su discurso.

 Grupo Bariloche de Solidaridad con Cuba, 29 de octubre de 2011

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