Círculo de Lectura # 177 - Enero de 2024
“El bloqueo
económico, comercial y financiero de EEUU contra Cuba:Un caso de genocidio en cámara lenta"
Por: José R. Oro
Tomado de Cubadebate el 27 de octubre de 2023
http://www.cubadebate.cu/opinion/2023/10/27/el-bloaueo-economico-comercial-v-financiero-de-eeuu-contra-cuba-un-caso-de-aenocidio-en-camara-lenta-i/
Triunfa la Revolución Cubana, hito de la historia
de la Patria Grande
Cuando triunfó la Revolución Cubana, el 1 de enero de 1959,
la política exterior estadounidense, que ya había establecido su concepto de
“enemigo” para conceptualizar al “campo socialista” y sus instituciones
formadas desde el fin de la Segunda Guerra Mundial en los países de Europa
oriental y central (en la Unión Soviética después de la Revolución de Octubre
de 1917). Este concepto fue incorporado al repertorio de la Guerra Fría y de la
lucha contra “la expansión del Comunismo” por todo el mundo.
A pesar de que la Revolución Cubana no había definido aún
su carácter socialista, la potencia imperial inició un proceso de ahogamiento
económico, financiero, comercial y cultural contra ella, que a lo largo de más
de 60 años no hizo más que agravarse. De forma general podemos llamar a este
proceso el “Bloqueo”, que incluiría casi todas o todas las formas de acciones
no militares contra la República de Cuba y su Revolución, insisto incluso antes
de que esta tomara un carácter socialista.
El bloqueo de Estados Unidos contra el pueblo
cubano: Forma especial y “disimulada” de Genocidio
Sí, sin duda alguna es una forma especial de Genocidio, es
un acto de exterminio sostenido y encubierto. La Revolución Cubana fue
considerada desde el primer momento por el gobierno de EEUU como una afrenta al
poderío imperial. A unos pocos meses del triunfo de la Revolución Cubana, a
pesar no había definido aún su carácter socialista, insistimos, el presidente
Dwight Eisenhower, suspendió la compra de la cuota azucarera y poco más tarde,
rompió relaciones diplomáticas con Cuba el 3 de enero de 1961.
La convención para la Prevención y Sanción del Delito de
Genocidio establece que genocidio es un delito de derecho internacional que se
define por su intencionalidad de “destruir total o parcialmente a un grupo
nacional...”. Entre los actos característicos de genocidio señala: “Asesinato
de miembros del grupo [nación], lesión física o mental de los miembros del
grupo; sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan
de acarrear su destrucción física, total o parcial...”
Jamás en toda la historia de la humanidad un país completo
se ha sometido a un bloqueo económico, comercial y financiero tan prolongado
como el que 13 gobiernos de Estados Unidos han mantenido contra Cuba desde hace
60 años. De hecho una completa guerra económica, despiadada y cruel.
Oficialmente el bloqueo se inició el 7 de febrero de 1962,
con la firma de una orden ejecutiva del presidente John F. Kennedy, mediante la
cual se endurecían las sanciones económicas contra Cuba y se promovía su
aislamiento internacional, con la intención evidente de propiciar la derrota de
la revolución.
El objetivo principal del bloqueo es infligirle los mayores
sufrimientos al pueblo cubano con la finalidad de distanciarlo de la revolución
y de sus dirigentes, de tal manera que fuera la misma población la que acabara
con la revolución.
El bloqueo o como lo llama incorrectamente el gobierno de
Estados Unidos, embargo, se profundizó con la ley promovida por los senadores
Robert Torricelli y Bob Graham en 1992, llamada Ley de la Democracia Cubana,
que busca profundizar el aislamiento internacional de Cuba, sobre todo tomando
en cuenta el grave daño que había significado la caída de la URSS. Esta ley era
algo así como el golpe de gracia que se le pretendía propinar a Cuba en el
momento más difícil y consistía, en la prohibición a negociar con las filiales
de empresas estadounidenses en cualquier parte del mundo; el otro aspecto de
importancia es la prohibición a embarcaciones marinas a entrar en aguas
estadounidenses si antes han tocado algún puerto cubano en el lapso de 180
días.
Unos años después, en marzo de 1996 se aprobó una nueva ley
contra Cuba, esta vez patrocinada por el senador Jesse Helms y el representante
Dan Burton, titulada: Ley para la libertad y la solidaridad democrática
cubanas. Esta ley hace énfasis en las sanciones internacionales contra Cuba,
prohibiendo comerciar con filiales de empresas estadounidenses instaladas en
terceros países, prohibición del financiamiento indirecto, exclusión del
Gobierno de Cuba de la participación en todos los organismos del sistema de
cooperación internacional, con amenazas a los organismos que acepten la
participación de Cuba de reducir el aporte financiero a las mismas por parte
del gobierno estadounidense, así como de descontar el monto de cooperación que
le fuere aprobado a Cuba del financiamiento de la organización que lo hubiere
realizado; insiste en que el bloqueo se eliminará cuando haya un hipotético
gobierno de transición y gobierno democrático, que sería calificado de esa
manera solamente por la “potestad y arbitrio” del gobierno de Estados Unidos,
“prerrogativa” que está en contra de todo principio de la Ley Internacional.
Como se expresará en la segunda parte de este escrito, el
bloqueo contra Cuba es un acto de Genocidio en cámara lenta, un acto cruel de
intentar asfixiar, desintegrar a Cuba y a su pueblo, de crear el caos y llevar
al país a una guerra civil de incalculables consecuencias.
El proyecto de resolución, titulado “Necesidad de poner fin
al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos de
América contra Cuba”, será puesto a consideración de la Asamblea General de
Naciones Unidas, el 1 y 2 de noviembre. En esta ocasión, dos de los poquísimos
países que han apoyado a Estados Unidos en ese crimen que es el bloqueo, Israel
y Ucrania, se ven envueltos en terribles y amenazadores conflictos, en gran
parte como resultado de seguir las políticas agresivas de EE.UU. en su
insensata apuesta por eternizar un imposible mundo “unipolar”.
Al presentar el documento a ser votado en la ONU durante
una conferencia de prensa el 20 de octubre en La Habana, el canciller cubano,
Bruno Rodríguez, calificó de genocida a ese cerco maligno que sufre Cuba, y
denunció las pérdidas que provoca a la isla, las cuales superan el billón de
dólares. Asimismo, precisó que los perjuicios causados por la medida implican
una afectación de más 405 millones mensuales y un millón de dólares cada dos
horas. El producto interno bruto de Cuba pudo haber crecido durante el
ejercicio del 2022 en alrededor de un 9%, de no ser por la política de
sanciones estadounidense. Si calculamos los daños del perjuicio del bloqueo en
estos 60 años, a partir del valor de oro, alcanzan un billón 337 mil millones
de dólares, cifra inconmensurable para cualquier economía del mundo, dijo el
canciller.
El bloqueo contra Cuba tiene un impacto letal con daños
económicos directos e indirectos y busca privar al país de los ingresos
financieros que resultan indispensables para adquirir alimentos, tecnologías,
suministros, además provoca pérdidas al turismo, apuntó. En el contexto de esa
política, el Gobierno estadounidense aplicó, entre enero del 2021 y febrero del
2023, 909 acciones discriminatorias de cancelación de contratos y servicios por
bancos extranjeros. Durante el momento más crítico de la pandemia de la
covid-19 en la isla, el gobierno estadounidense recrudeció el cerco económico,
comercial y financiero, acción que el máximo representante de la diplomacia
cubana calificó de acto cruel y genocida.
Los propósitos de esos ataques, sabotajes terroristas y del
prolongado bloqueo que se aplica de manera extraterritorial contra la soberanía
de terceros Estados, compañías y ciudadanos de otros países, son agudizar la
escasez de alimentos y las carencias materiales, la interrupción de los
servicios públicos para sembrar el desaliento, responsabilizar y denigrar a la
Revolución culpándola de ineficiente en el manejo de los recursos y el modesto
o no crecimiento de la economía, recrudecidos estos efectos por la exacerbación
del bloqueo desde el inicio de la pandemia de covid-19.
Aunque en las redes sociales los enemigos de Cuba pretendan
encubrir esta realidad, el bloqueo económico, comercial y financiero es el
principal obstáculo al desarrollo de la economía cubana y para el pleno
disfrute de los derechos humanos del pueblo de Cuba, donde nadie escapa de sus terribles
efectos. Y es, de hecho, un acto consumado de genocidio.
Aspecto central del bloqueo es, sobre todo, la violación a
los derechos humanos del pueblo cubano, derechos que son violados
sistemáticamente desde hace más de seis décadas por el Gobierno de EE.UU.,
constituyéndose en un caso de genocidio permanente. La convención para la
Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio establece que genocidio es un
delito de derecho internacional que se define por su intencionalidad de
“destruir total o parcialmente a un grupo nacional...”.
El bloqueo, sin embargo, va más allá, pues se ha convertido
en un conjunto de leyes y decretos presidenciales de la nación estadounidense
aplicados extraterritorialmente, es decir, leyes de un Estado que aplica a
cualquiera de los Estados del mundo cuando lo considera conveniente, rompiendo
el sistema de derecho internacional.
El bloqueo no solo afecta a otros gobiernos o empresas que
negocien con Cuba, a organismos científicos o de cooperación, sino que afecta
la aplicación de la misma Constitución de EE.UU. y los derechos de los
ciudadanos estadounidenses, pues las leyes anteriores les prohíben viajar a
Cuba por razones turísticas, tampoco pueden hacerlo fácilmente por razones
científicas, de estudio o de colaboración con los científicos o con los
artistas cubanos. En caso de que ese ciudadano o ciudadana quiera establecer
algún negocio, tampoco puede hacerlo con Cuba, de tal manera que el bloqueo es
una enorme violación de los derechos humanos de los estadounidenses.
Un aspecto esencial que hay que tomar en cuenta es el
sufrimiento inmenso del pueblo cubano: mujeres, hombres, niños, adultos
mayores, personas con alguna discapacidad, se han visto afectadas a lo largo de
los últimos 61 años, en su acceso a bienes materiales que afectan la calidad y
cantidad de la alimentación, el equipamiento médico, educativo, científico.
Muchos cubanos han sido víctimas de las acciones terroristas financiadas y
organizadas desde Estados Unidos a partir del mismo día del triunfo de la Revolución.
Científicos y artistas calificados y reconocidos por su trayectoria se han
visto empujados a abandonar Cuba para poder dar a conocer sus trabajos, aun
contra su voluntad.
Los daños ocasionados por el bloqueo se han contabilizado
en más de un billón 337 000 millones de dólares. Esta cifra no contabiliza,
como no lo puede expresar ninguna cifra, los sufrimientos del pueblo cubano,
las pérdidas familiares o personales de carácter físico y moral.
Solidaridad en EEUU para derrotar al bloqueo
anticubano
La solidaridad internacional con la Revolución y la
resistencia del heroico pueblo cubano lograrán finalmente derrotar al bloqueo,
agudizado a extremos inimaginables por Donald Trump, y mantenido intacto por su
sucesor, Joe Biden.
Uno de los puntos más importantes de esa lucha es el
reconocimiento del carácter genocida del bloqueo anticubano.
En EE.UU. se observa el crecimiento de una fuerte oposición
al bloqueo contra Cuba y una de las razones de que esto se produzca es la
creciente convicción sobre su naturaleza genocida. Entre las muchas
organizaciones que protestan contra el bloqueo y lo identifican como un acto de
genocidio contra Cuba están prácticamente todas las que conforman el movimiento
progresista y de izquierda de esa nación.
Países como Venezuela, Nicaragua, Bolivia, México, Rusia,
la República Popular China, la República Popular Democrática de Corea, Irán,
Siria y muchos otros se preparan para defender a Cuba a capa y espada, mientras
que poquísimas delegaciones encabezadas por Estados Unidos tratan de sabotear
la resolución, algo que ya intentaron cada año por más de tres décadas.
El clima de hostilidad en las relaciones bilaterales ha
estado fuertemente marcado por el incremento de la retórica agresiva del
Gobierno estadounidense contra Cuba. Como parte de esta escalada, EE.UU.
intentará introducir “enmiendas” al proyecto de resolución contra el bloqueo
presentado por Cuba a la Asamblea General de las Naciones Unidas. El objetivo
de estas previsibles maniobras será modificar la naturaleza del texto y
fabricar pretextos para la continuidad y el reforzamiento de su política
genocida, recurriendo a falsas alegaciones en materia de derechos humanos y
cualquier otro invento, a lo que ya nos tienen acostumbrados. A pesar de las
fuertes presiones que van a ser ejercidas por EE.UU., la comunidad
internacional rechazará sus propuestas, al tiempo que expresará una vez más su
apoyo abrumador a la resolución de condena al bloqueo.
El debate de 2023 se va a producir en medio de agravadas
tensiones a nivel planetario, las guerras en Ucrania y el Medio Oriente han
dividido en buena medida al movimiento progresista y de izquierda en el mundo,
pero a pesar de ello Cuba obtendrá otra atronadora victoria. Lo sabemos y allí
estaremos como siempre para apoyar la causa de nuestra patria.
Una de las cosas que hace que el bloqueo cubano sea tan
despreciable es su ataque intencional contra civiles, genuina e indisputable
característica del genocidio. Busca estrangular a la nación cubana económica,
política y socialmente, matando y amenazando la vida de millones de personas.
El bloqueo prohíbe a las empresas estadounidenses y sus sucursales extranjeras
hacer negocios directamente con Cuba. Sin embargo, este genocidio no se limitó
al bloqueo propiamente dicho. Estados Unidos tiene una larga historia de
ataques a Cuba mediante la utilización de mercenarios, paramilitares, ataques
terroristas y guerra biológica, entre otras agresiones. Pero usamos el término
“bloqueo” en una acepción amplia que incluye todas esas acciones hostiles
Cuba se prepara para producir todo lo necesario en su
territorio, sustituir importaciones, crear nuevos rubros exportables,
fortalecer el turismo internacional y lograr un futuro próspero y sostenible.
Pero todo ello está profundamente dificultado por el bloqueo y sus diferentes
ramificaciones, incluso psicológicas.
Particularmente salvaje e inhumano ha sido el
recrudecimiento del bloqueo durante la pandemia de covid-19, e incluso negar (o
calumniar) la ayuda médica de Cuba a muchos países, el desarrollo de las
vacunas en Cuba y que hayan sido compartidas con otros países.
Esta ha sido una etapa de intensísima actividad para Cuba y
su presidente. Primero, la extraordinaria Cumbre del G77 y China, que se
efectuó con gran éxito en La Habana, y ahora el segmento de alto nivel en la
Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas. Muchos jefes de
Estado expresaron su demanda del fin del bloqueo anticubano y la salida de
nuestro país de la Lista de Países que Patrocinan el Terrorismo, lista espuria
a la que Cuba nunca debió pertenecer.
La actividad diplomática y política de Cuba ha sido este
año tan fuerte y coordinada como siempre, quizás más. A finales de septiembre,
se produjo la visita del presidente cubano a Nueva York, que fue excepcional de
muchas formas. En primer lugar, se produjo a los pocos días de efectuarse en La
Habana la imponente Cumbre del G-77 y China, hecho que, junto con anterior
reunión del Brics en África del Sur, fueron el centro de la atención de
política internacional este año (antes de la tragedia en el Medio Oriente) y la
evidencia del desmoronamiento del mundo unipolar, que como fuera antes “el
Tercer Reich milenario”, es solo una ilógica y desatinada fantasía.
A guisa de unas pocas conclusiones
Surgen muchas preguntas al calificar al bloqueo anticubano
como un “genocidio a cámara lenta”, algunas de las cuales son:
¿Cuántos cubanos han muerto, principalmente niños y
ancianos, o han visto reducida su vida a causa del bloqueo y las carencias
relacionadas con el mismo?
No sabemos una cifra, ni creo pueda saberse con exactitud,
pero son muchos más de lo que imaginamos. Sin incluir aquellas personas
afectadas por ataques biológicos, dengue u otras afecciones originadas por
acciones hostiles.
¿Cuántos compatriotas has emigrado, entre ellos
muchas personas valiosas?
No poseo una cifra exacta, pero todos tenemos claro que son
cantidades muy significativas, incluyendo profesionales en los cuales el país
ha invertido muchos esfuerzos y recursos.
¿Cuántos han dejado de nacer, debido a las carencias
relacionadas con el bloqueo, y que no son fáciles de cuantificar, por ejemplo,
el déficit de viviendas?
Cuba ocupa el lugar 193, entre 221 países y territorios,
con una cifra de entre 1.4 y 1.71 nacimientos (dependiendo de la fuente de
datos) por cada mujer. Cualquiera sea la cifra, es sumamente baja. Por ejemplo,
la hermana Angola tiene entre 5.1 y 5.3 nacimientos por mujer (que es muy alta,
por cierto). El promedio mundial es de 2.3 nacimientos por mujer.
Como consecuencia del punto anterior, se ha producido un
envejecimiento de la población cubana, por falta de nacimientos, alta
expectativa de vida y el hecho de que muchos de los emigrantes son personas
jóvenes, creando un considerable problema en que la población activa disminuye
y no puede apoyar suficientemente a los planes de pensiones, atención médica a
la tercera edad, etc. Si tomamos en cuenta todo lo anterior, el efecto
demográfico y social del bloqueo es tan alto y perjudicial como los económicos.
El bloqueo ha limitado el desarrollo de regiones menos
prósperas del país, forzando migraciones internas, el despoblamiento rural y
otras distorsiones demográficas que a su vez limitan la producción agrícola,
etc. Muchas zonas rurales cubanas han sufrido reducciones de población y, aún
más, de potencial fuerza de trabajo.
Es decir, el bloqueo contribuye a un círculo vicioso de
problemas, que afectan de manera directa al pueblo de Cuba, en particular a
quienes tienen menos recursos.
Podemos responder de forma CLARA y afirmativa la pregunta
titular:
Sí, el bloqueo anticubano es un genocidio. No solo eso: ¡es
el acto genocida más prolongado de la historia!
No podemos olvidar la historia, como nos proponía hacer el
ahora expresidente Barack Obama. Además, la historia no debe ser recordada
“selectivamente”, crímenes como “la Reconcentración”, “la masacre de los
Independientes de Color” y ahora el salvaje bloqueo no deben ni pueden ser “olvidados” jamás.
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